DOCEAVO A PARTE: LA MUERTE

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La muerte me aterra.

La soledad, el frio, la nada.

Llevo años sintiendo una presión en el pecho solo con mencionarla.

MUERTE

FINAL.

Mi mente no es capaz de comprender como de un instante para el otro pasas de tenerlo todo a no ser nada, a dejar de respirar, de pensar, de soñar.

Me encantaría creer en Dios, me encantaría ser religiosa, y no solo es que me encante, si no que lo necesito, pero por mas que lo intento no he sido capaz.

Cada vez que pienso en ese día en el que no vuelva a ver los ojos de mi hermana me rompo en tantos pedazos que no hay religión ni dios que puedan repararme.

Cada vez que me imagino un mundo sin mundo rompo a llorar. No quiero que todo esto termine, no entiendo como todo esto puede terminar, no lo comprendo, lo pienso, lo siento, pero no lo comprendo.

Escribir esto me está haciendo demasiado daño, tanto que creo que voy a explotar. No sé por que mi mente no encuentra una explicación y menos se por que tengo que pensar cada día en ese momento.

LA NADA.

TEMO A LA NADA.

AL PARÓN.

A LA OSCURIDAD.

A LA INERCIA DE NO VIVIR.

Nada, no va a haber nada. Ni rayos de sol, ni recuerdos, ni sonrisas, ni palabras.

Nada.

Y no podré ni darme cuenta.

No sabré en que momento sea la ultima vez que mire a alguien, que toque a alguien, que bese a alguien.

No quiero morirme.

No quiero que nadie muera.

No entiendo como puede pasar.

Como nuestra alma desaparece.

Todo esto que sentimos, que pensamos, que soñamos se acaba, todo acaba.

Llegará un día que no vea más el mar, ni las nubes, ni las olas.

Llegará un día que jamás vuelva a escuchar los pájaros cantar y no lo entiendo.

Por más que lo intento no lo entiendo.

Envidio a la gente que cree en el cielo, en la vida eterna, en el más allá.

Lo envidio tanto por que se libran de esta ansiedad que da la puta mortalidad.

Es todo demasiado injusto.

Nos lo dan todo para luego quitárnoslo.

una TCAE en PRÁCTICASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora