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Unas horas antes

Como todos los días Juliana se encontraba revisando que todo estuviera en orden en los establos, comida y agua para los caballos, que todo estuviera organizado especialmente hoy que había un evento. Al acercarse al establo escuchaba voces, pero se suponía que nadie debería estar dentro ya que ella llevaría los caballos personalmente. Al acercase podía notar que eran dos personas, un hombre y una mujer, riendo y susurrando, pero no los veía, solo escuchó al chico decir "Naye, no sabes tú como me pones, no como la fría de mi novia" a lo que la chica solo reía tontamente.

De un momento a otro un estruendo, uno de los caballos relinchando y moviendo sus patas como si fuera a salir de su reja, esto la puso en acción. "Hey, hey Tormenta, calma calma" con rapidez cerró la puerta del establo y fue a abrir la reja del caballo cuando vio a uno de los chicos del equipo de polo con los pantalones abajo y tirado en la paja y una chica de cabello rizado tratando de subirse las tiras de su vestido y bajando la falda del mismo. "Esto no es lo que parece" gritaron los dos al mismo tiempo cuando la tuvieron de frente y mientras ella ya había abierto la reja de Tormenta, al parecer esos dos lo habían asustado.

Al chico lo pudo identificar, era un engreído que practicaba polo, siempre con actitud de superioridad, grosero y que coqueteaba con todo lo que se movía. El chico como pudo se levantó, pero se quejaba y al parecer no podía mover el brazo "Ah, solo es una empleada del club" dijo con prepotencia. Juliana lo ignoró y dijo "Tu" señalando a la chica "sal de acá, llama al entrenador Montes" la chica miró a Lucho que quejándose y con cara de dolor dijo "Si Naye, ve por el coach, ahora" y salió corriendo de allí.

Juliana tomo el botiquín y fue hacia el chico "Siéntate ahí en ese banco" y así se tomó el tiempo de inmovilizar su brazo siguiendo las instrucciones del curso de primeros auxilios que había tomado, pero apretando con un poco más de fuerza de la necesaria a lo que el hombre se quejaba "Listo" dijo cuando termino. El chico la miro con dolor y enojo "Si le dices algo de lo que viste a alguien te juro que te hago despedir y que no consigas trabajo en ningún otro lado, ¿entendido?"

Juliana frunció el ceño con enojo y respondió con tono fuerte "¿Ahora me amenazas? No es que vaya a decir nada, tu vida no me importa, pero ese caballo de una patada podía haberte matado, ¿y así agradeces?"

Lucho bufó y dijo "Nada tengo que agradecerte .." miro su camiseta polo leyendo su nombre "Julieta"

"Juliana" corrigió la chica de ojos oscuros. Iba a seguir contestándole al imbécil, pero entró el entrenador "Luis, ¿qué paso?" Lucho miro fijamente a Juliana, ella rodó los ojos y se puso de pie seriamente dirigiéndose al entrenador "Se cayó y se lastimó el brazo señor Montes, no creo que pueda jugar hoy"

El entrenador se sentó donde anteriormente se encontraba Juliana y lo reviso. "Efectivamente, voy a llevarlo a la enfermería y ahora tengo que reemplazarlo, pero no tengo a quién" dijo pensativo.

"Yo lo llevo a la enfermería, y mientras tanto usted soluciona el problema del jugador, ¿si?" se ofreció Nayeli. El entrenador asintió y Nayeli salió con Lucho, no sin antes que el último lanzara una mirada a Juliana y se colocara un dedo en sus labios en señal de silencio, a lo que Juliana simplemente le sacó el dedo medio. Dentro de ella sabía que tanto drama era porque al chico no le convenía que Juliana dijera algo, ya que al parecer tenia novia.

Juliana volteo sin esperar respuesta de Lucho y el entrenador también volteo al mismo tiempo después de encontrarse caminando de un lado al otro del establo, ¡levanto un dedo y dijo "Ya se! Valdés, tu reemplazas a Luis, te he visto montar y sé que conoces las generalidades del juego, ¿te apuntas? De verdad te necesitamos para iniciar ya"

La pelinegra se sorprendió, pero accedió, el entrenador le dio un casco y una camiseta que tenía extra del equipo, y así fue como jugó su primer partido de polo.

Cuando este finalizó y después de haber conocido a la chica de ojos azules, así como enterarse de que era la novia del idiota del Lucho, continuó con su trabajo, debía ingresar nuevamente a los caballos y dejarlos en el establo.

No podía dejar de preguntarse cómo era que una chica tan amable como Valentina fuera pareja del engreído del Luis, y que además la engañaba con otra, los hombres no tienen vergüenza. Concentrada en su labor solo faltaba llevar a Tormenta a su lugar, ya que era el caballo que ella había utilizado para el juego. Se montó en él y pensó cabalgar un rato. Divisando los obstáculos del espacio para equitación comenzó a pasarlos indicando a Tormenta qué hacer y hacia dónde dirigirse.

A lo lejos Valentina miraba nuevamente la habilidad de Juliana para montar. Cuando abandonó la enfermería habló con algunas personas que reconocía como socios de la empresa y personas que llevaban toda su vida asistiendo a estos eventos a los que su padre acudía. Se tomó algunas fotografías, lució su vestido y su sombrero, charló con conocidos y desconocidos, sonrió con gracia, en fin, cumplió el protocolo de Eva (ugh). Cansada de esto decidió caminar por las instalaciones y nuevamente Juliana captaba su atención montando el caballo negro que brillaba igual que las oscuras ondas de su jinete.

Juliana desmontó y Valentina le aplaudió haciendo que la morena notara su presencia.

"Verte me hace extrañar mis años de equitación" dijo Valentina mientras la pelinegra se acercaba.

"¿Ah sí? ¿ya no montas?" inquirió la chica

La ojiazul negó "no, ya no, mis años de gloria finalizaron con mi mudanza a Canadá hace unos años. Pero me gustaría hacerlo nuevamente, por hobby al menos, aunque no creo que sea tan buena como tú"

Juliana descartó su comentario con un movimiento de su mano y sonrió "Me das más crédito del que merezco"

"Hey que no, es en serio"

"Bueno, bueno está bien, pero ¿tu porque no lo retomas? Al menos por hobby como dices"

Valentina lo considero y se le ocurrió una idea "Listo, si lo hago, pero hace mucho tiempo que lo dejé. Te propongo algo, yo practico, pero solo si entreno contigo"

La peligra le brindó una mirada incrédula "¿Yo? Que va, yo no enseño" rió de las ocurrencias de la otra chica.

"Pleaseeee! En serio que sería una actividad para distraerme y no sé, me pareces buena onda" finalizó.

"Bueno yo no decido eso, debes hablar con el señor Montilla, él organiza los horarios y asigna los espacios"

"Tranquila, yo lo arreglo todo" y comenzó a caminar hacia la oficina del mencionado. Al ver que todo iba en serio Juliana ató las riendas de Tormenta a la valla y siguió a la chica a la oficina.

"Señor Montilla, buen día, quisiera programar unos espacios para entrenar equitación con Juliana" la pelinegra estaba de pie al lado justo detrás de Valentina.

Montilla alzó la vista de sus papeles y las miró a las dos respondiendo "Señorita Carvajal, buen día, la señorita Valdés no es entrenadora, le podría programar con alguien de verdadera experiencia" expresó con una sonrisa autosuficiente y lanzando una mirada dura a Juliana quien solo levanto sus hombros.

"Señor Montilla, no es una pregunta, simplemente organice los espacios, ¿esta bien?" dijo la ojiazul sin dejar lugar a discusiones por lo que el hombre se limitó a responder "Muy bien señorita Carvajal, dígame que horarios le convienen"

Salieron juntas luego de organizar los entrenamientos, Valentina juntó sus manos con felicidad y dijo "¡Nos vamos a divertir tanto!" Juliana contagiada de su energía solo pudo sonreírle.        

Las riendas del amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora