SEXTO A PARTE: NO QUIERO QUE SE ACABE.

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LO SIENTO POR TANTOS A PARTES, PERO ESTA SEMANA HE NECESITADO ESCRIBIR MUCHO SOBRE TODO LO QUE VOY SINTIENDO Y NO PODÍA ESPERAR AL SÁBADO.


Había escrito algo sincero, algo que necesitaba, esta mañana en el baño del hospital, pero al llegar a casa desapareció, se ve que iCloud no funciona todo lo bien que debería funcionar, para eso pago... vaya mierda...

Me había quedado un buen texto, estaba contenta, tanto que bajaba leyéndolo por las escaleras al final del turno, pero se esfumó, como siempre me pasa...

Pero bueno, puedo volver a reescribir todo lo que me pasó por la cabeza en aquel momento, se que no saldrá igual, que será diferente y peor, pero necesito inmortalizar todo lo que sentí hoy.

Empiezo pues:

Quien me iba a decir a mi que me daría pena dejar estas cuatro paredes, abandonar a esta gente.

Hoy es mi penúltimo día aquí y se que lo voy a echar de menos, se que me ha hecho sufrir mucho, muchísimo, pero en el fondo es lo que me gusta, esas cosas que duelen lo suficiente para hacerte mejor persona.

Hoy es mi penúltimo día aquí, en este lugar que me hizo sentirme como en casa, y engo miedo, tengo mucho miedo, por que si, con esta luz tenue y los pitidos constantes volví a encontrar hogar, quien se lo diría a la Natalia que al primer día escribió su carta de renuncia...  Ese sitio me hace bien, lo necesito y lo puedo perder.

He dicho que tengo miedo por que en la UCI encontré mi casa, no tiene mucho sentido por que encontrar tu lugar debería ser algo positivo, pero para mi no lo es, ahora entenderás por que: 

Encontré mi sitio en aquella clínica dental, aquella que casi me mata (y no es literatura, me lo dijeron los médicos, o ese trabajo o tú), me sentía bien por que era buena, casi tanto como la jefa, lo controlaba todo, lo sabía todo, aquellos cien metros cuadrados eran como extensiones de mi, sabía que pasaba, que había en cada centímetro de aquel bajo de dos plantas.

Encontré hogar en sus brazos, en los brazos de aquel chiquillo de ojos marrones y crucifijo en el cuello y él nunca me quiso y nunca lo hará (se que a veces digo que si, pero creo que es para que todo duela un poco menos, por que tú y yo sabemos que no se trata mal a quien se quiere, y él... bueno... siempre fui solo unas piernas largas que acariciar después de follar).

Encontré mi casa en el instituto, ese en el que estuve nueve años, ese que me salvaba de mi misma, o eso creía yo. Dentro creía que era feliz y no era así, ese edificio hizo que me sintiese inútil, un despojo, que no servía para nada, pero no lo quería ver de aquella, en verdad no podía hacerlo, mi vida irreal era la única que me sostenía.

Siempre me refugié en cosas que casi acaban conmigo, todo a lo que me até acabó ahorcándome.

Y tengo miedo, tengo miedo de que pase con esto como con todo lo demás, por que es demasiado bueno como para romperlo.

En aquel cubículo con ocho camas he crecido, madurado, aprendido y asimilado muchas más cosas de las que creía poder hacer. Me hizo fuerte, consiguió que mirase al miedo de frente, me enseñó a valorar mis sentimientos, a mostrarlos, a no ocultarlos. Me demostró que reconocer tus debilidades te hace más fuerte, que solo puedes crecer si hay gente que te ayuda indirectamente, si hay mentes que te animan.

No quiero dejar todo esto.

Quiero dejar de ser una escoba, una mierda para muchos de mis "compañeros" pero no quiero alejarme de todas esas historias, de todo ese caos, de todo ese heroísmo.

Quiero envejecer ahí, quiero que pasen los años y volver a ver a pacientes que han mejorado y hablar con ellos, saber cómo están, cómo les ha ido la vida.



Me he dado cuenta de que me agarro a todo aquel que me haga sentir útil, necesaria, o por lo menos que me preste un poco de atención. Creo que es eso: mis carencias emocionales hacen que me refugie en cosas condenadas a hacerme mucho daño a la larga, pero que a corto plazo parecen sanar.

No sé como influirá esto al tema de UCI y me da miedo averiguarlo. Por un lado quiero seguir cambiando, quiero seguir madurando y enfrentarme a todo lo que temo, pero por otro... todo me dolerá más, todo me afectará más...

No sé, no me quiero ir, no quiero separarme de Soraya ni de Pedro, ni de Rosa, ni de Salva, ni de Nacho.

Estoy echa un lío.

Me voy a ir a dormir, necesito asimilar que mañana se acaba todo esto, que mañana es mi último día.



-UN A APARTE EN UN A PARTE-

Hoy he estado lo suficientemente cerca para volver a oler su perfume, fueron diez o doce segundos, pero lo suficiente para anularme. Era tal cual como lo recordaba, delicado. Fue un momento bonito, unimos fuerzas para levantar a una paciente, él y yo, solos. Formamos buen equipo, siempre me lo imaginé desde aquel día que lo vi salir por aquella puerta. Andábamos parecido, vestíamos parecido, medíamos parecido y mirábamos parecido. Y así fue, no solo formamos un buen equipo fuera del hospital si no que también dentro, somos una buena pareja de desgracias.

una TCAE en PRÁCTICASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora