𝙏𝙬𝙤 𝘼𝙡𝙥𝙝𝙖𝙨, 𝙊𝙣𝙚 𝙊𝙢𝙚𝙜𝙖 . [𝘚𝘰𝘰𝘫𝘶𝘯𝘬𝘢𝘪]

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No lectores fantasmitas por favor ❤️ me gusta leer sus comentarios y ver como va mi fanfiction.

Yeonjun gimió de felicidad cuando por fin tuvo los resultados del sexo de los bebés. Ese día el detective se dirigió solo con su ginecóloga beta de confianza, aún no abría los resultados por lo tanto estaba más que ansioso.

Camino hacia el aparcado y subió hacia su auto, uno de los cuales estaba estacionado a unos metros de la clínica. Sacó sus llaves de su bolsillo y su celular empezó a sonar.

Miró curioso su bolsillo y sacó su celular de ahí cuando la pantalla mostró un mensaje anónimo. Dio la clave y luego ya estaba en la pantalla principal.

“ No sabes con quien te metes, Choi Yeonjun.”

Era lo que decía el mensaje.

Se quedó estático por unos segundos. Hasta que frunció su ceño sabiendo que ese mensaje había sido enviado por la mafia la cual contó Jeongin. Suspiro frustrado, las emociones fuertes eran malas y debía tranquilizarse antes de caer desmayado. No podía permitir que algo le pasara a s bebé.

Miró hacia el cielo azul y rápidamente corrió hacia su auto, lo más que pudo hasta que alguien tomó sus manos y luego aquel olor asfixiante a cloroformo llegó a sus fosas nasales dejándole dormido de todos sus sentidos.

Los pies de YeonJun fueron tomados cuidadosamente al igual que su cabeza y fue llevado hacia la parte detrás de una camioneta blanca. Los hombres que vestían de negro con una máscara de color blanco con los razgos de Vendeta subieron de nuevo a la camioneta y conducieron a un rumbo fijo.

HueningKai se encontraba revisando algunas carpetas. Yeonjun le había dicho hace horas que le ayudará a firmar papeles que venían por parte del gobierno, sobre casos y otras felicitaciones.

Estaba tranquilo hasta que sintió un dolor en su vientre y después de eso se sintió mal, la tristeza y la angustia lo invadía. Su lobo le habló a desesperado pidiendo ayuda, su Omega, Yeonjun.

Se levantó del lugar y corrió rápidamente hacia la oficina de Soobin en el tercer piso del edificio. Ahí lo encontró en la misma situación mientras los papeles caían de sus manos.

— Yeonjun... —Dijo Kai en un hilo de voz.

Soobin frunció su ceño y camino rápidamente hacia afuera. — Está en peligro.

Los oídos de YeonJun producieron un zumbido cuando abrió apenas sus ojos. Se sentía mareado y su espalda dolía como el infierno. Todo eso al parecer se debía por que dormio sobre el pavimento mientras sus brazos de encontraban detrás siendo amarrados por una cuerda y no solo eso, sus pies también, haciendo la posición dolorosa.

Lo primero que pensó fue en sus bebés, ni siquiera importaba su salud. Era tan débil que no podía defenderse ni siquiera el sólo. Soltó un quejido agotador cuando trató de desatarse de las cuerdas pero no pudo y eso le hizo desepcionarse, sentirse tonto.

Sus cabellos caían por su cara asi que movió su cabeza y miró que el lugar era al parecer un garage.

Sus lágrimas empezaron a bajar por sus mejillas y una luz apareció en el umbral, después, el sonido de una puerta y las pisadas por las escaleras de madera que llevaban a la parte de abajo. No podía gritar, su boca se encontraba amordazada y no importaba cuanto lo intentará, nadie lo escucharía.

— Eres bellísimo...— La luz del garage fue prendida revelando un lugar más acomodado, la luz de la luna no le permitió ver lo tanto que había.

En las paredes había arsenales de armas y juguetes sexuales. Yeonjun abrió sus ojos y empezó a negar ansiosamente mientras se retorcía en el suelo.

Él sujeto el cual era alto, cabello azul y sonrisa cuadrada, le miró de arriba hacia abajo y sonrió arrodilladose frente a su cuerpo.

— Gucci gang para ti, lindura.

Habló demostrando su voz grave y profunda. Era un Alfa, su olor lo delataba tan pronto como se acercó y alumbró la cara de YeonJun con una linterna haciendo lagrimear al omega el cual tenía su cara manchada por la tierra del lugar.

YeonJun empezó a retroceder hacia atrás, aterrado. Gucci gang tomó con sus manos los cabellos rosas del omega y apretujo su cuero cabelludo. Yeonjun gimió y miró hacia el techo.

— No estas nada mal.

Se levantó el alfa sonriendo y después de eso escucho el sonido de lo que era un cinturón y después de eso caer al suelo.

— Disfrutaras esto, no llores amor.