Ya pasaron dos meses desde que no veo a Benjamín. Como si la tierra se lo hubiera tragado vivo. No lo veo desde aquella vez que lo vi teniendo relaciones con Lía. Creo que a ese tema lo estoy tomando con mucha calma, y eso me agrada. Tal vez, el pueda hacer su vida con ella si es lo que desea pero me entristece saber que mi mejor amigo no está más conmigo. Admito que con él, las cosas eran diferentes. Me gustaba tomar ‘’baños’’ con él, si es que a eso se lo llama darse un ‘’baño’’, aun extraño tener pesadillas y que él estuviera ahí para protegerme de todos aquellos miedos. Lo que me enfureció fue verlo con mi enemiga, la tipa que siempre me odió, aunque admito que también la he odiado. Tal vez en este momento está con ella en algún otro departamento de otro edificio ya que hace unos días fui a la casa de Tony y me dio la noticia de que aquel departamento en donde vivía Benjamín, estaba en venta otra vez. En otro caso, habrá conseguido algún trabajo. Es más, faltaba poco para su cumpleaños. Lo llamé pero no contestó.
Las cosas con Facundo fueron de lo mejor. Me pareció darme cuenta de que me gustaba al fin y al cabo. Después de que vimos la película de Tres metros sobre el cielo en mi casa, comenzamos a vernos todos los días de las siguientes semanas. Me pidió para ser su novia, acepté. Hace poco que estamos de novios así que las cosas van despacio y con calma. Tenía la confianza suficiente para darle algo más de mí que el tanto quería. Perdí mi virginidad con él, pero no me gustó ni me dejó satisfecha por simple caso de que tenía un pene diminuto, pequeño. Aunque suene idiota todavía no lo lleve a casa para que conociera a mi familia, creo que eso llevaría tiempo. Hoy es sábado, en la tarde me llevará a que conozca a su hermana. Su hermana tiene 14 años, es rebelde, se escapa de su casa a horas muy tarde la noche, trae chicos a su casa, etcétera.
En la noche iremos con Ana, Victoria y Trinidad a caminar por un lindo lago que hay cerca de la ciudad. Ana consiguió que me gustara asistir a la iglesia al igual que Trinidad. No me llama mucho la atención ir a la iglesia, aun. Pero dice Ana que tengo que darle tiempo. Trinidad pareció que cambió su forma de ser, ya no es la persona rebelde que antes era. De ahora en mas, pasa más tiempo en la iglesia con Ana haciendo proyectos para niños abandonados. Cuando ellas me avisan yo las ayudo de cualquier forma.
Para ser más directa fui al supermercado a comprar los ingredientes para hacer Cupcakes. Los Cupcakes son maravillosos pastelillos que están muy de moda en estos tiempos. Es unas de las recetas de repostería divertida y creativa. Allí me iba a encontrar con Victoria. La relación que tenia con mi mejor amiga es genial. Ella sabe todo lo que pasó entre Benjamín y Facundo, aunque nunca le agradó que yo esté saliendo con Facundo. Pero es mi decisión y un poco logró entenderlo. Pero lo mejor es mirar hacia adelante. El supermercado era de dos pisos, en la planta alta había todo sobre cocina, mercadería, bebidas, entre otros. Y en la planta baja hay tiendas de jugueterías y ropa.
-Sa, si quieres puedes subir y te alcanzo luego. Iré a ver a algo en las tiendas para comprarle algo a mi pequeña sobrina – Victoria tiene una hermosa sobrina de 5 años, cumplirá seis años el martes. Así que irá a ver algún lindo juguete para ella. Asentí con la cabeza.
Agarré un pequeño canasto y subí las escaleras. Harina de repostería, mantequilla sin sal, azúcar, esencia de vainilla, leche, levadura y huevos. Mi mente estaba ocupada con cada uno de los ingredientes, así que mi vista estaba incrustada en el canasto revisando si faltaba algo así que seguí caminando sin mirar adelante.
En un abrir y cerrar de ojos terminé en el piso sobre alguien.
-¡¿Acaso eres tan estúpido de no ver por dónde vas?! – pregunté sin mirarlo a la cara mientras recogía las cosas de mi canasto y sabiendo que yo era la que no miraba el camino
-¿Yo estúpido? Acaso te crees…
Sí sabrán choque con la persona menos esperada. Después de dos meses volví a verlo. Benjamín, al verme, puso su cara de sorprendido como lo hacía siempre. Quedamos mirándonos por unos segundos, hasta que reaccioné.
-Lo siento… – dije sin dejar de mirarlo
-Sami…
-Sasha. – lo corregí poniendo mi vista en la canasta.
-¿C-cómo estás?
-Bien, supongo, pero… nada. Victoria me está esperando, fue un gusto verte, Benjamín – dije mientras me daba la vuelta. Sentí que tomo de mi antebrazo.
-¿Puedo invitarte a tomar algo para hablar? Como en los viejos tiempos.
Si no volvería a buscar a Victoria ella me mataría si la hago esperar nuevamente. Tal vez si la encontrara y le dijera con quien me encontré y que me invitó tomar algo. Miraba hacia los costados para no encontrarme con la mirada de Benjamín.
-¿Justo en éste maldito momento se te ocurre hablar después de dos meses? – El agachó su mirada y luego me miro. Parecía estar triste porque vi sus ojos como se cristalizaban. No parecía, lo estaba – ¿No vas a mirarme?
Hizo un paso hacia mí quedando a centímetros.
-Lo estoy haciendo en este momento. Necesito que hablemos, se que fui un estúpido pero por lo menos me doy cuenta y lo admito. Te extraño, no quise acercarme ni un metro a ti para no lastimarte. Me llegaron rumores de que aun me extrañas y lo siento aun estando tan cerca de tu cuerpo. Pero entiendo si quieres que me alejes, pero solo necesito que valláramos a tomar algo, por última vez si quieres. Te extrañé demasiado, lo admito. Extraño abrazarte, tocarte y besarte. Esto fue muy duro para mí. – Cerré los ojos y apoyó su frente con la mía. – Por favor.
Es verdad, lo extrañaba. Me hacía falta, pero era mejor mirar de nuevo hacia adelante y transcurrir como lo hacía hace minutos. Pensé en aceptar su invitación, pero sería lo peor decirle que si porque solo me daría explicaciones y eso me partiría el alma haciéndome recordar del pasado. Se acercó hacia mi oreja y en un susurro volvió a suplicarme. Creo que no tengo remedio, tendría que hablar con Victoria a que me esperara unos minutos.
-¿Sí? – volvió a preguntarme y yo aun seguía sin respuesta.
-N… no lo sé… – dije mientras lentamente me apoyaba en su hombro.
-Vamos, se que tu quieres. – dijo con simples palabras. Con sus manos rodeó mi cintura. Sin darme cuenta vi que mis manos estaban en su cuello. Un lindo, entrañable, lento y tierno abrazo se fue formando lentamente.
-¡No! – me alejé de inmediato de él. Benjamín quedó sorprendido por mi actitud así que abrió grande los ojos. – No quiero. De ninguna manera.
-Por favor, son solo unos minutos – dijo agarrando mi mano, pero de inmediato la saqué sobre mí
-¡Benjamín! – se escuchó una voz alegre detrás de mí – que gusto volver a verte
-Hola Victoria – dijo Benjamín con una sonrisa incrustada en su rostro
-¿Qué te trae por aquí?
-Vine de compras, ya que hoy a la noche tengo una fiesta. ¿Les gustaría ir?
-¡No! – Victoria me vio también sorprendida – Esta noche iremos un lago cercano, lo lamento.
-Bueno… puedo acompañarlas si quieren…
-¡No!
-Claro – dijo Victoria – y luego podremos ir a la fiesta - ¿Cierto, Sasha? – preguntaba mientras golpeaba mi brazo con su codo
Me quedé sin palabras, no quería ni hablarle a Benjamín después de todo lo ocurrido, pero como mejor amiga es tan incompatible que lo invitó sabiendo que no quería ni dirigirle la palabra.
-Victoria, ¿Me prestarías a tu amiga por unos minutos? Necesito hablar…
-Pues, no. Debemos irnos – dije interrumpiéndolo
-Claro que no, te espero en la planta baja, en las tiendas de ropas -incrustó un beso en mi mejilla y se fue despidiéndose con su mano mientras que yo solo quería ahorcarla.
-Bien – dijo Benjamín con una sonrisa
-Bien.
-Bien.
-¡Bien!
Tomó mi mano y me llevó hacia el parque en donde se encontraba frente del supermercado. Una vez que estábamos afuera sentados en unas banquillas miraba hacia ambos lados para no encontrarme con su mirada.
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Un paso a la realidad
RomanceEncontrar una persona que piense igual que yo, seria fabuloso. ¿Que pasaría si todo cambiara? Sin mi existencia. Los problemas son para aprender, son pruebas. La amistad es algo que no tiene precio, y el amor, bueno... el amor es algo hermoso. Mucho...