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La tarde había pasado sin ánimo alguno y para los tres alfas también, el cansancio asomaba ya por sus hombros y Jeon comenzaba a tener sueño. No solo la tarde les había consumido el trabajo, si no, también parte de la noche llegando a la madrugada.

- ¿Podemos dejarlo hasta aquí? - dijo Tae, pro solo se ganó una mirada desacuerdo del chico de cabellos menta.

-Nos iremos hasta que terminemos- Hizo una pausa y se acomodó sus anteojos -Ya casi terminamos- Miro a los alfas, pero, ¿Los dos se estaban muriendo de sueño.

Parecían novatos, pero sabía que hasta él tenía sueño ya, no habían comido y ellos dos, en especial, habían tenido ensayo ese día. Pero por muy buen corazón que pudiese tener, no se podían dar el lujo de descansar ahora. Tomo su celular y pido comida, necesitaban algo que les diera fuerza.

Se puso los audífonos y reprodujo la pista ajustando los sonidos de acuerdo a las voces de los chicos. Cuando Min trabajaba no existía nadie más, el tiempo corría veloz, no había algo más estresante y hermoso que el trabajo suyo.

Los recuerdos pueden ser hermosos porque te ayudan a recordar a alguien, algún lugar o cosa, pero, muchas veces la mayoría de esos recuerdos, por más bellos que parezcan, están manchados de tristeza.

A su mente volvían los momentos en donde Jimin era solo suyo, donde pasaban la noche en vela platicando, donde en cada momento la atención del rubio era solo para él y no había nadie más que se la pudiera robar. Él era el centro del universo del omega, pero, no lo supo valorar eso, hasta que lo había perdido. Hasta que se dio cuenta que los sentimientos del chico ya no estaban ahí, se sintió solo, se sentía abandonado y olvidado, pero ¿Él había hecho lo mismo con el omega no?

YoonGi se maldecía una y otra vez por lastimar el corazón de Jimin, la única persona que le aceptaba, así como era el, con toda su amargura, con todo y sus miles de problemas emocionales, con sus ataques de pánico. Jimin había sido su salida de la depresión, había sido su ángel al no dejarle solo cuando se mudó a los Estados Unidos, fue la persona que esperaba más de un mes por un mensaje suyo diciendo que no se encontraba bien, aun cuando el omega estaba roto, aun con eso le sonreía y le aconsejaba nunca rendirse.

Pero ahora era tarde para intentar algo, era demasiado tarde pensar que podría seguir abusando de la amabilidad de su amigo, del amor que le tenía y no dejarlo ir. Pero ahora, solo quería que nadie más lo lastimara como lo hizo el, por eso deseaba que fuera todo lo feliz que no fue con él y aún más, con Jeon.

Cuando tocaron su puerta, avisando que la comida había llegado, pauso la pita y tomo las bolsas, pago al repartidor y volvió a cerrar la puerta del estudio. Miro a los dos chicos que llevaban casi dos horas durmiendo y una idea se le cruzo por la cabeza, sonriendo con maldad, despertó suavemente a Tae y le hizo señal de silencio y el chico hizo caso.

YoonGi tomo uno de los parlantes inalámbricos y lo puso en la mesa al lado del sofá, justo a la altura del oído del alfa que un dormía. Tae sabía que Jeon los iba a matar, pero quería hacerlo, hace mucho que no le gastaba una broma y aprovechando que era idea de Min, le echaría la culpa a él. Él tenía la importante misión de poner a grabar su teléfono para hacer el momento más especial e inolvidable. Ambos chicos se morían de risa por lo que iban a hacer, YoonGi le dio la señal para comenzar a grabar y este asintió afirmativo, una vez el video corrió, subió todo el volumen, escogió la canción y segundos después de que Min le diera play, se escuchó un sonido de trompeta acompañado de un Jeon dando un salto que le boto del mueble, dejándole asustado y confundido al oír las inmensas carcajadas de los chicos frente a él.

Había entendido que era una broma cuando se fijó en el teléfono de Tae apuntándole, YoonGi reía como si no hubiese un mañana y Kim le acompañaba en ello. A ambos les dolía ya el estómago por tanto reírse y eso solo provoca el enojo en Jeon aumentara como la espuma.

Kookmin-Tokyo- ♡ OMEGAVERSE ♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora