17

502 80 7
                                    

Juliana miraba desde el comedor a la cocina, donde su mamá terminaba la cena y Valentina se encontraba ayudándola, había insistido tanto que la mujer mayor había aceptado su colaboración. Sonreía un poco al escuchar la carcajada de Valentina por una historia de su niñez que le estaba contando Lupe.

"¿Puedes creer que esta chamaca de seis años, con su mentón todo raspado y ensangrentado, tuvo el descaro de estar enojada porque no la dejaron lanzarse otra vez por la resbaladera?" preguntó retóricamente la mujer.

"Juls es que, ¿cómo te lanzas boca abajo por la resbaladera y piensas en volver a hacerlo?" se rio Valentina y miró por encima de su hombro a la morena.

"Un niño me desafió, dijo que no era capaz de hacerlo" sacudió sus hombros "entonces solo lo hice"

"La tuvieron que bajar entre dos profesoras porque se negaba a bajarse, era testaruda" Lupe dijo rodando sus ojos con una pequeña sonrisa "todavía lo es"

"Totally" respondió la castaña con risa.

"Que nadie se atreva a retarte ¿no?" dijo Lupe. Su niña había sido así siempre, se enfrentaba a cualquier cosa y amaba demostrar que podía hacer cualquier cosa. "Recuerdo otra vez cuando .."

"Hey Lupe, no, suficiente de burlas a mis expensas" la morena la señalo con falso enojo.

"¿Tu porque no te vas a finalizar tus deberes, eh?" respondió su mamá levantando una ceja.

Juliana miró a Valentina asegurándose que estaría cómoda quedándose sola con su mamá, la castaña asintió ligeramente y ella se retiró a su habitación, no sin antes entrecerrar sus ojos a Lupe en señal de advertencia "Grita si necesitas que te salve Valentina"

"¡Que exagerada Juli!" gritó su mamá a sus espaldas. Se volteó y miro a la castaña "Bueno, y ¿te gusta cocinar en casa Valentina?"

"La verdad es que nunca lo hago" la ojiazul respondió aun concentrada en su tarea asignada de cortar tomates "hasta ahora nunca ha sido una necesidad, pero quisiera aprender"

"¿Tu mamá cocina?" preguntó Lupe llevando la conversación.

"Hm, no, mi mamá murió cuando estaba aún pequeña. Quien hace todo en casa es mi nana, prácticamente es ella quien siempre ha cuidado de mi"

"Siento escuchar eso Valentina" expresó la mujer mirándola más de cerca "no debe ser fácil para una niña crecer sin su mamá"

"Fue hace muchos años" sacudió su cabeza ligeramente "aunque creo que ha sido aún más difícil después de la muerte de mi papá" sintió sus ojos humedecerse y miró hacia arriba "lo siento" se disculpó abanicando con sus manos sus ojos para calmar sus inminentes lágrimas. Esta interacción mamá e hija de Juliana y Lupe, así como todas las historias de la niñez de la morena, le hacían entender que nunca viviría algo así con sus propios padres.

"No tienes de que disculparte" expresó Lupe mientras apretaba uno de los hombros de la chica "y quiero que sepas que puedes venir acá cuando quieras, ¿si?"

"Muchas gracias Lupe" dijo limpiando las esquinas de sus ojos.

"No hay de que, en realidad soy yo quien quiere agradecerte a ti" Valentina la miro con el ceño fruncido sin comprender "por Juli y por tu ayuda con ella, sé que para ella no es fácil abrirse a las personas, y odia pedir ayuda, así que tú has sido un apoyo y le has tenido paciencia"

"Para mí no es nada, ella llegó en un momento difícil de mi vida y solo puedo agradecerle ayudándola en lo que pueda" rodó sus ojos "cuando se deja, eso está claro" las dos mujeres rieron y comenzaron a llevar la comida a la mesa.

Las riendas del amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora