En la casa de Oliver, este apenas llegaba del mercado. Colocando en el suelo las provisiones que este había comprado, Oliver procedió a abrir la puerta con su llave. Tranquilamente, este tomo las bolsas del suelo, entro a la casa y se dirigió hacia la cocina. Ahí, comenzó a preparar una mochila con los alimentos que había comprado. Este hecho unas batería de repuesto, junto con una linterna vieja; hecho algunas latas de comida enlatada, junto a un abridor de latas de mano. Oliver estaba tranquilamente preparándose para su excursión en la mina, sin saber que los niños ya habían averiguado su plan y que estos, ya estaban entrando a la mina.
"A ver, ¿que hora es?, hay no!, ya es hora de mi medicina", dijo Oliver mirando el reloj en la pared y caminando hacia su habitación para tomarse la medicina;
Al llegar a la habitación, este camino directamente hacia su mesa de noche donde tenia todas su medicinas. Oliver se sentó en la cama y procedió a tomarse, junto con un vaso de agua, las pastillas que necesitaba. Este miro hacia la cama y vio la carta que estaba escribiendo y recordó que la debía terminar. Tomando la carta y el lápiz, Oliver nota que esta no era su carta, por lo que comienza a leer.
Tras unos minutos, la expresión en la cara de Oliver podía decir todo lo que este sentía. El corazón de Oliver palpitaba muy rápido, sus manos comenzaron a sudar y a temblar, este no sabia que hacer.
"¿Que han hecho estos niños?, no pueden entrar solos a la mina, son solo... niños", dijo Oliver mientras trataba de pararse de la cama;
Al intentar pararse, las piernas de Oliver le temblaban por el temor que este sentía. Sus piernas temblaron tanto, que estas le fallaron y este cayo al suelo. Con mucho esfuerzo, Oliver, apoyándose de la cama, logro ponerse en pie nuevamente. Con pasos lentos, Oliver logro salir de la casa, este estaba disidido a detener a los niños antes de que cometieran una locura.
"Todo esto es mi culpa, nunca debí haberles enseñado ese mapa de la mina. Nunca debí haberles insinuado que entrar a la mina era posible", dijo Oliver mientras apresuraba su paso hacia una vieja camioneta que este tenia en la cochera de su casa.
Esta camioneta estaba muy vieja y oxidada. Se ponía ver el tiempo en el cual esta no había sido tocada, debido a la cantidad de tierra, hojas y maleza que la cubrían. Esta tenia unas cuantas llantas vacías, debido al tiempo que esta había pasado parada en la cochera. Al abrir la puerta de esta, Oliver vio que las llaves aun estaban en el sillón, tal y como las había dejado hace un tiempo atrás, inmediatamente, este intento encenderla, la cual hacia un ruido algo extraño, pero no encendía del todo. Tras unos minutos, Oliver logra hacer que esta encienda y sin pensarlo mucho, este se dirige hacia la mina.
Mientras Oliver iba de camino, lo único en lo que podía pensar era en los niños. Este tenia la esperanza de que estos hubieran recapacitado y no hubieran entrado. Una sensación de angustia y culpa cubrían a Oliver, mientras avanzaba por las calles de Girald dejando un rastro de hojas las cuales volaban de la camioneta al viento pegarle. Las llantas vacías hacían que el viaje hacia la mina fuera un poco más difícil, pero este estaba decidido en llegar y prevenir que los niños entraran.
En la mina, los Hofer caminaban lentamente y silenciosamente. Estos solo veían vagones repletos de materiales de construcción a ambos lados. Solo con la luz de la vieja linterna de su padre, Tamira alumbraba el camino. Muy juntos el uno del otro, los hermanos se adentraban a la mina.
"No puedo creer que estemos dentro de la mina. Esto es una locura, si mamá y papá se enteraran, nos matarían", dijo Tamira mientras mientras miraba hacia todos lados, observando la inmensidad de la mina;
"Esto es genial, siempre quise venir a la mina, y hoy aquí estamos explorándola como dos buenos detectives. Mira todo esto, todas estas herramientas y materiales le pertenecieron a los mineros. Pueden haber tantas pruebas aquí que indiquen lo que le paso a los mineros, mi cabeza va a explotar", dijo Scott emocionado mirando a todas partes;
Mientras estos seguían su curso por la mina, tal y como habían planificado con Oliver, estos parecían ir en buen camino.
"Mira, creo que estamos cerca, puedo ver dos esmeraldas al fondo de este pasillo. Ya empezamos a ver piedras preciosas. Tal vez podamos llevarle una a mamá", dijo Scott avanzando en por el pasillo y dejando a su hermana atrás;
"Pero, ¿porque unas esmeraldas brillarían así en la oscuridad?, ¿no son solo los cristales lumínicos los que brillan?", dijo Tamira sospechando un poco de las dos esmeraldas luminosas;
Scott paro por un momento de avanzar, Tamira tenia razón, las esmeraldas no tienen luz propia. Inmediatamente se escucho un grito que hizo eco por todo el pasillo, era el grito de un Ghul. Los niños brincaron del susto y rápidamente comenzaron a correr en dirección hacia la entrada de la mina. Los pasos del Ghul corriendo tras estos se hacían cada vez más evidentes. Ya casi llegando a la entrada de la mina, el Ghul da un gran salto y cae frente a los niños quieres paran de correr e inmediatamente se abrazan entre si.
El Ghul quien se encontraba sobre sus cuatro patas, acercándose lentamente a los niños, solo los miraba fijamente. Los niños estaban paralizados, el temor que sentían solo los hacia pensar en sus padres y en que pasaría con ellos si estos morían ahí. Estos comenzaron a caminar hacia atrás sin quitarle la mirada al Ghul que los asechaba. Scott se dio cuenta que ya tras de estos solo había una gran pared, estaban acorralados. Tamira comenzó a llorar, lagrimas bajaban por sus mejillas como ríos. Su hermano, trataba de calmarla mientras el Ghul continuaba acercándose lentamente.
"Solo cierra los ojos, imagina que estamos en casa y que estas jugando con tu muñeca favorita en la habitación", le decía Scott mientras abrazaba y le tapaba los ojos a su hermana;
En ese momento, los hermanos escucharon la voz de Oliver.
"Niños, ¿donde están?, ¿están aquí adentro?", gritaba Oliver desde la entrada de la mina;
"Aquí estamos, busca ayuda Oliver, por favor", grito Scott quien no veía a Oliver pero si lo escuchaba;
Oliver vio a los niños en el fondo del pasadizo siendo acorralados por una criatura espantosa. El corazón de Oliver se puso helado por un momento. ¿pero, que era esa criatura tan horrenda?. Miles de pensamientos pasaron por la mente de Oliver, ¿busco a alguien para que los ayude?, ¿trato de espantar a la horrenda criatura y salvar a los niños?, este no sabia que hacer. Tal vez para cuando buscara ayuda, iba a ser muy tarde, tenia que actuar ahora. Sin pensarlo dos veces, Oliver entro a la mina.
"Deja a esos niños en paz criatura de las tinieblas, ellos son solo niños. No te atrevas a tocarles ni un solo cabello." decía Oliver mientras trataba de llegar rápido hacia donde estaban los niños mientras una lagrima bajaba por su rostro;
La criatura procedió a mirar a Oliver quien se acercaba utilizando ayuda de su bastón.
"No señor Oliver no venga, busque ayuda por favor", dijo Scott mientras miraba al señor Oliver acercarse lentamente;
El Ghul dio un grito de furia al ver como Oliver interrumpida su cacería. Este rápidamente giro en dirección a Oliver, dándole así la espalda a los niños.
"Niños, aprovechen, corran hacia la entrada de la mina. Corran ahora que esta distraído", dijo Oliver quien ya casi llegaba hacia donde el Ghul;
Scott agarro a su hermana de la mano y junto a esta, ambos comenzaron a correr hacia la entrada. Al pasar cerca de Oliver; Scott lo miro directo a los ojos mientras corría; una lagrima bajaba por la mejilla de Scott mientras que veía como Oliver solo le sonreía, como queriéndole decir que todo estaría bien. Scott y Tamira salieron de la cueva, tomaron sus bicicletas y pedalearon hacia el pueblo lo más rápido que estos pudieron. Tamira solo lloraba, mientras Scott no podía parar de pensar en Oliver, ¿que pasaría con el ahora?.
ESTÁS LEYENDO
Girald © DISPONIBLE EN AMAZON
Mystery / ThrillerLas noches son la pesadilla para todos los integrantes del pueblo de Girald. Al caer la noche, las tragedias se abren paso, muertes, desapariciones y asesinatos. Nadie sabe bien, qué o quién es el causante de estas brutales masacres nocturnas, pero...