-¿Mamá?
-Sí, cariño. Estoy en la cocina
Me dirigí a la cocina directo a saludarla
-¿Cómo te fue en la casa de la tía Pancha? – pregunté mientras abría la nevera
-Estuvo lindo, hicimos muchas clases de comida – decía mientras lavaba algunos vasos sucios – Cariño, falta tan poco para que cumplas diecisiete años, toda una mujer. Trataremos de juntar la plata para poder hacerte una gran fiesta. Podrías ir a alguna tienda de ropa para elegir que te pondrías, aprovecha, ya que estas en vacaciones nuevamente.
Asentí con la cabeza.
Me fui a mi habitación y en un calendario conté cuantos días faltaba… 1, 2, 3, 4 y 5. Cinco días para mi cumpleaños. Jueves 5 de Diciembre. No me gusta festejar mi cumpleaños. Trinidad se había ido. Temía a que algo se pasara o que esté haciendo cosas que no tendría que hacer.
Era un día muy aburrido, faltaba horas para el almuerzo así que decidí ir a la casa de Victoria
-Al rato vuelvo, mamá. – tome mi paraguas y me fui
-Abrígate, cariño.
Al cerrar la puerta de entrada, choqué con alguien.
-¡Wow!, cuidado.
-Benjamín… hola. – dije mientras miraba su sonrisa
-¿Sales? – dijo cuidadosamente
-Sí, necesito hablar contigo, ¿vamos?
Caminé con el unas cuantas cuadras, mientras su brazo izquierdo rodeaba mi cuello, y justo vi a Facundo. Se sacó la capucha para saludarme
-¡Valla! A ti te encuentro en todos lados – dijo mientras se reía.
Cuando volteó a ver con quien iba acompañada, cambió su alegre cara por una más seria.
-¿Qué haces con él? – los mire a ambos
-¿Tienes algún problema a que esté con ella? – dijo levantando su tono de voz
-No tienes porqué mierda acercarte a ella. Ella no te pertenece.
Mientras ellos se contestaban de una manera no muy amigable, quedé entre ellos dos tratando de separarlos. Agarre con mis manos a Benjamín diciendo que nos vallamos. El solo me hizo caso, así que cuando nos dimos vuelta, Facundo lo tiró al piso subiéndose arriba de él, provocando varios golpes en la cara a Benjamín. Comencé a llorar y a gritar. Lo alejé de Benjamín diciéndole que era un imbécil y mirándolo con odio. El chico tan tierno que veía, ya no estaba. Benjamín se levantó con las pocas fuerzas que tenía y pude ver cómo pegó con su puño a Facundo. El solo se tiro al piso y empezó a gritar de dolor. Me quedé con la boca abierta mirando a Facundo tirando en el piso. No sabía cómo reaccionar al verlos pelear. Benjamín me vio, y vi su labio roto y su sangre salir de su nariz. Facundo me dijo que me alejara, cuando de repente, Facundo logra empujarlo, eso hizo que callera de nuevo. Se subió sobre de él y comenzó a golpearlo bruscamente. Yo estiraba a Facundo de sus brazos para que deje de golpearlo, el se dio vuelta y me pego una piña en la mejilla, eso hizo que me golpeara la cabeza contra el piso y quedara inconsciente. Facundo me miro y decidió ayudarme y a llorar. Benjamín lo sacó sobre mí, lo miró con odio, Facundo me dio un beso en la mejilla y se fue.
Otra vez desmayada, como la noche anterior. Solo recuerdo la expresión en la cara de Facundo al darse vuelta, y el horrible dolor que sentí detrás de mi cabeza. Que linda habitación, pensé. Había cuadros, jarrones con flores, relojes, muebles y un chico rubio sentado en una silla al lado de la cama en que yo estaba, dormido y agarrándome de la mano. Acaricie su cabello, mientras mis lágrimas caían. Dio un gemido, lo desperté. Vi su cara y pude notar esos hermosos ojos azules con unas hermosas pestañar, al igual que su labio roto y su sangre seca de su nariz. Al verme con claridad, se levantó rápidamente mientras acariciaba mi cara. Comencé a llorar y él me sostuvo con sus brazos. Sentí cosas raras, como si tuviera ganas de morir, pero al instante me volvió a ver con esos ojos extremadamente azules, y cambié de opinión, quería quedarme con él.
-Lo siento… - dijo mientras se le escapaba una lagrima.
-No tienes porqué disculparte.
Se levantó y fue directo al baño, logré escuchar por la puerta cuando asomaba mi oído, su llanto. No sabía qué hacer en esta situación. Entré y vi de nuevo como caía su sangre por su nariz. Comencé a limpiar su nariz y su boca cuidadosamente mientras sus ojos estaban húmedos aun. Yo seguía con un frágil dolor de cabeza, pero no me importaba porque solo quería que Benjamín esté bien. No podía caminar bien, simplemente, le dije que ponga su brazo sobre mi cuello y lo llevé directamente hasta su cama, quedó recostado para luego poder dormir.
-Prométeme que cuando despierte estarás aquí – dijo sosteniéndome de la mano
-Lo prometo – le di un beso en su frente y me dirigí a la cocina a preparar algo de comer. Primero que nada, llamé a mamá para decirle que no se preocupe, que quedaré a comer en la casa de una amiga
Pensé que podría hacer para comer, no sabía, llamé a una pizzería para que me trajera una pizza y algo fresco. No me podía mantener mucho tiempo parada. Mis piernas me dolían. Me acosté en el sofá de Benjamín, cerré los ojos y me dormí.
*Narra Benjamín*
Alguien toco el timbre del departamento, era un pizzero. Acepté su pizza y la pagué. Estaba durmiendo en mi sofá, mientras su mejilla parecía sangrarse. Me fije la hora y eran las 14:00 de la tarde. Por Dios, que hermosa es. Nunca pensé en que me enamoraría en alguien como ella. Me encanta. Es una dulce princesa.
Me desperté asustada y en frente mío estaba Benjamín mirándome. Estaba débil, no tenía fuerzas, estaba sudando y mi corazón latía rápidamente. Vi que Benjamín fue al baño y prendió la ducha. Cuando volvió se acerco hacia mi oído y me susurró: Me gustas, Sami.
Acaricie su pelo y su suave piel, me dio un beso en la frente.
-¿Lista para tu baño? – dijo Benjamín
Asentí con la cabeza, no podía responderle con mis propias palabras. ¿Para mi baño? No entendía. Me alzó en sus brazos llevándome hacia el baño, no podía moverme. Mis ojos estaban débiles y me pesaban. Benjamín sacó de a poco mi ropa, primero comenzó por mi remera y luego por el pantalón. Le dediqué una sonrisa y él me la devolvió. Sacó mi ropa interior empezando por el sujetador, y al finalizar me metió en la bañera. La bañera estaba llena de espuma lo cual no se veía mi cuerpo, solo mi cuello y mi cabeza. Mojó mi cara delicadamente, pasando una esponja por mi golpe en la mejilla. Me dejó ahí y dijo que me quedara ahí así me tranquilizara mas, cuando abrió la puerta para irse, tome mis pocas palabras hablándole...
-No te vayas, quédate conmigo.
El solo sonrió y comenzó a sacar su camiseta, sus calcetines y su pantalón, hasta llegar a su bóxer. Se metió en la tina conmigo, completamente desnudo.
-Sami… - dijo mientras yo habría los ojos
-Me gustas…
-Abrázame… - dije en un susurro
Me abrazó por delante, mientras yo ponía mi cabeza en su hombro, sus manos acariciaban mi espalda, y yo su pierna. Me miro a los ojos y delicadamente rosó mi labio y me besó. Fue algo intensamente raro, algo que nunca había sentido. Ya nada me importaba, me sentía segura en sus brazos.
------------------------
•Es todo por hoy, gracias por leer mi novela♥
Las quierooo :*
ESTÁS LEYENDO
Un paso a la realidad
RomanceEncontrar una persona que piense igual que yo, seria fabuloso. ¿Que pasaría si todo cambiara? Sin mi existencia. Los problemas son para aprender, son pruebas. La amistad es algo que no tiene precio, y el amor, bueno... el amor es algo hermoso. Mucho...