Capítulo 18 <<Celos celosamente celosos.>>

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Viernes 06/12/14

Desperté a las 10:00 am. Vi que las luces aun estaban apagadas, así que supuse que mis padres y Trinidad no habían despertado. Fui a la pieza de mis padres y estaban ahí, durmiendo. Luego fui a la habitación de Trinidad. Ella estaba ahí durmiendo con Francis, el Dj ¡¿Qué?! ¡¿El Dj?! . El Dj y Trinidad estaban durmiendo tranquilamente sin saber que mis padres podrían verlo, era lo que más me preocupaba. En susurros fui a despertarla.

-¡Trinidad! – decía en susurro. Trinidad tenía puesto el mismo vestido que usó en mi fiesta mientras que el chico estaba sin remera y el pantalón de jean que también usó esa noche. El Dj estaba totalmente lleno tatuaje que me llamaba la atención, tenía calaveras, cruces, flores y letras raras.

Volví a insistirle a Trinidad que le levantara para que hiciera algo con su ‘amigo’.

-¿Qué sucede? – dijo con el maquillaje desparramado.

-Me agrada que traigas a tus amigos, pero de esta forma que está tu amigo, a papá no le gustará. – dije susurrando

Trinidad se levantó rápidamente mirando a Francis. Logró despertarlo,  una vez que estaba despierto, lo sacó, pero por la ventana. Sí, quería reír pero a la vez no. Cuando Francis se fue saliendo por la ventana, la miré fijamente  a Trinidad en forma extrañada.

-¿Qué? – preguntó Trinidad levantando sus hombros

-Nada – dije entre risas.

*Narra Benjamín*

Esa estúpida alarma me despertó, quería tirarla y romperla, tenía demasiado sueño y una gran jaqueca. No tuve otra opción que levantarme para así poder a decirle a Tim que salgamos a algún lado. La cabeza se me partía, pero tal vez si pensaba en otra cosa, se me iría. Levanté mi cabeza para poder mirar el reloj, ya era tarde, ya cerca del mediodía. Me levanté a despertarlo, el simplemente estaba en el sofá con la boca abierta desparramando los brazos, con un short para dormir, y una remera roja, ah, y aun con los zapatos puestos. Una vez que se despertó decidimos tomar algo rápido.

-¿Has salido anoche después de la fiesta de Sami? – pregunté mientras movía mi taza de café

-Seh – dijo con la boca abierta llena de galletas

-¿Y qué tal? – pregunté dirigiendo mi mirada hacia el

-Horrible – dijo levantando sus hombros – el boliche estaba repleto de Gays. Lo cual estuvimos como diez o quince minutos. Me sentí incomodo y le dije a Stela para ir a un lugar más tranquilos. Ella decidió llevarme a su casa.

-¡Ese es mi primo! – Dije alentándolo - ¿Gays? Pero si tu eres igual que ellos. Creí que te encantan los hombres, hasta yo tenía miedo de que me violaras – reí

-¡Que gracioso! – dijo abriendo sus ojos simulando una risa sarcástica – pero como te decía… - levantando sus manos – Stela me dijo que estaríamos más cómodos en su casa porque sus padres no estaban. Y como soy sincero, te diré que me he embriagado así que mucho no recuerdo.

-reí - ¿No has hecho suficiente? – pregunté extrañado

-No te rías. – dijo algo incomodo – Como ya sabes… me acosté con ella y… – lo interrumpí

-Espera, ¿Stela es la chica de los pechos grandes y del gigantesco culo? – pregunté aun extrañado

-S-si. – Dijo rascándose la nuca – dormí con ella y pasó lo que tenía que pasar.

Un paso a la realidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora