Juliana caminaba hacia el café donde había citado a Valentina. La brisa que traía el caer de la tarde enfriaba su nariz. Pero en ese momento sentía todo menos frío, su corazón palpitaba con nerviosismo y emoción. Al entrar al lugar tomo una mesa, y al sentarse su pierna derecha comenzó a subir y bajar evidenciando la exaltación interna.
Gracias a la charla con sus amigos había decidido que debía ser totalmente honesta con la chica, incluso si eso la aterrorizaba porque no estaba segura de cómo respondería. Tenía un discurso preparado en su cabeza, le confesaría sus sentimientos a la castaña, no veía otra opción.
Miró su celular y observo la confirmación de Valentina cuando ella le envió la dirección del café, un corazón. Desde su posición escuchó la puerta del café abrirse y levanto su mirada, y allí estaba Valentina, su cabello ondulado se movía levemente con el ritmo de su caminar, esos ojos que eran como soles y la pequeña sonrisa que comenzaba a formarse en su cara al divisarla. Juliana no podía evitar la sonrisa que comenzaba a dibujarse en su propio rostro cuando sus miradas se conectaron, y ¿qué era eso de un discurso preparado? Su mente quedó en blanco cuando tuvo a su morrita frente a ella. Su morrita.
"Hey Juls" dijo ella mientras Juliana, quien ya estaba de pie, sentía los brazos de la castaña a su alrededor.
"Hola Val" suspiró la morena apretando a la chica contra su cuerpo. Tomaron distancia y se miraron fijamente.
Valentina levantó su mano y puso un mechón de cabello oscuro detrás de la oreja de Juliana quien se sonrojo y bajo su mirada haciendo sonreír más a la castaña "Me alegro tanto de verte Juls, y que me hubieras llamado"
La morena tuvo el valor de mirarla nuevamente para murmurarle "Yo igual Val"
"Hola chicas, ¿les gustaría ordenar algo?" dijo la mesera rompiendo el trance de las dos y haciendo que tomaran sus asientos. Cada una ordenó, mientras que esperaban hablaron de su semana, y cosas generales, evitando el tema puntual.
Juliana se enderezo en su silla y tomo aire dejándolo salir lentamente. Valentina la miraba con una pequeña sonrisa de adoración, ella quería que la pelinegra tomara la iniciativa, no la quería presionar como ya se lo había dejado claro, solo deseaba que las cosas fluyeran y que la chica se sintiera igual por ella.
La chica de ojos claros puso miraba fijamente a Juliana nuevamente, desde sus ondas oscuras que brillaban con la luz del lugar y esos ojos chocolate que le encantaba observar y perderse en ellos.
"Val" le llamo la atención la morena.
"Hmm?" dijo distraída repitiendo el recorrido y observando los labios de Juliana.
"Val, no me mires así" dijo la chica con sus mejillas un poco rojas
"¿Qué? ¿cómo te estoy mirando? ¿te pongo nerviosa?" dijo con una sonrisa que denotaba picardía. Juliana gruño.
"Ya Val, no te burles" se quejó. Valentina tuvo compasión y tomo una de las manos de la morena.
"Ya, ya, pero, creo que tú y yo tenemos un asunto pendiente" afirmó moviendo su interacción al tema por el cual esperaba se estuvieran viendo "no me arrepiento de lo que hice ¿tu si? Digo si te hice sentir incomoda podemos olvidar todo y .."
"Val, no" Juliana la interrumpió. Tomó aire con determinación y lo dejo salir mientras decía "te voy a ser sincera, no se tu que sientes por mí, pero, tú me gustas" apretó su mano y corrigió "en realidad no me gustas"
"¿Ah no?" respondió la castaña con confusión.
"No" la morena sonrió "no solo me gustas, me encantas Valentina Carvajal, y no sé qué hacer con todo lo que me haces sentir"
La otra chica respiro con alivio "Juls, tú también a mí, nunca me había sentido así, estos últimos días no he dejado de pensar en ti y en repetir lo que por fin tuve la valentía de hacer ese día frente a la puerta de tu depa"
"¿Qué hay de los otros chicos con los que has estado?" preguntó Juliana.
"Nunca Juls, neta, nunca algo así" confeso porque era la verdad "¿qué vamos a hacer?"
Juliana miro directamente a esos ojos azules que le confesaban todo esto con tanta sinceridad y afecto, su estómago revoloteaba con mariposas, sentía tantas cosas nuevas, sin embargo, estando aquí, mirando a la chica que correspondía sus sentimientos y que había puesto su mundo de cabeza, de alguna forma la llenaba de valor.
"No puedo decir que va a pasar en el futuro Val" le expresó mientras tomaba su otra mano "pero alguien me dijo que no estamos obligadas a ponerle nombre a nada, ¿y si tan solo dejamos que las cosas fluyan y vemos a dónde van? ¿qué opinas?"
Valentina asentía repetidamente y mordía su labio inferior aguantando una sonrisa que pretendía ocupar todo su rostro "si Juls, si a todo, si a darle una oportunidad y ver donde nos lleva, ven acá"
Estiro sus largos brazos y los envolvió alrededor de la morena, descansando su frente en el espacio entre su hombro y su cuello donde dejo un pequeño beso que hizo a Juliana estremecerse y sonreír llena de felicidad.
Valentina insistió en llevarla a casa, ya que Juliana había invitado al café y la acompaño hasta la puerta. Sentía un poco de déjà vu en este recorrido, aunque lo hacía con calma al saber que habían aclarado las cosas.
"Well Juls, creo que nos veremos" dijo la castaña ya frente a la puerta de la chica.
"Si Val, pero antes" dejo de hablar y se acercó a ella colocando sus brazos alrededor de su cuello y recorriendo su rostro hasta posar su vista en los invitantes labios que tenía enfrente "no te puedes ir sin esto" recortó los pocos centímetros que las separaban y la beso suavemente, sintiendo el calor que desprendía y el sabor de esos labios que ahora le pedían más.
Valentina presionó con un poco más de fuerza, quería sentir todo de Juliana, apretó su cintura y subió su otra mano para colocarla en la nuca de la morena, estirando sus dedos para sentir su sedoso cabello. Con su lengua tentó a la pelinegra quien con emoción abrió más su boca para sentir su lengua y la de Valentina tocarse, profundizando y haciendo de este el beso más apasionado que había dado y recibido. Valentina por su parte estaba en el paraíso, el sabor dulce de la morena en su boca, que la invitaba a más y que tenía seguramente sus mejillas rojas del calor que sentía pasar entre las dos.
Juliana descendió el ritmo que estaba tomando el beso y se alejó un poco aún con los ojos cerrados, dejó un casto beso en los labios de la otra chica quien sonrió y repitió la acción. Así intercambiaron pequeños besos hasta que ambas abrieron los ojos y se miraron la una a la otra.
"Adiós Val" dijo la morena dándole un último beso y entrando a su apartamento.
Valentina se fue caminando y antes de salir, con el conocimiento que nadie la veía, alzó sus brazos en victoria y dio un pequeño salto de felicidad. Esa morena la iba a enloquecer.
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Las riendas del amor
RomanceA Valentina ya nada le emociona, sin embargo, las cosas parecen cambiar cuando conoce a la chica de ojos oscuros en los que se puede perder, pero en los cuales también se podrá encontrar a sí misma.