Capítulo 22

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—Lo siento, no pasa nada, estoy bien.— Kasumi se limpió las lágrimas que se habían deslizado por sus mejillas y luego sonrió.

—Kasumi, no tienes que fingir estar bien,— Nico negó con la cabeza y acercó sus manos al rostro de la menor para acariciar sus mejillas.—Perdón por ser tan insensible.— su expresión se tornó triste, se sentía culpable, sabía que Kasumi tenía sentimientos hacia Maki y aún así le dijo todo aquello, era una idiota.

—De verdad estoy bien.— la peligris tomó una gran bocanada de aire para luego dejarlo salir en un largo suspiro. —Ni siquiera sé porque lloré.— negó con la cabeza sonando tan animada como siempre.

Nico hizo una mueca, algo le decía que las cosas no estaban bien con Kasumi, pero la forma en la que hablaba y la expresión en su rostro era el de siempre. Era todo muy extraño.

—¿Estás segura?— inquirió la mayor aún sin creerse del todo lo que su amiga le decía.

—Sip.— asintió y luego observó a Nico a los ojos.—¿Que vas hacer entonces? ¿Vas a declarartele o algo por el estilo?—

—No creo que sea buena idea, ni siquiera sé si me gusta en realidad.— negó Nico, sintiendo sus mejillas un poco calientes.

Kasumi arqueó una ceja con incredulidad, ¿de verdad Nico no sabía si le gustaba Maki? Era obvio que le gustaba, se notaba fácilmente.

—Averígualo entonces.— respondió simplemente la peligris.

—¿Averiguar qué?—

—¿Como que qué? Tienes que averiguar si te gusta Maki o no.— le dio un pequeño golpe en la frente.—A veces eres muy lenta, Nico.— rió suavemente.

—¿Y como haré eso?— preguntó haciendo un puchero, mientras se tocaba la frente, más exactamente en dónde Kasumi la había golpeado.

—Invítala a salir.— se encogió de hombros como si fuera lo más obvio del mundo.

—¿Y como sabré si me gusta invitándola a salir?—

—Eres un caso serio, Nico.— rió Kasumi.

—No sé nada de estas cosas. Jamás me he enamorado de nadie.— se quejó Nico haciendo un puchero.

—Bueno, te explicaré entonces.— dijo con un toque de orgullo en si tono de voz.—Todo será por comparación.—

—¿Comparación?—

—Si, has salido con otras personas antes ¿no es así?—

—Si.— Nico asintió.

—Ahora bien, en tu próxima cita con Maki tienes que comparar lo que sientas con ella a lo que sentiste con tus otras citas, así de simple.—

—¿Y como sabré si me gusta?—

—Vamos, Nico, piensa un poco, si en tu cita con Maki te sientes nerviosa o sientes la necesidad de besarla o abrazarla, algo que tal vez no sucedió con alguna otra persona, eso querrá decir que Maki te gusta.—

—Ya veo...— asintió Nico, esta vez entendiendo todo.

—Ahora solo queda que la invites a salir.— sonrió Kasumi.

* * * * * *

Nico sintió que sus manos comenzaban a sudar alrededor del volante de su auto, no quedaba mucho para llegar a su departamento y eso la hacía sentir sumamente ansiosa.

¿Como debería de pedirle a Maki una cita?

Jamás era ella la que daba el primer paso, así que no sabía que debía hacer.

Finalmente luego de unos pocos minutos llegó a casa, estacionó su auto para luego bajar de él.

—Tu puedes, Nico.— se animó asimisma antes de abrir la puerta del departamento.

Todo estaba realmente silencioso, de no ser por que la luz de la cocina estaba encendida habría pensado que no había nadie dentro.

—¿Maki?— preguntó en voz alta.

—Estoy en la cocina.— respondió la pelirroja.

Nico tomó una gran bocanada de aire antes de caminar hacia la cocina de su departamento.

—¿Que haces?— le preguntó al verla llena de harina y con un libro en la mano.

—He estado tratando de hacer un pastel, pero no ha salido como planeaba.— Maki parecía avergonzada de que Nico viera el desastre que había hecho en la cocina.

Nico comenzó a reír acercándose hacia dónde estaba la menor observado a detalle lo sucia que estaba la mesa.

—Normalmente eres buena cocinando, pero parece que los postres no se te dan bien.— comentó Nico riendo suavemente.

—No te rías de mi.— Maki hizo un puchero mientras dejaba el libro sobre la mesa.

—No me río de ti.— negó Nico hundiendo su dedo en la mezcla que tenía preparada Maki para luego llevárselo a la boca.—Sabe mejor de lo que pensaba.— dijo con una sonrisa.

—¿De verdad?— preguntó con emoción Maki llenando también su dedo con la mezcla para probarlo.—¿Enserio piensas que esto sabe bien?— hizo una mueca de desagrado.

Nico comenzó a reír de nuevo.—Dije que sabía mejor de lo que pensaba.— replicó la mayor.

—¿Que tan mal pensaste que sabría en primer lugar para que digas que esto sabe bien?— negó Maki con la cabeza.

—¿Y? ¿De dónde salió la idea de querer hacer un pastel?— inquirió Nico, cambiando la conversación.

—Bueno, encontré ese libro de recetas  de postres en una cafetería en donde regalan libros.— contó la pelirroja quitándose el delantal que tenía puesto.

—Has ido mucho a ese lugar estos días, de verdad te gusta leer últimamente.— comentó Nico ayudándole a Maki a limpiar la mesa.

—Bueno, es muy divertido leer y los libros son gratis, además el café que venden así es muy bueno.— mencionó Maki comenzado a limpiarse el rostro.

Nico se acercó a la menor colocándose frente suyo comenzando a limpiar su mejilla con sumo cuidado.

—¿Que tal si vamos juntas mañana?— le preguntó Nico con las mejillas sonrojadas.

Maki se quedó en silencio por unos segundos sintiendo sus mejillas sonrojarse, su corazón latía con fuerza.

—Claro, vayamos.— aceptó la pelirroja desviando un poco la mirada, mientras Nico aún seguía ayudándola a limpiar su rostro.

—¡Genial, es una cita!— salió de su boca sin pensar, sintiendo todo el rostro caliente de la vergüenza al darse cuenta.

—Si, es una cita.— asintió Maki sintiéndose muy nerviosa.—Iré a limpiarme.— escapó de la cocina al sentirse muy avergonzada.

Nico la observó irse para luego celebrar que había logrado pactar una cita con Maki.

Este sólo era el primer paso...

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⏰ Última actualización: Oct 05, 2021 ⏰

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