Capitulo 20 (No Lo Creo)

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En ese instante, todos sintieron como el cosmos del patriarca se desvaneció del santuario, acto seguido alarmando a los demás caballeros, de todo tipo de rango y la misma Atena lo podía sentir...

Pero no le era sorpresa, sentía una sospecha de algo oscuro que venía de unos de sus caballeros dorados, sin embargo no creía que fuera alguien ajeno a su representante en la tierra.

-El cosmos de Itiá se ha... ¿Desvanecido?- Serio el caballero de acuario, desconcertado por su parte, pues esto era demasiado turbio.

Crearía que la maldad vendría de justamente su viejo amigo, pero... Fue la primera víctima de esta venidera guerra.

-Krest, tenemos que regresar inmediatamente- La orden directa de la Diosa se hace presente, con un tono de tristeza, al final, quién ha caído es un valioso caballero y patriarca, le duele después de todo, aun sabiendo que la maldad lo había alcanzado.

-Entendido- Acuario asiente, para acompañarla, regresar lo más rápido al santuario, para saber que está ocurriendo a ciencia cierta.

Mas sus pensamientos van directamente a una idea, se negaba a creerlo.

Pues era completamente una tontería el pensar que Aries, hubiera dado fin a la vida de la persona de la que se ha enamorado, sin embargo cabe la posibilidad de que el pelirrojo se hartara de ese maltrato.

No existía mucho tiempo de pensarlo, debían volver lo antes posible, aunque Atena es la propiedad de proteger.

---Santuario---

-¡¡¡¿QUÉ FUE ESO?!!!- El mayor de los gemelos, encontrándose con los demás caballeros de plata, pendientes de este cosmos malignó, que viene directamente de los templos.

Algo que inicio en la sala patriarcal.

-Algo está pasando, el cosmos del patriarca...- Uno de sus compañeros de armas, alarmado de este suceso.

Todos pareciendo sumamente preocupados, tristes y enfurecidos, por el simple hecho.

¿Alguien se había atrevido a acabar con el pontífice?

No se quedaría así.

-Tenemos que ir, inmediatamente- Uno de esos compañeros de armas enfurecido, para atacar a cualquier intruso que ahora se ha filtrado.

-Entonces...- No logro terminar de hablar el caballero de Altar, cuando la presencia de un sinfín de mariposas del inframundo se hace presente a su alrededor.

Desconcertado a los allí presentes.

-¿Mariposas del inframundo?- Hakurei menciona esto, con cierta duda, asombrado, por el hecho de que estos seres tuvieran en el santuario, era simplemente imposible.

-¿Qué hacen estas hadas aquí?- Uno del plata, dispuesto a atacar a esos infernales seres.

Pero apenas si lo intentó, una flecha dirigida a su pecho, atravesando de golpe la armadura del plata, provocando que cayera, sin remedio al suelo.

-¡¡¡¿QUIÉN FUE?!!!- Hakurei se gira inmediatamente, observando furioso en la dirección que esa conocida flecha ha venido, para su sorpresa quien la ha disparado, no es nadie más que un compañero de armas -¿Archon?-

-No se interpondrán ante la voluntad del patriarca- Su mirada ensombrecida, sus cabellos ondeando con el viento poco usual en el santuario, la actitud fría, refiere que no es el mismo de antes.

-¿Voluntad del patriarca?- Desconcertado, pregunta uno de sus compañeros de armas, molesto por su acto cometido contra uno de los suyos.

-Asuntos superiores, que ustedes no tienen derecho a intervenir- Su respuesta sin emoción, como si no fuera el mismo caballero que anteriormente han conocido.

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