Yo sentía un sonido raro, tal vez estaba entre dormida. Como si alguien tocara la puerta. Vi a Benjamín al lado mío durmiendo, mire hacia la puerta y vi que había alguien, volví a reposar mi cabeza en la almohada. Luego reaccioné… levanté mi cabeza nuevamente y rápido
-¡TRINIDAD! – dije en voz alta lo cual logré que Benjamín se asustara y callera de la cama
-Ah buee… lo siento, no quería interrumpir. Creo que estas mejor, ¿no es cierto, Sami? – dijo sarcásticamente
Benjamín se levantó del piso asustado sin entender nada.
-¡No! Claro que no interrumpes nada. Anoche hubo una tormenta muy fuerte, tuve miedo y el asistió a quedarse conmigo y…
-No me den explicaciones, no es necesario – decía mientras guiñaba su ojo izquierdo e interrumpiéndome
Fue un momento demasiado incomodo… demasiado.
Luego del feo momento, Trinidad se fue riendo en forma buena hacia la cocina.
Me quedé en la cama mientras Benjamín me veía y se reía a la vez.
-No seas estúpido – le dije
-Oh, lo siento. Es que fue una gran tormenta – haciendo comillas con sus dedos y riendo sarcásticamente
Fue al baño, lo seguí con la mirada y asentí con la cabeza a la respuesta de mi mente *es un simple estúpido*
Echando una sonrisa.
Luego entré yo, me lave los dientes y salí.
Estaba por preparar el desayuno pero el dijo que no desayunaría ya que me propuso a que lo acompañe hasta la puerta
-Linda noche – me dijo guiñando su ojo sarcásticamente
-Idiota – le dije mientras me reía
Me dio un beso en la frente y luego se fue.
Me senté a desayunar y Trini me miraba victoriosamente
-¡¿Qué?!
-Oh, nada, nada – echando una risita
En fin, me di un baño, salí, me vestí y miré por la ventana. Había muchos charcos de agua y algunas ramas de los arboles caídas. Luego, quedé pensativa y dije
-¡¡FACUNDO!! – me había olvidado completamente de él ya que tendría que haber venido anoche. No me quedaba más crédito en el maldito celular, así que me puse un abrigo y me fui a su casa
-¿A dónde vas? – preguntó Trinidad
-A la casa de Facundo, debo hablar con el…
-Pero, ¿te sientes mejor? – dijo arqueando una ceja
-Claro, vuelvo en un rato, Trini.
Tomé mi paraguas por si volvía a llover y me fui esquivando y saltando los charcos de agua pensando en aquella noche en que había quedado dormida con mejor amigo. Lo extrañaba tanto, lo necesitaba.
Me crucé a la Sra. Markez, la vecina que vive en la esquina de mi casa. A veces la ayudaba a cuidar sus plantas o cuando necesitaba que le vaya a comprar algo, yo me ofrecía. Me saludó con un beso en la mejilla, la Sra. Markez tiene 66 años, ya no tiene la fuerza suficiente para hacer tales cosas, así que cuando necesitaba ayuda ahí estaba yo. Me despedí con un beso y moviendo mi mano. Cuando llegué a las tres cuadras, vi la cantidad de agua que había en las calles, fui tratando de esquivar las aguas. Vi que alguien venía frente a mí, pero no le di importancia. Llegue hasta esa persona y tuve la mala suerte de resbalarme en un charco de agua y caer sobre esa persona, Facundo. El me sostuvo lo cual logró evitar que yo no callera.
-Tendrías que tener un poco de cuidado cuando vas pensando en algo – dijo mientras sacaba la capucha de su campera
-Oh – sonreí – me alegra verte bien. Y… ah, ¿Porqué no me has llamado?
-Lo siento, princesa. Anoche estaba lloviendo demasiado y decidí quedarme en cada, y tuve la mala suerte de que se me acabara el crédito.
-Estamos en la misma, a mi también se me había acabado – reí
-Coincidencia, ¿no crees?
Me avergoncé y me puse colorada, mi sangre llegó hasta mis mejillas.
-Ow, me das ternura, Sasha, con tus hoyuelos y tus mejillas rojas.
-¿Así? – dije arqueando una ceja y con una sonrisa maliciosa en mis labios
Me invitó a ir a caminar, llegamos hasta la plaza y me invitó a que me siente a charlar un buen rato.
-Yo solo quería pedirte disculpas por todo lo que pasó. Y bueno, ya sabes la vida que tengo. No pensé en nada. Lo siento. – dije agachando la cabeza
-Sasha, no te quiero perder. No voy a dejar que eso pase, porque con pocos días, me comenzaste a gustar – decía mientras levantaba mi rostro - Soy sexy, tendría que gustarte, ¿cierto? – rió
Me eché una risa, era un chico muy tierno y muy bueno. En ese momento sentí como se acercó a mí a darme un beso. Un beso lento y tierno. Nada me importó. Solo estábamos él y yo así que supuse que nadie podía impedir este momento como la última vez. Soltó mis labios, y me miró fijamente a los ojos, y me dedico una dulce y suave sonrisa mientras yo le devolvía otra. Los pelos de mis brazos, se paralizaron y se pusieron de punta, supuse que era por el fresco viento que pasó ante nosotros. El abrigo que llevaba puesto era muy delgado, y el frio pasaba por sus tejidos
-Oh, Dios. Esta niña no se abriga. ¿A caso quieres enfermarte? – dijo sarcásticamente
-Tal vez, podría enfermarme… – dije
-Bueno, eso se puede solucionar, o tomas mi abrigo o te enfermas, pero recuerda que yo seré quien te cure – se echó a reír mientras se sacaba su propio abrigo y lo colocaba sobre mi espalda.
Le di un beso en la mejilla mientras quedaba mirando sus ojos.
-rió- Te llevaré a tu casa, hace frio para que estés afuera – dijo mientras se paraba y tomaba mi mano para que me pusiera de pié.
Me tomó de la mano, y así fuimos caminando hasta mi casa. Al llegar a la puerta de mi casa sacó conversación.
-Me gusta tu casa, es muy linda – dijo mirándola
-Gracias, espero que algún día vuelvas – dije
-Voy a estar cuando me lo pidas, siempre – me dijo mientras me acercaba mas a él, lo cual logró darme un último beso.
Mordió mi labio inferior, logrando que me quejara. Solo sonrió y se fue
Trinidad sale de casa y me encuentra en la puerta.
-Y… ¿no piensas entrar? Mamá ya está en casa - y ahí reaccioné.
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•¡QUE MOMENTO!
•Gracias por leer. Me ayudaria un voto y una opinion. Gracias por todo (:
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Un paso a la realidad
RomanceEncontrar una persona que piense igual que yo, seria fabuloso. ¿Que pasaría si todo cambiara? Sin mi existencia. Los problemas son para aprender, son pruebas. La amistad es algo que no tiene precio, y el amor, bueno... el amor es algo hermoso. Mucho...