___, una chica peculiar que es amiga de Krilin y Goku, y alumna antigua de Mutenroshi. Esta joven chica aparenta tener veinte años, pero en realidad tiene la misma edad que su joven amigo Goku. Un día, el moreno la visita porque hacía tiempo que no...
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La tensión se cernía en ese terreno. Los Guerreros Z observaban con detenimiento al nuevo enemigo. Goku sentía la necesidad de combatir con el rey Lensis, quien aún observaba con detenimiento el lugar. Le era curioso que ese alienígena tuviera aspecto de león, al igual que el resto de animales. Mira que en la Tierra existían también, pero ellos tenían un ki poderoso. La hiena, llamada Hyani, se dio cuenta de la presencia de los chicos que tuvo que susurrar al oído de su rey. Lensis dirigió la cabeza, impresionado de que los terrícolas los haya recibido.
El gran león no evitó esbozar una gran sonrisa mostrando sus dientes afilados y caminó con decisión hacia ellos, mientras sus secuaces se levantaban uno a uno. Nuestros protagonistas estaban tensos, listos por si empezaría una gran pelea, pero cierto individuo tenía la sospecha de que no quería combatir. Jiren analizaba con detenimiento al enemigo. Para él no era una amenaza porque lo miraba indiferente, sin embargo, no quitaba la idea de que era un enemigo muy poderoso. El rey Lensis ya estaba lo suficiente cerca, a escasos metros de los guerreros, y los saludó:
—¡Saludos, terrícolas y no terrícolas! Mi nombre es Lensis, rey del planeta Animaladai.
—¿Rey? —Krillin se sorprendió.
—Bueno, le pega demasiado por ser un león —susurró por lo bajo Tenshinhan.
—¡Hola! —saludó Goku con una sonrisa de oreja a oreja, ya con el atrevimiento de acercarse.
—¡No te acerques más, terrícola! —lo amenazó Hyani—. Estás ante el rey más poderoso y valorado de nuestro planeta. ¡Ten un poco de respeto!
—Oh, tranquilo, Hyani. Seguramente que es el típico saludo de los humanos —calmó el rey.
—¿Puedo saber a qué habéis venido? —preguntó con educación el Saiyan.
—¡Y qué educado! —alegó Lensis—. Verá, hemos viajado mucho buscando una cosa que siempre me había contado mi padre hasta que murió. Muchos años en su búsqueda y nuestros radares han detectado que está aquí, en el planeta Tierra.
—¿Las bolas de dragón?
—¡Goku! —le riñó Krillin.
—¿Eh? ¿Qué es eso? ¿Se come? —preguntó con mucha curiosidad el rey.
—Su majestad, son las bolas mágicas que puede cumplir el deseo que usted desee —explicó la hiena con una sonrisa forzada.
Lensis parpadeó unas cuantas veces para recabar la información que le dio su mano derecha. Incluso puso una cara que no le gustó para nada a los guerreros, sin embargo, su expresión se relajó y se recompuso.
—No hemos venido para eso, Hyani —le corrigió—. Estamos buscando a una Kauneus.
—¿Kauneus? —repitió Goku sin entender.
—Como se nota que has perdido la memoria y has vivido mucho tiempo en la Tierra, Kakarotto —atacó Vegeta—. Las Kauneus son criaturas consideradas las más hermosas de todo el universo. Todas son mujeres. Cada planeta siempre buscaba a una miembro para procrear y tener hijos poderosos. Pero esas alienígenas desaparecieron por mucho tiempo.
