Capitulo 11

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Nico abrió los ojos perezosamente, estirando seguidamente sus brazos mientras soltaba un bostezo. Había dormido muy bien gracias a las pastillas que había comprado la tarde anterior, y sinceramente lo agradecía mucho. Todo estaba muy extraño últimamente, Maki evitandola a toda costa luego de que se acostaron, y por supuesto, la casi eterna estadía de Nozomi en su departamento.

Cierto.

Nozomi...

No tenía idea de que era lo que estaba planeando Nozomi, pero podía darse cuenta de que su actitud era muy extraña, no quería despegarse de Maki ni un segundo y parecía estar esforzándose por no dejarlas solas. Eso le molestó.

—Bueno, mañana llega Eli.— murmuró para sí misma tratando de que la presencia de Nozomi no le resultara molesta por el resto del día, aunque iba a ser difícil.

Bien, Nozomi se iría mañana del departamento así que por fin podría hablar con Maki, pero...¿de que quería hablar exactamente con ella? Había estado tan desesperada por estar a solas con su mejor amiga que se olvidó de pensar que era lo iba a decirle.

"Lo admito, eres muy buena en la cama."

No, ¡definitivamente no podía decirle algo como eso! No quería alimentar su ego, que de por sí ya estaba hasta las nubes.

"¿Algo cambiará entre nosotras por esto?"

Eso tampoco servía. Nico tenía miedo de la respuesta, no quería que su amistad terminara de esa forma.

"¿Qué tal si intentamos salir?"

Rotundamente no. No estaba preparada para salir con otra chica, mucho menos con su mejor amiga, pero por alguna razón desde lo ocurrido a Nico le causaba cierto malestar e incomodidad pensar en Maki estando con otra mujer. Tal vez si era un poco posesiva después de todo.

Nico fue sacada de sus pensamientos al escuchar a alguien tocar su puerta.

—¿Sí?— inquirió en voz alta.

—Nico-chan, el desayuno ya está listo.— escuchó a Maki desde el otro lado.

—Enseguida voy.— respondió levantándose de la cama.

—Bien, te esperamos abajo.— dijo, para luego irse a la cocina.

La pelinegra soltó un suspiro. Luego de la salida a la farmacia Maki había hablado un poco más con ella, sin embargo aún seguía increíblemente evasiva hacia su persona, y eso hasta cierto punto la estaba desesperando. Nunca habían estado tan separadas como esa semana y eso le causaba un malestar en el pecho que no lograba hacer desaparecer.

Negó con la cabeza tratando de olvidar todos esos problemas para seguidamente comenzar a vestirse.

Una vez que terminó de vestirse, decidió bajar a la cocina para poder comer su desayuno.

—Buenos días, Nicocchi.— la saludó Nozomi, pero la pelinegra la ignoró.

—Wow, huele delicioso.— mencionó Nico lamiéndose los labios con anticipación.

—Gracias. También hice tu café favorito.— Maki le dio una humeante taza rosa con la bebida caliente.

—Genial.— celebró la mayor con felicidad.

—¿Dormiste bien anoche?— preguntó la pelirroja, sentándose junto a Nozomi. Nico frunció el ceño.

—Si, dormí realmente bien.— asintió contenta.—La ventaja de que Nozomi esté aquí es que no has traído chicas. El departamento ha estado muy silencioso. Eso me gusta.— mencionó observando que expresión pondría Maki al decir eso.

Y tenía razón, ya fuera porque Maki había estado acostándose con Nozomi, o por que simplemente no tenía un lugar libre en el departamento, la menor no había llevado a ninguna chica, y eso era realmente agradable.

—Me alegro que hayas descansado.— dijo Maki un poco incómoda con la respuesta de su mejor amiga.

—¡Por cierto!— Nozomi cambió el tema de conversación.—Es momento de que me vaya a mi departamento,— comenzó a decir.

Nico tuvo que contener una sonrisa ante lo dicho por la pelimorada.

—¿En serio? ¿Por qué?— interrogó Maki con una expresión de ¿tristeza? Nico no podía descifrar muy bien cuál era su expresión, pero ciertamente parecía que Maki no quería que Nozomi se fuera.

—Es momento de volver, no puedo seguir escapando de mis problemas.—

Nico rodó los ojos ante la actuación de la ojiverde. No podía creer que Nozomi le mintiera de esa manera a Maki.

—Supongo que tienes razón.— se resignó Maki.

—¿A que hora te irás?— preguntó Nico con interés.

—Ya estás ansiosa por que me vaya ¿no es así, Nicocchi?— se rió la ojiverde.—No te preocupes, luego de terminar el desayuno me iré.—

                                .....

Luego de una pequeña charla, y después de haber terminado de comer, Nozomi se levantó y fue a la habitación de Maki por sus cosas, Maki la siguió obviamente y estuvieron en su habitación durante aproximadamente veinte minutos.

Nico movía el pie insistentemente un poco desesperada por la larga despedida de Nozomi. Cruzó sus brazos y observó la escalera esperando que ambas chicas bajaran, hasta que por fin luego de otros cinco minutos más, salieron de la habitación de Maki.

—Gracias por dejar que me quedara aquí.— hizo una reverencia ante ambas.

—No tienes que agradecer, para eso están las amigas.— mencionó Maki.

—Así es.— secundó Nico sin mucho entusiasmo.

—¿Quieres que te lleve a tu departamento?— se ofreció la pelirroja tomando las llaves de su auto.

—No, no es necesario.— se negó la pelimorada con una leve sonrisa.

—¿Segura?— inquirió Nico con los brazos cruzados.

—Si, segura.— asintió con firmeza.—Gracias por todo, nos vemos luego.— se despidió, saliendo del departamento.

Nico y Maki se mantuvieron en silencio observando la puerta por dónde se había su amiga. El ambiente se sentía tenso e incómodo.

—Iré a darme una ducha.— mencionó Maki tratando de huír, sin embargo Nico la detuvo tomándola de la mano.

—¡Espera!— la detuvo un poco nerviosa.

—¿Que sucede, Nico-chan?— pasó saliva por su garganta. Estaba sumamente nerviosa.

—Tenemos que hablar.— dijo finalmente la pelinegra.

Muéstrame- NicoMakiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora