OCTAVO A PARTE: ÚLTIMO BESO y MI CORAZÓN.

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Nuestro último beso es digno de llamarse como tal.

No todo el mundo tiene esa suerte, muchos se acomodan en la rutina y olvidan besar como lo hacían antes, es por eso que una vez que todo acaba no recuerdan su último beso, por que seguro que fue uno apurado en la puerta de casa, en el sofá, uno de buenos días...

A mi eso no me pasa.

No con él.

Cuando estamos juntos vivo todo con una intensidad que me hace convertirlo en sublime, cuando estamos juntos no estamos para nadie más y eso hace que todo lo que hagamos pueda pasar por una despedida, por que es así, nos despedimos cada vez que coincidimos.

No sé por qué tenemos esa manía, quizás por qué sabemos que todo esto tiene una fecha de caducidad y está muy próxima o simplemente por que los dos juntos somos así.

Nuestro último beso fue de película.

Nos despedimos en la puerta de su casa, me la abrió para salir, y se quedó viendo para mi. Un segundo después de hablarnos con una mirada desesperada empujé la puerta con la mano, la dejé entreabierta y lo besé. No suelo ser yo la que tome la iniciativa, pero lo necesitábamos, sobre todo por que la anterior vez me fui sin besarlo. El me sigue el beso, como cabe esperar, pero de una forma que consigue que todos sean inolvidables, es capaz de producir ganas de apartarme, mirarlo, sonreír y volver a besarlo. Consigue hacerme sonreír en un beso, a mi!

Es increíble, ese chico es increíble.

Me sorprende como casi nadie es capaz.

Es de los que convierte un beso corto de despedida en el mejor beso de tu vida, con mano en el cuello y mordisco incluido.

Hacemos todo tan intensamente que cuando nos hacemos daño lo hacemos de verdad, le arrancamos trozos al otro. Pero eso es lo que me gusta, eso es lo que necesito, alguien que también vida en una montaña rusa, que me sorprenda, que me entienda, que no me deje sola.


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Mi corazón es pobre.

Tiene poco sentimiento dentro de él.

No hay mucha amistad, ni mucho amor, no tengo casi nada de rabia y no siento odio.

Tengo un corazón pobre.

Pobre pero noble.

Pobre pero ingenuo.

Lo poco que es capaz de amar lo ha utilizado solo en unos ojos, en los tuyos, no en los míos.

No es que te quiera más que otra gente, no, estoy segura que te quiero menos que ella, pero te amo a todo lo que da este músculo de mierda. A TODO, en mayúsculas, por que por amarte a ti me he olvidado de quererme y respetarme. He acabado haciendo cosas que no me gustan por ti. He terminado por ponerte como prioridad y degradarme.

Es triste.

Es muy triste.

Ser tan gilipollas como para darle consentimiento a mi corazón, que es noble, para que te ame solo a ti.

Es muy triste por que tú lo sabes y lo utilizas, me utilizas, aún sabiendo que me estás rompiendo.

una TCAE en PRÁCTICASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora