Capitulo 1: Parte 39: La Casa de la Bruja

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Los Hofer se encontraban aun frente al hogar de ancianos. Scott tenia en su mano la nota que le había dejado Laura, la bruja. Sin palabras, este solo miraba la nota, un escalofrió le subía por sus pies, la bruja quería ayudarlos después de todo, pero Scott no se veía muy convencido. Scott había visto que la bruja era despiadada y muy lista, pero muy lista como para aprovechar la oportunidad y escaparse del asilo.

"Tamira, mira esto, Laura nos ha dejado una nota, quiere que vayamos a su casa para ayudarnos", dijo Scott mientras le daba la nota a Tamira para que esta la leyera;

"Bueno, a eso fue lo que vinimos, me refiero, vinimos a buscar respuestas, ella dijo que nos ayudaría, nos debe una", respondió Tamira a su hermano devolviendo la carta a éste luego de haberla leído;

"Es que no se, ella no me da buena vibra. No confió en ella", dijo Scott mientras se rascaba la cabeza;

"Scott, si algo sucediera, salimos corriendo de ahí, sino gritamos con todas nuestras fuerzas hasta que alguno de los vecinos nos escuche. No vinimos hasta aquí para dejarlo todo porque la bruja nos da miedo", dijo Tamira montándose en su bicicleta lista para ir a la casa de Laura;

Scott, quien no estaba muy convencido, se monto en su bicicleta y siguió a su hermana de camino a casa de la bruja. Tras unos minutos, estos llegaron a la calle donde se encontraba la casa. Tras pedalear hasta el final de la calle, estos se encontraban ya frente a la casa. Los hermanos, se miraron entre si con los ojos bien abiertos, estos estaban horrorizados, pero sabían que esto era necesario. Sin pensarlo dos veces, Tamira bajo de su bicicleta la cual recostó de la reja de la casa de la bruja. Scott, quien no quería quedarse atrás y dejar a su hermana sola, este corrió y se bajo de la bicicleta y la tiro en el suelo cerca de la de su hermana. Ya los dos frente al portón de la reja, estos solo miraban la casa la cual se veía muy tenebrosa.

"Bueno, aquí vamos, no nos alejemos el uno del otro. Siempre juntos", dijo Tamira mientras procedía a abrir la puerta de la reja. 

Al abrir la pequeña puerta de la reja, esta sonaba con un chirrido muy fuerte, como si esta no le hubieran dado mantenimiento hace mucho tiempo. Ya dentro del jardín, el cual parecía una selva, los hermanos se adentraron y caminaron a través de los matojos hacia la puerta principal. Al subir los tres escalones de madera, los cuales estaba en muy mal estado, estos llegaron a la puerta de la entrada. 

"Toca cuatro veces, eso era la que decía la carta", dijo Scott a su hermana Tamira quien miraba la puerta con miedo;

Tras un gran suspiro, Tamira procedió a tocar la puerta cuatro veces como lo decía la carta. Tras tocar, un frió cubría el cuerpo de Tamira, sus manos temblorosas y sudorosas hacían pensar a esta si estaban haciendo lo correcto. Tras unos largos segundos, estos escuchan el sonido de la cerradura de la puerta, luego, esta comenzó a abrirse muy lentamente, haciendo el mismo sonido que la puerta de la reja. Tras unos segundos, la puerta se habré completamente, pero para sorpresa de los hermanos, no había nadie tras de esta. Los niños rápidamente, se miran entre si paralizados del miedo, la puerta se había abierto sola frente a sus ojos. Armándose de valor, Tamira comienza a caminar hacia el interior de la casa cuando Scott la agarra de la mano y la detiene.

"Estas loca, como vamos a entrar cuando una puerta sin nadie que la abriese es la que nos a recibido. No pienso entrar a una casa que claramente esta embrujada", dijo Scott mientras todavía sostenía el brazo de su hermana para que esta no se fuera a escapar;

"Scott, es la casa de una bruja, ¿que ibas a esperar?, no sabia que te diera más miedo la casa de una bruja que una cueva con un hombre/criatura de ojos rojos", dijo Tamira mirando a su hermano y tratando de soltar la mano de Scott de su brazo;

"Es que tengo un muy mal presentimiento a cerca de esta señora. No creo que en realidad quiera ayudarnos, y mucho menos no creo que solo nos vaya a decir todos sus secretos así porque si", dijo Scott mientras se ponía ambas manos en la cabeza;

"Tranquilo hermano, todo va a estar bien, solo entremos, y salgamos con la información que queremos. Al igual que tu, yo también me estoy muriendo del miedo. Pero hay dos personas desaparecidas, y hay una la cual sufrió un hechizo y desapareció sin que nadie de su familia supiese de todo esto. Hay que hacerlo por ellos, por descubrir la verdad.", dijo Tamira mientras le agarraba la cara a su hermano suavemente y sonreía;

Inspirado por las palabras de su hermana, Scott decide entrar a la casa de la bruja Laura. Agarrados de la mano, estos proceden y dan el primer paso dentro de la casa. Ya dentro, la casa se veía muy oscura, solo la claridad que entraba por la puerta era la única que alumbraba un poco tras los niños. Sin moverse mucho mas, los niños miran todo a su alrededor, sin lograr ver nada. De repente, la puerta se cierra detrás de estos. Esta se había cerrado sola, no había nadie ni nada ademas de los niños para cerrarla. Inmediatamente, Scott busca en el bulto de su hermana la linterna y rápidamente la enciende. La habitación estaba en completa oscuridad, no había forma de ver donde pisabas si no era por la linterna de los niños. 

Mientras los hermanos alumbraban con la linterna, estos podían observar los detalles de la casa. Los niños se encontraban en la sala de estar, al parecer la puerta daba acceso directo a esta. Los sillones de la sala estaban cubiertos con unas sabana blancas las cuales estaban muy sucias y polvorientas. Las alfombras que habían en el suelo estaban llenas de hoyos y algo desmerecidas por el tiempo. La decoración de la casa era muy extraña, gatos disecados en las repisas, candelabros con velas que tenían telas de arañas, entre muchas otras cosas mas. 

Los Hofer, comenzaron a caminar muy juntos dejándose llevar por la luz de la linterna. Estos pasaron junto a la cocina la cual estaba justo al lado de la sala, esta también se veía abandonada. La cocina estaba llena de frascos vacíos llenos de solo polvo, platos en el lavado que nunca fueron lavados, era una desastre y a la vez espantoso. De repente, todas las velas de la sala, la cocina y las de todos lados se encendieron a la misma vez. La casa quedo completamente iluminada. Los niños, quienes ya veían mejor, comenzaron a mirar todo a su alrededor asustados, ¿quien había encendido todas esas velas?. La casa era más espantosa con luz que sin ella, todo en ella daba un muy mal presentimiento. De repente, los hermano vieron como una sombra se veía venir desde el pasillo que quedaba entre la cocina y la sala de estar. Los niños rápidamente se abrazaron del miedo, sin dejar de alumbrar con la luz de la linterna, lo que sea que eso fuera. Al cabo de unos segundos, estos vieron que se trataba de Laura.

Laura ya se había cambiado la ropa blanca que le tenían a todos los ancianos del asilo. Estos les hacían vestir una camisa y un pantalón blanco en casi todo momento, excepto cuando estos dormían, que podían ponerse lo que ellos quisieran y se sintieran mas cómodos. Con ese uniforme, los empleados del asilo podían diferenciar quien eran los pacientes del asilo y quienes no, así era menos posible que estos se fueran a escapar haciéndose pasar por una visita. 

Laura, tenia un vestido negro y muy largo, las costuras de este se veían deshilachadas y desmerecidas, como si el traje fuese muy viejo. Este traje tenia mangas largas las cuales comenzaban siendo muy pegadas a los brazos y terminaban muy abiertas en forma de campana. Laura tenia unos zapatos negros y puntiagudos, ademas, de que esta tenia el pelo suelto, ondulado y muy largo. Esta parecía una autentica bruja.

"Hola niños, bienvenidos a mi hogar. Los ayudare a buscar aquello que desean, pero les advierto, puede ser que lo que escuchen no les guste, y ademas... puede ser que lo que les diga, los atormente para siempre", dijo Laura mientras se reía fuertemente.


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