Capítulo 2 <<Y seguimos así...>>

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Estaba en mi casa, acostada en mi cama tratando de dormir. Hacía demasiado calor, las ventanas estaban abiertas y se escuchaba como el poco viento que corría movía la cortina. No lograba dormir, revisé el celular y había un mensaje de Trinidad diciendo ‘’Buenas noches’’ me pareció raro porque ella estaba en mi casa y no entendía porque me envió el mensaje. Fui al baño a lavarme la cara y a mojarme la cabeza y al salir, por el pasillo vi gotas de sangre y ahí fue cuando el corazón comenzaba a latirme rápidamente. La puerta de entrada estaba abierta y vi una sábana blanca tirada en el piso con algo dentro manchado con sangre. Al salir vi a mis dos padres dentro de esas sabanas, muertos. Comencé a gritar y vi a Trinidad corriendo trayendo más y más sabanas. Ella solo se arrodillaba a envolver a mis padres y mientras me miraba fijamente, se paró y me dijo ‘’Buenas noches’’.

Pegué un grito y desperté. La pregunta era… ¿Qué clase de mierda había soñado? Prendí la luz y observé que eran 02:36. Fui a ver a Trinidad si estaba bien, me armé de valor y fui rápidamente. Entré a su pieza, prendí la luz y ahí estaba ella, durmiendo con la boca abierta con la almohada toda mojada por su saliva. Se despertó por la luz y dijo…

-¿Qué pasa, Sasha? Apaga la luz y ándate de una vez.

No le respondí y simplemente me fui. Después de que soñé eso quedé traumada o como mierda se diga. No entendía nada, así que solo dijo que era un simple sueño común y corriente, y luego de pensar tanto me dormí

Sábado  20/12/14 – 09:17 AM

Hoy, sábado, me desperté y tenía cara de estúpida. Otro día más de mal humor, que genial. Al parecer, mi madre se había ido al taller así que me quedé con mi mamá y Trinidad, desayudamos las tres juntas, aunque pareciere raro.  Ya ahí fue cuando me acordé de que Facundo iba a pasar a buscarme y eche una sonrisa.

-¿Y esa sonrisa? – Preguntó mi mamá.

-Conocí un chico en la fiesta de Martina y hoy voy a salir con él.

-¿Esto es en serio? – Dijo mientras se reía.

-Sí, mamá. A las 18:00 viene por mí.

-Que alegría, hija. Te felicito.

-¡Que absurdo! – Dijo Trinidad y se fue a su habitación.

La seguí con la mirada hasta que se metió en su habitación, y aun así no entendía porque el enojo de salir con Facundo. Daria lo que fuera por llevarme bien con mi hermana, o sea, es mi hermana y tendría que llevarme bien con ella así que siempre supe que toda la vida me odio. Tal vez, si yo no hubiera nacido todo seria de otra forma, como por ejemplo, no saldría sola por la noche, no se drogaría, no fumaria, no robaría y ni nada de las otras cosas que hace. O tal vez, si estaría muerta todo mejoraría.

*Narra Trinidad*

Ojalá Soledad me llame y me confirme si vamos a salir o no, porque esta noche teníamos una fiesta de un chico del barrio. El problema es que no tengo nada para ponerme. Soledad es mi amiga de salidas, mi compañera, aunque a veces puede dejarte de lado por algún chico, pero te ayuda mientras tenga ganas. Nunca me importó nada en mi puta vida, comencé a robar desde los 15 años; yo conseguía mis propias cosas sin ningún esfuerzo. También me drogo y fumo cualquier tipo de cigarro o tal vez, si me ofrecen cocaína obviamente que la consumiría. Pero para la persona que esté leyendo esto, te pido por favor que no te arruines la vida como yo la arruiné porque no sirve de nada y porque al final de todo, todos te dejan de lado, hasta las personas que menos creías capaces. Yo tuve casi el mismo sueño de mi hermana, el de poder ayudar a las personas pero no pude ya que ahora no me importa nada de eso, así que, ojala ésto pueda dar vuelta tu mente en ser buena persona que un simple monstruo como yo.

Un paso a la realidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora