Capítulo 25 <<La fiesta>>

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Decidimos pasar nuestra salida a otro día, ya que hoy tendremos la fiesta de la cual mucho no tengo ganas de ir. Estaba en mi casa con Victoria, Ana y Trinidad ya que las dos asistieron a decirme que irán. Me puse un vestido ajustado color negro, al igual que los zapatos. Recogí mi pelo dejando caer dos mechones a los costados de mi cara. Las chicas estaban hermosas. Las cuatro estábamos con vestido y zapatos altos.

-¡Están hermosas! – dijo mi madre mientras sacaba la cámara digital de una pequeña funda – Pero antes de que se vallan quiero una hermosa foto

Nos sacó dos fotos, en la primera salimos normal mostrando nuestras sonrisas y en la segundas hicimos caras de retrasadas mentales.

Una bocina se escuchó desde la vereda. Les dije a las chicas que salgan primero porque olvidaba el hermoso collar que Facundo me obsequió cuando cumplimos un mes. Subí rápidamente las escaleras, entré en a mi habitación y comencé a escarbar mi mesita de noche en los pequeños cajones. Pero mi celular me impidió seguir ya que alguien me había mandado un mensaje de texto.

Espero que hoy nos veamos, simplemente como mejores amigos y como en los viejos tiempos, nos vemos Sami (:

Benjamín me mandó un mensaje haciéndome razonar que todo volvería a estar como antes. Al parecer el ya entendió de que ahora estoy más que bien con Facundo y que así deben ser las cosas. Una sonrisa se formó en mi rostro, estaba feliz pensando en que todo con Benjamín volvería a cambiar. Y eso me agradaba. Creo.

Volví a escuchar que sonó nuevamente la bocina del auto de Facundo, el cual la bocina duró como diez segundos. Bueno, no tanto. Pero parecía algo molesto. En fin, encontré el collar, estaba en el segundo cajón de mi mesa de noche. Me lo puse rápidamente y me mire al espejo por última vez y salí con una caminata demasiado rápida.

Salí de mi casa y vi que las chicas ya estaban dentro del auto, solo que casi me choqué con Facundo quien tenía los ojos colorados de enojado. Algo que ni yo entendía. Lo mire unos segundos y decidí hablarle.

-¿Estás bien? – pregunté algo rara

-¿Dónde estabas? – dijo agarrándome fuertemente del brazo mientras lo apretaba

-¡Ey!, me lastimas…

-¿Dónde estabas? ¿A caso con Benjamín? – dijo mientras me sacudía. Ese no era Facundo, su personalidad cambió por unos momentos.

-¡¿Qué te sucede?! – dije levantando el tono de voz

-¡Me enteré de que estás viéndote con el sin consultármelo!

-¡Facundo! Es mi amigo. Solo eso.

-¡A mí no me engañas!

Comencé a llorar mientras tapaba mi rostro con mis manos, no entendía pero no pude contener mis lágrimas que pedían por salir. Facundo soltó mi brazo cuidadosamente y puso su mano en su nuca.

-L-lo siento, no quise lastimarte. – dijo mientras levantaba mi mentón para que lo mirara

-¡¿Qué hiciste?! – dijo Trinidad fulminándolo con la mirada mientras ella solo me abrazaba

-Por favor, déjame…  lo siento. Déjenme hablar con ella, por favor.

Me tranquilicé, deje de llorar para que luego poder sacar mis manos de mi cara.

-Está bien, Trini. Ve al auto. – de poca gana ella simplemente asintió con la cabeza

-¿Qué sucede? – le dije aun con los ojos cristalizados una vez que Trini subía nuevamente al auto

-Es que no quiero perderte – dijo mientras se acercaba

-Es que… – suspiré – no entiendo. Hace unas semanas actuaste de la misma manera y casi me golpeas – Y así era… tuvimos una discusión y casi logra pegarme nuevamente en la mejilla, pero luego me pidió perdón y acepté sus disculpas, pero a veces simplemente me arrepiento.

-Perdón, no sé qué es lo que me pasa. Actúo así porque te amo.

-¿Golpearme significas que me amas?

-suspiró – No, no es eso. Sé que estoy cambiando, pero haré lo posible para que estemos bien, lo prometo. – Dijo acariciando mi mejilla – Perdón, y lo siento.

Le dediqué una dulce sonrisa. Pegó su torso con el mío, para poder unir nuestros labios y formar un suave beso.

Llegamos a una hermosa casa de dos pisos. El jardín estaba decorado de hermosas luces pequeñas.

-¿Estás bien? – preguntó Trinidad mientras aparecía de repente detrás de mí.

-Claro – dije forzando una sonrisa.

-Sami, puedes decirme. Estamos en el medio de este hermoso jardín, y Facundo está del otro lado estacionando el auto. Estamos nosotras dos solas, esperando a que las chicas lleguen hasta nosotras. Asi que creo que tenemos tiempo para hablar.

-Estoy bien, Trinidad. No te preocupes.

-Sami, te conozco.

-Yo también la conozco – dijo Facundo asustándonos por presencia que apareció de la nada – Trinidad, ¿me dejas unos segundos con ella? Ya he estacionado el auto, las chicas te llaman – dijo Facundo mientras señalaba con su cabeza. Trinidad no dijo ni una sola palabra, dio media vuelta y se fue nuevamente.

-Sami, te amo.

-Y yo a ti. – dije fingiendo una sonrisa. Abrazó mi cintura, se acercó a mí cuidadosamente e introdujo un beso sobre mi frente.

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⏰ Última actualización: Mar 20, 2015 ⏰

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