Capítulo 9

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Nico se removió un poco en la cama mientras sus ojos fueron abriéndose con lentitud, sentía que había dormido mejor que nunca, incluso se encontraba de muy buen humor apesar de haberse despertado relativamente temprano. Se sentía repuesta y con energía.

Estiró sus brazos con pereza e inesperadamente comenzó a recordar lo que había pasado con Maki en aquella habitación, y su desnudez no hacia más que comprobar que no lo había soñado. Sin poder evitarlo sus mejillas se sonrojaron al recordar todas las sensaciones que la pelirroja le había hecho sentir.

Sensaciones nuevas que sin duda alguna la habían marcado para siempre.

Luego de unos segundos más rememorando lo acontecido, Nico comenzó a buscar a Maki por la habitación sin embargo no la vio por ningún lado.

—¿Maki?— preguntó asomándose en el baño de su cuarto cubriéndose sólo con una manta.

No había nadie....

Nico hizo un puchero y frunció el ceño, ¿por que Maki no estaba en la habitación?

Por supuesto que ella también estaba muy avergonzada por lo ocurrido, pero dejarla sola en la habitación luego de tener sexo por algún motivo hacia sentir mal a la pelinegra.

Se sentía como una más en la lista de Maki, y eso le provocaba un extraño malestar en el pecho.

¿Ahora que haría?

Aunque no quisiera admitirlo, no se arrepentía de lo que había ocurrido aquella noche, ahora sabía que era verdad que Maki era muy buena en la cama, mucho más de lo que imaginó.

Nico se sonrojó por sus pensamientos acompañados por los recuerdos de las sensaciones que su mejor amiga le había provocado. Todo había sido tan maravilloso que le parecía irreal.

¿Haber tenido sexo las convertía en pareja?

Nico se sonrojó aún más al imaginarse eso, y rápidamente negó con la cabeza.

¿Cambiaría su amistad con Maki por esto?

Peor aún, ¿se acabaría?

La pelinegra decidió mejor no pensar en ello, y vestirse para bajar y tomar un desayuno decente.

Ya luego tendría tiempo de pensar en las consecuencias de lo había pasado.

                            * * * *

Bien.

Esto iba a ser difícil, o más bien incómodo, pero no es como si pudiera o quisiera esconderse de Maki en primer lugar, más bien era todo lo contrario, Nico quería hablar con ella y aclarar que era lo que había ocurrido y lo que ambas iban a hacer. Esa sería la mejor opción dadas las circunstancias.

La pelinegra tomó una gran bocanada de aire antes de pasar por la puerta.  Una vez estuvo "preparada" mentalmente para lo que venía finalmente entró a la cocina, inevitablemente el corazón de Nico comenzó a latir con rapidez al ver a su mejor amiga, quién estaba tomando el desayuno junto a Nozomi.

—Buenos días.—saludó Nico al llegar a la cocina, tratando de sonar lo más normal posible, y por imposible que parezca, lo logró.

—Buenos días, Nico-chan.— respondió Maki desviando la mirada avergonzada, ciertamente aún no estaba preparada para ver a la pelinegra a los ojos. Se sentía demasiado nerviosa.

—Buen día, Nicocchi. — dijo Nozomi mostrándole una gran sonrisa mientras sostenía una taza de café en sus manos.

—Tengo que hacer algo, enseguida regreso.— mencionó Maki fingiendo de mala manera que había olvidado algo para poder salir huyendo de la cocina con mucha rapidez.

—¿Aún sigues aquí?— interrogó Nico arqueando una ceja, tratando de ignorar el hecho de que Maki había huido descaradamente.

—Así no se tratan a las visitas, Nicocchi.— señaló la pelimorada con una sonrisa incómoda y divertida al mismo tiempo.

—¿Según quien?— frunció el ceño, cruzándose de brazos.

—Según yo.—

—Eso supuse.— Nico rodó los ojos y se encaminó hacia el refrigerador para poder sacar algo de comida.

—No te preocupes, me iré pronto.— mencionó Nozomi bebiéndose lo último que le quedaba de café.

En ese instante entró Maki con el rostro ligeramente mojado y una pequeña tolla alrededor de sus hombros. Parecía que se había ido sólo para mojarse la cara.

—Nozomi, ¿porque no te quedas un rato más?, podríamos ver una película las tres juntas. Será divertido.— sugirió con una sonrisa. No quería quedarse sola con Nico, no estaba preparada para encararla aún.

—O tal vez me quede un poco más.—le dijo Nozomi a Nico mostrando una sonrisa.

Nico frunció el ceño e hizo una mueca con disconformidad. Quería que Nozomi se fuera ya, necesitaba hablar con Maki, y apesar de que no sabía que era exactamente lo que debía decirle, tenía la necesidad de estar a solas con su mejor amiga. 

Pero, para su desgracia, hoy no sería el día.

Muéstrame- NicoMakiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora