Montarme en un automóvil no era como esperaba para terminar la fiesta de una boda, bueno si era lo que hacia al ir a las bodas, pero que mi compañero fuera Richard no era lo que había planeado de como finalizaría el día, posiblemente me imaginaba era embriagándome en mi antiguo cuarto llorando porque Dereck no dejo plantada a Cristina aunque yo sabia que no lo haría ni que yo hubiera detenido la boda y apuntado a su pecho.
El departamento de Richard era bastante amplio estaba debajo de algunos negocios en el centro, no era como imaginaba el lugar pero era bastante bonita la zona.
- Te comenté que no vivía en este lugar pero este es un activo que tengo en caso de reuniones familiares imprevistas o cualquier cosa que me ate venir a este lugar – no quiero dormir en casa, por eso siempre lo mando a limpiar – comento mientras encendía las luces.-¿ Quieres algo de comer tengo.. café? ¿Cigarros?— Dijo abriendo la nevera y viendo que no tenía nada y Yo le sonreí.
—Tranquilo yo también vivo sola y muchas veces lo que más tengo es café y pan con algo de moho en la esquina— dije riéndome, él se quitó la corbata y se acerco al mueble donde yo estaba sentada y empezó a acariciarme el rostro
—Yo... no creas que soy el tipo de persona que ve a alguien y se aprovecha de que esta bebió o algo así – me dijo de forma melosa mientras apartaba mi cabello, él se veia sonrojado con aquellas pequeñas pecas rosadas encima de su nariz se hacían presente.
–No hables —, me burle y lo rodee con mis brazos besándolo con pasión, me arrepiento desde siempre por no haberme fijado en él, Dereck estaba casado y era un hecho, ligado de por vida a esa familia e incluso en parte tenía la culpa de lo que me había pasado.
Pero, Richard siempre estuvo a mi lado, apoyándome ¿ Por que me era difícil quererlo? varios mechones caían encima de él y yo mire sus ojos azules, azules como el cielo, era extraño estar en esta situación besándome y siendo acariciada por Richard, que fue en un momento de mi pasado mi mejor amigo.
Estar con él luego de tanto tiempo, moría de ganas de decirle "¡si no estoy muerta, estoy aquí!" a estar en este momento encima de él era distinto a como me lo imaginaba, siempre fue una persona rústica, un poco torpe y alocada, pero en estos momentos por más tomado que estuviera, era calmado y delicado, acariciaba cada uno de los centímetro de mi cuerpo, ni mis múltiples amantes me hacían sonrojar y sentir como si fuera ¿ amada? Había pasado tanto tiempo desde que alguien me hacía sentir tan viva y querida con tan solo tocarme.
Quitándome el vestido y quedando expuesta ante él, por primera vez en mas de 10 años estaba completamente desnuda frente a él, sin cicatrices visibles y con la piel erizada por tan solo su tacto, él era bastante atractivo y mucho mas lo era en la cama, en sintonía nuestros latidos que retumbaban al igual que mis gemidos, me sentía en la gloria con tan solo la forma que su lengua tocaba cada parte de mi cuerpo me sentía en la gloria.
ESTÁS LEYENDO
Sidra Envenenada +18
Chick-LitRedville, Un pueblo dominado por la fabrica de Sidra más deliciosa del continente se encuentra a un paso de ser embargada, con apenas unos 1000 habitantes este perdido pueblo es el centro de la atención de unos hermanos que buscan algo más que un...