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Valentina aplaudía mientras saltaba con emoción. Juliana se aproximó dónde estaba la castaña en la cerca que les separaba, y dirigió a Tormenta para que realizara una pequeña reverencia con su cabeza, lo que hizo crecer aún más la sonrisa de la chica de ojos azules.

"¿Cómo haces todo eso?" dijo la más alta colocando sus manos en sus mejillas con gesto sorprendido.

"¿De verdad te gustó? ¿crees que será suficiente?" preguntó la morena con inseguridad mientras desmontaba y acariciaba el cuello de Tormenta quien relincho aceptando su afecto.

"Juls, ¿are you kidding me? Eso fue increíble" Juliana había tomado parte de su tiempo libre e invitado a Valentina para mostrarle su repertorio de salto ecuestre, la modalidad que había seleccionado para el evento.

"¿Si? Es que bueno, las demás personas que van a participar se dedican a esto" suspiro "no sé, quiero hacerlo bien ¿sabes?"

Valentina la miro con ternura y tomo su mano "Aw chiquita, no tienes por qué sentirte nerviosa, tu eres la mejor"

"Tu solo dices eso porque yo te gusto" respondió la morena con una pequeña sonrisa.

"Hmm, eso es cierto" la miro con expresión pensativa "pero, no soy mentirosa, y recuerda que he estado en eventos como estos antes, tú mi Juls eres the best"

Aun con la cerca de madera entre las dos, Valentina la atrajo un poco para quedar más cerca, levanto la mano que tenía en la suya y beso el dorso haciendo sonrojar a la pelinegra "el rojo de tus mejillas es un hermoso complemento al chocolate de tus ojos" finalizó de forma coqueta.

Juliana con más vergüenza por su sonrojo traicionero no pudo evitar reír, y la empujo ligeramente soltando su agarre "Ya ya, suficiente. ¿Me acompañas a dejar a Tormenta en el establo?"

"Va, let's go" Valentina sabía que los halagos estaban fuera de la zona de confort de la morena, no porque le molestaran, sino porque tenía dificultad aceptándolos, pero ella no se cansaría de llenarla de ellos todos los días sí así era necesario para que su Juls entendiera lo increíble que es.

"Bueno Val, ¿Qué has pensando de lo de tu pasantía?" preguntó Juliana abriendo una conversación que habían tenido recientemente. Valentina había tomado control de sus clases en la universidad e iba a finalizarlas pronto, ahora estaba el asunto de su pasantía, pero estaba en un dilema.

Siendo una de las herederas del imperio de su padre, tenía por derecho la oportunidad de trabajar en su propia empresa, en la sección que deseara. No obstante, había un problema, y tenía nombre propio: Evangelina Carvajal.

"Lo considere Juls" expresó la castaña con un suspiro y colocando sus manos en los bolsillos traseros de sus jeans "pensé en hablar con Mateo, el esposo de Eva, y trabajar con él en el periódico, pero sé que de alguna manera ella terminara entrometida en mis cosas"

"¿Hablaste con ella?"

"No, es que neta, ni quiero contarle porque sé cómo se pone. Tú la conociste, es la bruja mala del oeste" terminó arrugando su expresión y riendo un poco junto a Juliana.

"¿Entonces? ¿Cuál es el plan?"

"Bueno, conozco al jefe de redacción de una revista de moda, una que no es propiedad de Grupo Carvajal" dijo mientras entraban al establo y Juliana acomodaba a Tormenta "más que evitar a Eva también quiero hacerme un nombre por mí misma, trabajar en algo que me guste, aprender en el campo y que mejor oportunidad que esta"

Juliana asintió comprendiendo la posición de la chica y sus dudas acerca de trabajar en cualquier cosa que estuviera bajo el mando de su hermana. "No le dieras a ella, ¿verdad?"

"Claro que no, la dejaré pensar que aún estoy en la universidad" dijo con expresión divertida "cuando se dé cuenta ya me estaré graduando" terminó encogiendo sus hombros "ahora, pasando a temas más agradables señorita Valdés, ¿quisiera usted acompañarme el día de hoy al cine después de su ocupada agenda?"

Juliana rodó sus ojos con diversión, pero continuo el juego "Señorita Carvajal, efectivamente soy una persona muy ocupada, sin embargo, creo que puedo abrirle un espacio"

"Qué afortunada soy" dijo la castaña colocando su mano sobre su pecho dramáticamente mientras cerraba el espacio entre ella y Juliana "nos vemos más tarde, chiquita" miro hacia la puerta del establo y nuevamente a la morena quien levantó una ceja. Tomó rápidamente las mejillas de la pelinegra apretándolas ligeramente y dejo un beso en sus labios estirados.

"Bye Juls" cuando Juliana reaccionó solo vio un flash de ondas castañas alejándose. Sacudió su cabeza con una sonrisa y continuo sus labores.   

Las riendas del amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora