Capitulo 11 <<Aun, un poco mas de mi vida>>

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Pasaron tres días, lentamente. Aun con el cielo oscuro y las nubes parcialmente grises.

      Había un cierto problema. Algo que odiaba. No lo quería. Quería que pase rápido. Sin contar los segundos, minutos y horas.

‘’Mi maldito cumpleaños’’, me caía pésimo saber que tenía que aguantarme las miradas, ya que yo tendría que ser el centro de atención. También tendría que aguantar aplausos y besos de mis tíos, abuelos y otros familiares más, en mi mejilla.

       Tal vez me equivoque, porque para muchas chicas, especialmente adolescentes, aman sus fiestas de cumpleaños, en cambio yo las odio pero… a menos que pase extremadamente lindo en ese día. Diecisiete años, significa que en poco tiempo tendré que pensar como un adulto. A veces, los adultos son detestables, no pueden disfrutar un momento lindo de su vida. Su vida se pasa en trabajo, trabajo, trabajo y trabajo, bueno, en algunos casos. Que diga esto no significa que cuando crezca no quisiera trabajar, al contrario. Ya entendí como son las cosas, que de a poco voy razonando. Naces, creces, se conviertes en adulto, tienes un trabajo y una familia o  en otros casos, un perro. ¿Una familia? Me encantaría, pero como les estaba diciendo unos segundos antes, no quiero crecer. Espero que no piensen que me creo una ‘Peter Pan’, él no quería crecer, yo tampoco, pero sé que lo haré en poco tiempo. Estoy bien con mis 16 años, creo que solo necesito unos años para estar satisfecha, y así, para poder ir cerrando los ojos de apoco.

*

Mi madre tiene una amiga llamada Jesse. Jesse tiene una hija de 20 años, un año mayor que Trinidad, llamada Ana. Ellas vinieron a casa, la semana pasada para visitarnos, como cualquier visita. Las conocí, creo que, hace tres o cuatro meses. Ana sabía todos mis problemas, al igual que Victoria, pero Victoria sabía guardarlos mejor. Ana sabía todo por lo que yo había pasado así que me invitó a la iglesia, dijo que sería un buen momento para compartirlo con Dios así yo pudiere liberar mi mente. Mamá y Jesse se conocieron por que Ana fue la mejor amiga de mi hermanastro, Tony. Tony tiene veintiún años, es hijo de mi madre. El padre de él lo dejó por ser como era, solo le quedaba mi madre. Mi padre no sabía las cosas por las que el pasaba así que cuando se enteró lo echo de mi casa. Mi madre quedó muy lastimada después de ese doloroso tiempo. El se fue de mi casa cuando solo tenía 18 años. La última vez que lo vi fue cuando es el tenia dieseis años, mi edad. Hace dos años no lo veo, el cual fue el tiempo en que me regaló unas zapatillas de color negro con una línea por los costados de color blanca y cordones blancos. Al parecer, Tony nació con un pensamiento distinto que las demás personas, o mejor dicho, hombres. Nunca tuvo una novia o una relación, o tal vez quería ocultarlo. Tony era Gay, me lo contó justo cuando se iba de mi casa echado por mi padre. Yo era muy apegada a él, más que Trinidad. Trinidad y Tony nunca se llevaron bien. El día en que él se fue recuerdo haber llorado como nunca lloré. Sentí que una parte de mi se había ido. Tal vez, el pensaba que con ser gay algo cambiaría en nuestras relación, pero no. Estaba pensando en escribirle una carta, ya que mis padres me prohibieron hablarle o  saber algo de él.

       Le dije a Ana que lo pensaría porque yo no  veía mi vida en una iglesia, tal vez, si lo intentara… podría ser divertido o podría cambiar mi vida. Solo había ido cuando lograron bautizarme, aunque fuera raro.

                   _

        Trinidad aun no venía. No pudimos pasar un ‘’día de hermanas’’ como yo lo diría, pero ella aun no estaba en casa. Quería despejarme de todo lo había pasado, y creí que ella sería una persona con la que me gustaría pasar nuevas cosas.

       Eran las 17:11 de la tarde, una linda tarde para estar con pijama, tomar leche con chocolate y leer un libro, un relajante libro. [Bajo la misma estrella]

‘’-¿Puedo volver a verte? – me preguntó. Su voz sonó nerviosa, y me pareció entrañable

-Claro – le contesté sonriendo.

-¿Mañana? – me preguntó

-Paciencia, saltamontes – le aconsejé – No querrás parecer ansioso…

-No, por eso te he dicho mañana – me contestó –. Quisiera volver a verte hoy mismo, pero estoy dispuesto a esperar toda la noche y buena parte de mañana’’

      _

‘’Todo el mundo debería tener un amor verdadero y debería durar como mínimo toda la vida’’

      

TODA LA VIDA, eso es a lo que yo le llamo amor verdadero. Es bonito que un simple libro diga grases tan cortas pero tan verdaderas, que logran llegar hasta lo más profundo de nuestros corazones.

          ¿Quiénes no se imaginan un amor como, por ejemplo, los cuentos de princesas? Eso solía imaginarme yo cuando era pequeña, miraba por la ventana y quedaba estúpidamente pensativa.

            En  ese momento, llega un mensaje de texto a mi celular.

[Benjamín]

*Holaaaa, tengo un regalo que te hará feliz, un bóxer*

   Terminé de leerlo y no pude evitar formar una pequeña sonrisa en mi rostro.

   Le contesté luego de unos segundos.

*Hola, bueno… la verdad es que me haría falta uno de los tuyos ((:*

 Recordé algo importante, Facundo. Intenté llamarlo, pero nadie atendía o simplemente estaba apago. Volví a redactar de todo lo sucedido, y creí que… por algún motivo Facundo golpeó salvajemente a Benjamín, pero ¿Por qué a mí? Habrá estado muy enfurecido que simplemente tocó mi mejilla con su puño.  Decidí que cuando me viera nuevamente con Benjamín, le preguntaría de donde se conocen. Así que… había gato encerrado.

     Alguien tocó la puerta de mi habitación haciéndome escapar de mis pensamientos.

-¿Hija? Un amigo tuyo vino a visitarte – dijo mientras abría la puerta

No dije nada, solo quedé observando quien era la persona que estaba por entrar en mi habitación.

-Hola, Sasha – dijo con una sonrisa

-Oh – dije sorprendida – Hola Tim, es raro verte por aquí.

-Bueno, supongo que todavía no has aceptado mis disculpas por como reaccioné. Así que… - dijo mientras miraba hacia el techo – me gustaría comenzar de cero una nueva y gran amistad. ¿No crees?

Me pareció raro ver justo a Tim, en mi propia casa. O sea, TIM, era TIM.

-No tienes porque pedirme disculpas. Todo está más que bien – le respondí con una sonrisa.

Lo invité a que quedara a cenar en mi casa, pero dijo que no porque tendría que volver a verse con su chica. Al perecer, está de novio. Creí que no lo estaba por escuchar a esas dos chicas en su departamento, pero llegué a la conclusión de que Benjamín había llamado a esas chicas, solo y exclusivamente para él.

 Luego de una gran conversación, decidió irse. Al cerrar la puerta, apoyé mi espalda en ella con muchas preguntas, aun.

Un paso a la realidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora