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"Cierra tus ojos" le susurró Juliana al oído antes de ingresar a la habitación "sin hacer trampa"

"Never" respondió la castaña cerrando los ojos con una sonrisa.

Escuchó la puerta abrirse y camino con Juliana guiándola. "Ya puedes ver"

Valentina abrió los ojos despacio para encontrarse con la habitación iluminada solo con velas, chocolates y miro a la morena sosteniendo dos copas y una botella. No cabía duda que era un ambiente romántico y la castaña solo podía observar todo a su alrededor, caminando alrededor para admirarlo.

Juliana cambiaba su peso de una pierna a la otra, Valentina no decía nada y estaba comenzando a dudar de su idea, ¿era demasiado? ¿qué tal que no le gustara? Aclaro su garganta "Val, está bien si no te gusta ¿eh? Digo .." fue interrumpida con un beso.

"Juls" sostuvo el rostro de la morena entre sus manos sosteniendo su mirado "nunca nadie había hecho algo así, ¿en qué momento lo hiciste?" cuestionó moviendo el cabello de la chica a un lado.

Juliana puso una sonrisa de suficiencia y movió sus hombros de forma despreocupada "Yo también tengo mis trucos"

"Bueno, me encanta y ¿sabes que más me encanta?"

"¿Qué?"

"Tu" la beso nuevamente y se alejó para mirar la pequeña sonrisa complacida de Juliana quien levantó la botella en sus manos, a lo que Valentina levantó una ceja "tu no bebes alcohol"

"Y tú lo evitas morrita" respondió Juliana entregándole las copas y levantando la botella para sacar el corcho con un ruidoso pop "pero, esto es un rosé espumoso, sin alcohol" finalizó con un guiño. Sirvió en las copas que sostenía la castaña y tomó asiento al lado de ella en la cama.

"Brindemos" expresó emocionada Valentina mientras se acomodaba en la mitad de todas las almohadas de la cama, Juliana siguiéndola "por muchos más momentos y fines de semana como este, todos contigo mi chiquita" levantó su copa.

Juliana hizo lo mismo y antes de chocarla contra la de la ojiazul dijo "por muchos más, y por ti hermosa" juntaron sus copas dejando el tintineo en el aire.

"Está muy buena" saboreó la morena.

"No creo que mejor que estos bombones rellenos, prueba" tomó uno de los chocolates y lo llevó a los labios de la pelinegra, quien cerró los ojos hizo un sonido de satisfacción. Valentina la observó, ese sonido de satisfacción tan similar a aquellos que hicieron eco en sus oídos en la cascada. Solo de pensarlo sentía un calor recorrer su cuerpo.

"No me mires así" dijo Juliana sonrojándose y colocando su cabeza hacia atrás para alejar su cabello.

"¿Cómo te miro?" la castaña la asistió moviendo mechones oscuros detrás de los hombros de la chica y sonriéndole con inocencia.

"Como mirabas a esos chocolates"

"Tú también eres un bombón, ¿me culpas?" tomó la copa vacía de la morena y la colocó junto a la de ella en la mesa "¿no te gusta que te mire así?" susurró acomodándose de lado y acercando su cuerpo al de Juliana, que por su parte imitó la posición de la castaña quedando frente a ella.

"Si, si me gusta" dijo bajito sintiendo que ese sonrojo era un calor inicial que ahora se extendía por todo su cuerpo. Miró a la castaña por encima de sus pestañas y humedeció sus labios, enloqueciendo a la otra chica que contemplaba su rostro con algo que la pelinegra solo podía describir como deseo puro.

Valentina levantó su dedo índice para acariciar la mandíbula de Juliana. Bajo hacia su cuello, recorriendo la extensión del mismo, luego su clavícula de lado a lado, con un toque ligero bajando por el pequeño escote que el vestido permitía, observando allí como la piel de la morena se erizaba y su respiración se agitaba. Se devolvió en su recorrido pasando por su hombro y descendió por su brazo hasta llegar a sus dedos que reposaban en el muslo de la morena. Allí estiró sus dedos, con su mano completa devolvió la caricia hacia la cadera de la chica por encima del vestido, subiendo hasta en su cintura donde apretó con su mano.

Las riendas del amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora