Capitulo 10 <<Buenos días, hermosa>>

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El salón y los preparativos estaban terminados, faltaba que entre yo. Estaba nerviosa, por eso no me gustaba festejar mi cumpleaños. Mamá me dijo que entrara, que todos me estaban esperando. Entré y todos estaban aplaudiéndome, Benjamín también lo estaba. Me sonreía a lo lejos. Esperó a que todos terminasen de saludarme así el podría saludarme ultimo. El se acercaba hacia mí, a unos simples pasos estaba de distancia hacia mí. Pestañé y en ese abrir y cerrar de ojos, todos estaban muertos. Benjamín estaba al frente mío, sangrando pero ya sin vida, comencé a gritar. Una mano toco mi hombro, era Facundo. ‘’Feliz cumpleaños’’ me dijo.

    Desperté llorando y gritando. Benjamín tocó mi espalda, había olvidado por completo que estaba durmiendo con él, y al tocarme pegué un salto y caí de la cama, que estúpida.

    Comencé a llorar en el piso y sobre todo, a gritar. Benjamín se acercó rápidamente al lado mío, arrodillándose y abrazándome.

-¡Tranquila, todo estará bien! ¡No te preocupes! ¡Tranquila!

-Logré calmarme-

Me trajo un vaso de agua, la tomé con calma.

-¿Estas mejor? – preguntó cogiendo el vaso

-E… si – dije acariciando su cara

-¿Quisieras contarme tu pesadilla? – dijo arrugando su frente

-Luego… luego.

Sentí algo por dentro, algo que decía que el me hacia bien. Se recostó una vez más y yo me dirigí al baño. Lavé mi cara y vi ojos completamente rojos.

Corrí hasta la cama y salté sobre él. Se asustó y luego le dije que me besara,  me senté sobre él. Benjamín se inclinó y me dio uno de sus mejores besos. Sentía algo verdaderamente hermoso estar con él.

Volví a despertarme a las 03:00 am, no podía dormir. Miraba hacia el techo, y viendo sus esquinas.

   Me quedé dormida sobre él, agarrados de nuestras manos cruzando los dedos.

Caí en un sueño profundo, pero todo era lindo. Un parque con niños jugando, perros, flores y pájaros. Al lado mío estaba Benjamín sonriéndome, sin ningún problema.

   De pronto, creí que estaba soñando, pero sentí que alguien me cargaba en los brazos. Abrí un poco mis ojos y estaba en el ascensor. Mis brazos estaban enrollados sobre esa persona que me cargaba. Sentí que abrió una puerta, y un frio viento voló mi pelo mientras se esparcía por todos lados. Masajee mis ojos para poder abrirlos y saber con quién estaba y de donde venia ese frio viento. Mire mi cuerpo y aun seguía con la musculosa y el bóxer de Benjamín.

      Me susurró en el oído, ‘buenos días, hermosa’ dijo besando mi frente

Abrí los ojos y vi un hermoso amanecer en la terraza de aquel edificio enorme en donde estábamos con Benjamín.

   Obviamente, era Benjamín. Le sonreí mientras acariciaba su pelo. Lavé mi cara con agua que Benjamín había llevado. Vi que había llevado dos reposeras de playa y el desayuno en una canasta. El sol iba saliendo lentamente de su lugar, para luego poder brillar cada vez más. La tormenta se fue por completo, solo estábamos Benjamín, yo y el hermoso sol que se descubría poco a poco.

-Cuando fuimos a vivir con mi madre a la casa de mi abuela, subíamos al techo de su casa y observábamos como salía el sol. Mamá me dijo que el día en que ella no este, le muestre nuestro gran secreto a alguien que sea importante en mi vida… - dijo mientras miraba el sol – por eso cargué hasta aquí.

Me quedé sin palabras. Yo creía que el amor no era para mí, y que nadie podía fijarse en mi forma de ser, pero dos personas llegaron a mi vida. Aun seguía confundida por todo lo que había pasado con Facundo, pero creo que Benjamín haría todo lo mejor para que yo esté bien. Dejé que continúe.

-Mama sufría del corazón. Una vez me agarró un ataque de asma – lo miré a los ojos – Si, tengo asma. Me llevaron al hospital muy enfermo, yo me ahogaba. No podía seguir, mamá se descompuso y la tuvieron que sacar de la habitación. Cuando logré calmarme, ella no venía a verme. Cuando me dieron el alta para poder volver a casa, me encontré con mi abuela diciéndome lo que había pasado. Y bueno, mucho no recuerdo bien lo sucedido – dijo derramando una lagrima.

Mis ojos también se pusieron húmedos, me levanté de mi reposera y me senté en sus piernas mientras lo abrazaba.

-¡Ahora estoy contigo!, Benjamín – susurré a su oído.

Nos abrazamos fuertemente.

Desayunamos, todo estaba delicioso. El sol salió completamente. Estaba iluminándonos.

Ya eran las 06:00 de la mañana, dije que iba a irme a casa. El me acompañó.

-¿Te irás con mi bóxer caminando por la calle? – dijo mientras se reía

-¡Oh, tu bóxer!

-¡Tranquila! No es el fin del mundo… - dijo mientras agarramos las cosas y bajamos hasta su departamento, se dirigió hasta su habitación a buscar algo. – Ten. – me dijo mientras me ponía su abrigo que tapaba el bóxer.

Yo reí al verme en el espejo, parecía un yeti. –reímos juntos –

Íbamos caminando por la calle, agarrados de la mano.

Llegué a casa, lo invité a pasar y no asistió porque debía ir a ver a Tim.

Me dio un  beso en la frente y se fue nuevamente.

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