Capitulo 8 (Previo)

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La verde mirada del ariano, se fijó por un momento en el patriarca, sin comprender como es que ahora le ha puesto un compañero, si siempre ha sido de llevar acabo las misiones en solitario.

Pero bajo el rostro, pues es importante mantener el respeto siempre.

Aunque por su parte, Sage no podía sentirse más afortunado, tener la oportunidad de hacer esta misión con quien ama en secreto.

Tal vez tendría la suerte de volverse mucho más unidos con lo que sea que tengan que hacer.

Sonrió tenuemente, incluso sus mejillas se sonrojaron ligeramente.

Pero sabe que debe mantenerse con la mirada baja y esperar a que el patriarca les ordene retirarse.

Itiá se dio cuenta de este pequeño detalle del caballero de Cáncer, tenía sus sospechas, pero no le había interesado saber más, pues por su arrogancia cree que el pelirrojo no tendría ojos para otro.

En su mente retorcida esto es perfecto para su plan.

Sonrió, para informar de la misión de forma rápida.

-Ha habido reportes en la ciudad de Corinto, sobre un cosmos maligno recientemente- Leyendo aquel pergamino dando la simple información que lleva –Hasta el momento se desconoce si existen víctimas, aun así necesito que vallan inmediatamente a investigar- Cerro sus ojos, dejando escapar un suspiro de cansancio.

-Como ordene patriarca- Cáncer hablo con respeto.

Aunque el ariano no respondió de inmediatamente, parecía estar aturdido por algo.

-Muy bien, partirán mañana por la mañana, si no existen inconvenientes regresen lo antes posible- Aun con su rostro arrugado sonrió ampliamente, como si fuera la persona más agradable del mundo y comprensiva.

-Así será- Asintió Gateguard aun confundido por esta misión que no tiene mucho sentido.

Pero no por la escasa información, si de hecho a veces así son algunas, van y la situación no es tan complicada, lo que tiene su mente ocupada, es el simple hecho que debe ir con alguien más.

Esta acostumbrado a trabajar solo, nunca ha necesitado a nadie para hacer sus deberes como caballero y no es justo empezar ahora.

-Cuídense mucho caballeros, esperaremos su regreso con gusto- Sus palabras tienen ese tono de alegría, pero no de sinceridad genuina.

Hizo una seña con su mano, para indicar que podían levantarse, Cáncer obedeció, pues aun teniendo a Gateguard a su lado, no pierde el hilo de la conversación.

Pero el pelirrojo sí que está en otro mundo.

Aunque tardo, lo hizo algo torpe por el débil dolor en sus caderas, pero sabe cómo disimular.

-Puedes retirarte caballero de Cáncer- Sonrió, desde su asiento patriarcal –Gateguard necesito que te quedes un momento.

-Como ordene- La voz del pelirrojo salió tan suave y apenas audible para los presentes.

-Con su permiso patriarca- No es alguien que desobedezca, entiende que es un asunto entre los dos, pero no puede dejar de notar la mirada extraña y sin brillo del ariano.

Retirándose, camino lento para poder apreciar cada facción del pelirrojo.

La puerta de la sala patriarcal se cerró, dejándolos en una completa privacidad.

Es la primera vez desde que iniciaron esa relación insana, que está en la sala patriarca con la versión anciana del pelinegro ahora de cabellos canosos.

ObedecemeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora