—¿Que dijiste?— preguntó Maki incrédula.
¿Acaso estaba soñando o ese vino que Nico estaba tomando estaba adulterado?
¿Cuál de las dos opciones?
Nico se quedó en silencio procesando lo que había dicho. Había salido sin querer y ahora mismo se arrepentía de ese momento de debilidad que la había llevado a pedirle esa locura a Maki, sin embargo tenía que verse segura, sin una pizca de miedo sin importar lo mucho que deseaba salir corriendo de ahí.
—Nico-chan, ¿que fue lo que dijiste?— insitió en saber que no imaginó las palabras dichas por la pelinegra.
Nico abrió la boca para decir algo, y se tomó un momento para pensar lo que iba a decirle a su mejor amiga.
—Maki, con que aquí estabas, estaba buscandote,— una chica de cabello rojo un poco más oscuro que el de Maki se acercó hasta ella y la tomó del brazo.—Vuelve a la cama...— pidió besando su cuello.
—Riko...— dijo su nombre con ligera sorpresa e incomodidad.
Nico guardó silencio una vez más y se mordió el labio inferior para luego simplemente beberse todo lo que le quedaba de vino.
—¿Interrumpí algo?— inquirió Riko un poco avergonzada al notar la extraña atmósfera que había entre ambas amigas.
—Para nada.— respondió Nico alzando sus cejas y rodando los ojos.
—No, así que no te preocupes,— Maki acarició su cintura.—Enseguida subo.— le mostró una leve sonrisa y la chica asintió para luego irse del lugar.
—Necesitamos comprar más botellas de éste vino.— mencionó Nico agitando la botella para luego volver a llenar su copa.
—Parece que ya estás ebria, no soportas para nada el alcohol ¿eh?— Maki suspiró, era más que obvio que Nico nunca quiso ser grosera con Riko.
Y por supuesto....que nunca quiso acostarse con ella.
Nico sólo estaba ebria y no sabía lo que decía, eso era lo que estaba pasando, no debía de malinterpretar las verdaderas intenciones de la pelinegra.
—¿Pero que dices? Soy muy buena bebiendo.— mostró una sonrisa mientras meneaba su copa.
—Creo que lo mejor es que te confisque esa botella.— Maki se acercó dispuesta a quitarle el vino, sin embargo Nico lo tomó rápidamente abrazándolo protectoramente.
—Voy a tener que escuchar como haces gemir a esa chica durante toda la noche, por lo menos déjame pasarla bien junto a esta botella.— frunció el ceño, con la intención de no dejarse ganar por la pelirroja.
—Esta bien...— suspiró derrotada. De verdad que no podía decirle que no a Nico.—Pero no me culpes mañana que te de resaca.—
—Lo prometo.— levantó la mano para completar su promesa.—Ahora ve y dale a esa chica el mejor sexo de su vida.— se levantó y empujó a su mejor amiga por los hombros hacia la puerta.—No la hagas esperar.—
—Esta bien.— asintió con una ligera expresión de desilusión.
En aquellos momentos no quería tener sexo con alguien que no fuera Nico.
Sin embargo, ya sabía de antemano que aquello nunca sería posible.
* * * *
La pelinegra se levantó de la cama por la iluminación que entraba por la ventana.
Maldito sol.
Nico llevó su mano a la cabeza por el insoportable dolor que sentía acompañado de un leve mareo.
—Maldición.— se quejó sólo abriendo un ojo por la insoportable luz.
—Te dije que te ibas a arrepentir.— escuchó la voz de Maki a su lado.
Se encontraba con ropa casual con el teléfono en las manos y sentada al lado de la cama de la pelinegra.
—Oh cállate.— frunció el ceño. No quería admitir su error.—¿Que haces aquí? Es la primera vez en mucho tiempo que no te veo sólo con una
bata puesta.——Vine a verificar que estuvieras respirando.— rió suavemente Maki ofreciéndole un vaso con agua fría.
—Exageras.— rodó los ojos y tomó el vaso.
—Pasa de la una de la tarde.— dijo luego de revisar la hora.—No exagero. —
—¡¿Enserio?!— exclamó con sorpresa observando el reloj al lado de su cama.
Maki soltó una leve carcajada al observar la expresión de la pelinegra, era sin duda muy graciosa.
—¿Por que no me despertaste más temprano?— Nico hizo un puchero inconscientemente, tenía suerte que ese día no tenía nada que hacer por la mañana, o más bien en todo el día en general.
—Estabas durmiendo tan cómodamente que me fue imposible hacerlo.— se excusó la ojimorada.
—Gracias supongo.— volvió a tocar su cabeza, haciendo un leve masaje para aliviar aunque sea un poco su dolor.
—Toma, para el dolor de cabeza.— Maki le dio una pastilla.—Pero, primero come esto.— se levantó y fue hasta la mesita de centro para tomar un plato con fruta picada.
—Según recuerdo habías dicho que no me ibas a ayudar con la resaca.— sonrió Nico tomando el ligero desayuno que Maki le había preparado. Realmente le gustaba cuando su mejor amiga era tan atenta hacia ella.
—¿Lo recuerdas?— Maki sintió su corazón acelerarse.—¿Recuerdas que sucedió anoche?— salió de sus labios involuntariamente con cierta emoción y ansiedad.
En ese momento Nico recordó todo.
"Muéstrame que tan buena eres en la cama"
Sus mejillas se sonrojaron al recordar sus palabras.
¡¿Cómo pudo decir eso?!
—Algunas cosas.— decidió hacerse la desentendida.
—Oh.—
—¿Hice algo raro o por que tu pregunta?— inquirió tratando de actuar indiferente.
—Sólo pensé que habías bebido demasiado como para recordar algo, eso es todo.— una mueca de desilusión casi imperceptible apareció en el rostro de la pelirroja.
—No bebí tanto.—
—Probablemente...— Maki se puso de pie. —Tengo que irme.—
—Gracias por todo.— sonrió Nico dulcemente hacia su mejor amiga.
—No hay de que, Nico-chan.— dijo y salió de la habitación.
Una lágrima cayó apenas estuvo afuera.
Sabía que no debió ilusionarse, y aún así no había podido evitarlo....
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Muéstrame- NicoMaki
Fanfic-Muéstrame.- -¿Qué?- -Muéstrame que tan buena eres en la cama.-