En la mañana siguiente, los niños Hofer se levantaron muy temprano. Estos hicieron su cama y rápidamente corrieron a desayunar. Su madre los esperaba y con el desayuno servido, mientras su padre se encontraba hojeando el periódico con una taza de café.
"Saben que el auto que hombre dejo frente a la casa las otras noches, la policía se lo llevo ya que el hombre nunca volvió a buscarlo", dijo Carl mientras leía la noticia en el periódico local.
"Es increíble, quien sale a esas horas de la noche, sabiendo lo peligroso que puede ser y ademas deja su auto en el medio de la calle" decía Sophia mientras le servia el desayuno a los niños que ya se encontraban sentados en la mesa.
"Lo peor de todo, es que nadie sabe que sucedió con el. Nadie lo ha visto ni escuchado nada de el desde esa noche, es todo un misterio como todo por aquí", dijo Carl mientras cerraba el periódico y lo ponía a un lado para comer.
Los niños rápidamente se miraron entre si, ellos eran los únicos que habían visto a Veldrom después de aquella noche. Ellos eran los únicos que sabían vagamente algo de este y tenían una idea de donde este se podía encontrar.
Hoy los niños tenían entre ceja y ceja ir a explorar la cueva en la que creían que Veldrom había entrado. Aquella cueva que encontraron cerca de la casa del leñador cerca del bosque. Lo que los niños no sabían, era todo lo que había ocurrido en ese mismo lugar la noche anterior.
Tras terminar el desayuno en familia, los niños Hofer saltaron de la mesa y colocaron los platos en el fregadero.
"¿Ya nos podemos ir papa?, hoy nos gustaría investigar el pueblo un poco mas?", dijo Scott mirando a su padre desde el otro lado de la mesa;
"Traten de no meterse en problemas con los vecinos y de no molestar a los mas ancianos, saben que hay personas que no les gusta que le estén haciendo preguntas", dijo Carl mientras miraba a los niños por encima de sus espejuelos.
"Gracias papa", dijo Scott mientras ya estaba corriendo junto a su hermana hacia la puerta de entrada. En lo que la madre de estos rápidamente les dice:
"Niños, no se vayan aun", dice Sophia mientras deja de fregar los platos y se seca las manos con un paño en la cocina.
"Les tengo algo que dar, como se que a ustedes les encanta la aventura y descubrir todo tipo de secretos, les he conseguido unas cuantas cosas que los detectives suelen usar para resolver sus casos", dice Sophia mientras se dirige a la sala y abre una de las gavetas de las mesas y saca una bolsa con artículos en su interior.
Con gran atención los niños regresan corriendo a la sala y miran atentamente lo que su madre tiene para darles. De la bolsa, esta saca varios objetos viejos y algo ya usados;
"Aquí les tengo una brújula para que nunca pierdan su camino a casa, una lupa para que no se les pase por visto ni la mas misma pista, un silbato para que lo suenen cuando estén perdidos o necesiten ayuda y una botella con vinagre, por si algún día tienen alguna herida, puedan desinfectarse", dijo Sophia con una sonrisa mientras acomodaba los objetos encima de una mesita en la sala.
La alegría que estos objetos le habían dado a los niños no tenia comparación. Estos, tomaron los objetos y los colocaron en sus bultos, junto con sus libretas, lapices y otros objetos variados.
"Gracias madre, nos da mucho gusto que nos hayas regalado todos estos increíbles artefactos para nuestra investigación, los usaremos muy bien", decía Tamira mientras se colocaba el bulto en la espalda.
Con un beso en la mejilla, Sophia se despide de sus hijos mientras estos rápidamente corren hacia la puerta. Ya fuera de la casa, estos se montan en sus bicicletas y se dirigen hacia la casa del leñador, ellos querían primero investigar mas a profundo la casa en la que había estado Veldrom para así ver si podían hallar alguna pista que les dijera un poco mas acerca de el. Al llegar a la casa del leñador los niños dejan sus bicicletas al costado de un árbol cerca de la carretera:
"Dejemos las bicicletas aquí Tamira, entremos a la casa y veamos que podemos encontrar, ya sabes, hay que tener mucho cuidado ya que no sabemos si Veldrom regreso a la casa o si regresara en algún momento" decía Scott mientras bajaba de su bicicleta y la colocaba a los pies de un árbol al lado de la casa del leñador.
Con mucha precaución, los niños se acercan a la puerta de entrada y la abren muy suavemente, mirando todo a su alrededor. Al contemplar que por el momento no había peligro, estos proceden a entrar a la casa sin hacer ningún ruido. Estos inspeccionan habitación por habitación, y para fortuna de ellos,la casa se encontraba vacía.
"Bien, Veldrom no esta aquí, así que podemos investigar muy bien la casa en busca de cualquier cosa, recuerda Tamira, todo vale, no descartes nada", le decía Scott a su hermana mientras sacaba su libreta y la lupa de su bulto de espalda.
"Vamos juntos, los dos en la misma habitación, no quiero que nos alejemos por si es que Veldrom vuelve", dice Scott mientras camina hacia la cocina
Ya en la cocina, esta se veía sucia y polvorosa, se podía notar el tiempo transcurrido desde que alguien había preparado un plato ahí por ultima vez.
"Esto es horrible, todo esta lleno de polvo y telas de arañas", decía Tamira mientras revisaba entre las gavetas.
"Aquí hay algunas latas de comida ya viejas, todos los platos y vasos bien ordenados y ya no hay ningún tipo de comida que no sea en lata", dijo Tamira mientras sostenía y analizaba una vieja lata de sopa.
"Si, parece que la cocina no nos dirá mucho, vamos a pasar a otra habitación, en esta casa tiene que haber algo, algo que Veldrom estaba buscando", dijo Scott mientras se dirigía a la habitación principal donde solía dormir el leñador con su esposa.
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Girald © DISPONIBLE EN AMAZON
Misterio / SuspensoLas noches son la pesadilla para todos los integrantes del pueblo de Girald. Al caer la noche, las tragedias se abren paso, muertes, desapariciones y asesinatos. Nadie sabe bien, qué o quién es el causante de estas brutales masacres nocturnas, pero...