*Narra Benjamín*
Un frío viento movió mi pelo cuando Sami cerró la puerta para poder irse. Una sonrisa se sembró en mi rostro. Me fui a dar una ducha con agua fría para seguir pensando. Al salir del baño no me vestí solamente me puse el bóxer azulado que compré en una tienda para hombres. Mi pelo estaba parado mientras las gotas se deslizaban por mi espalda. Una melodía sonó en mi celular avisándome que alguien estaba llamándome.
*Móvil*
-¿Hola? – dije mientras escuchaba la respiración de aquella persona
-Tosió-
-Hola- volví a insistir una vez más
-S-soy Facundo – ese nombre me revotó en mi cabeza una y otra vez – Estoy con Sasha, y te advierto una cosa mas no te acerques de nuevo a ella, porque te estoy observando.
-Fingí una risa – No sabes con quien estás hablando – dije algo enojado – Yo me acerco a ella cuando quiera, nadie me manda ni menos un idiota que es capaz de golpear a una mujer.
-Eso es pasado, amigo - ¿A caso dijo amigo? – Cuando menos te des cuenta, en semanas, días, horas, minutos o quién sabe, en segundos estará en mis brazos. – Dijo riéndose – Ah y por cierto…
-Lo interrumpí – No te atrevas.
-…Es muy buena en la cama – dijo con una voz gruesa. Unos segundos después cortó. Me ha dejado con la palabra en la boca. ¿Quién se cree que es? Seguramente que Sasha caerá una vez más en su juego. Pero… dijo que Sasha es muy buena en la cama, ¿a caso se acostó con ella? La respuesta era lógica. Bajé la cabeza mirando hacia la ventana mientras cerraba mis puños y los apretaba al saber que después del momento en que estuve con Sami en mi casa, se fue directamente a la casa del estúpido de Facundo.
Tenía el ceño fruncido y recordé algo:
Lía llegaría en un momento.
Esto no quedará así tan fácilmente.
*Narra Sasha*
-¡Maldita sea! – Dijo Tony – nos olvidamos de Ana
-Te conozco de toda mi vida y sé que me olvidarías a recogerme – dijo Ana apareciendo detrás de nosotros
-Que veloz eres, bitch – dije Tony graciosamente
Rieron dándose un abrazo.
-Oh, Sasha. Estas hermosa – dijo con la mano en mi hombro y con una gran sonrisa – Que buena noche pasé – dijo refiriéndose a mi fiesta
-Gracias, te ves muy bien. Me alegra que lo hayas disfrutado
-La pasé genial. Oh y por cierto – dijo sin despegar la mirada de la mía – no has aceptado mi invitación a la iglesia. Vamos éste domingo, te gustará.
Entrando al tema de las religiones: Mi madre siempre me llevaba a la iglesia cuando yo solo tenía 5 años de edad y me encantaba ir con ella los domingos. Mi padre no iba porque siempre estaba en su trabajo, como el siempre lo decía, y mi hermana estaba en la casas de sus amigas. Dejé de ir a la iglesia porque mi madre le ponía más atención a Trinidad y a la casa y dejó de lado la iglesia, incluyendo a Dios. Tal vez podría ir con ella y con Ana. Se me haría raro volver a pisar una iglesia como en los viejos tiempos. Pero sé que tarde o temprano estaré ahí.
-Eh, es que… tarde o temprano te prometo que estaré ahí. Te confirmo luego, ¿está bien? – dije con miedo a una respuesta de mala manera
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Un paso a la realidad
RomanceEncontrar una persona que piense igual que yo, seria fabuloso. ¿Que pasaría si todo cambiara? Sin mi existencia. Los problemas son para aprender, son pruebas. La amistad es algo que no tiene precio, y el amor, bueno... el amor es algo hermoso. Mucho...