-¿Que no te han dicho que es de mala educación entrar en habitaciones ajenas?-dijo una voz a tras de mi oído, di un pequeño brinco, gire, lo mire a los ojos con mi cabeza hacia arriba por la diferencia de estatura, Kerem comenzó a reír y yo podía sentir como mis mejillas se tornaban rojas.
-Si, pero esta habitación no parecía ocupada-le conteste de mala gana.
-A si que se te hizo buena idea entrar e invadir un espacio- se recargo contra la pared mientras sonreía con arrogancia.
-Ocupaba un baño-le aclare.
-En tu cuarto también hay uno- dijo de mala gana.
-Ah- respondí sin ganas, el rió, dos hoyuelos se le formaron en las mejillas, mire sus ojos casi grises furiosa.
-¿Desde cuando soy un payaso para que te rías de mi?-le dije de mala gana.
-Yo nunca dije que fueras uno-su risa se desvaneció.-pero eres tan ingenua e inocente que me das risa-volvió a reír.
-¡Yo no soy ingenua!-le grite.
-Eres como una niña de cinco años a la cual tengo que cuidar-se burló.
-Jamás pedí tu ayuda, ni la quiero- me salí de la habitación y el me siguió hasta la mía.
-Yo jamás dije que te quería cuidar, no tengo ganas de ser ninguna niñera-dijo con el ceño fruncido.
-Salte-dije apuntado hacia la puerta.
-No-se acercó a mí
-¡Salte!-dije firme, el dio media vuelta y se fue, cerré la puerta de mi habitación, me acosté en la cama y trate de dormir.^Corrí entre los grandes edificios, todo gris, todo triste y solitario, mi mano derecha sujetaba un arma, me perseguían, y tenía que esconderme entre toda la multitud que se acumuló en la avenida principal, gente que solo se quedaba en su lugar mirando hacia enfrente, si yo hubiese sido una niña de diez años probablemente había pensado que eran zombies, trataba de abrirme paso entre ellos pero era inútil, un par de manos agarraron las mías, jalándome hacia el, yo gritaba con desesperación que me dejara ir, el hacia caso omiso a mis gritos, con el arma dispare a su mano con la que me estaba sujetando, me dejo y empece a correr de nuevo, pronto estaba en una calle sin salida y sin esperanzas de vivir con 10 hombres a mi alrededor, todos me apuntaron, y saque mi arma, dispararon hacia mi, sentí un dolor agudo en el pecho, mi alarma sonó.^
Me levante sin ganas de la cama y agitada por el sueño, busque por toda la habitación el baño del cual había hablado Kerem, y encontré la puerta que daba hasta el, atrás de un buró, me di una ducha rápida y salí del baño encontrándome con un suéter y un pantalón, me los puse y salí de la habitación, baje hasta la planta baja y me encontré con Kerem.
-Siéntate- me dijo amablemente señalando la silla de la barra, puso el desayuno ante mi y otro plato delante mío, sirvió café y un poco de jugo de naranja.
-¿Por qué tanta amabilidad?-dije burlona.
-¿Para todo tienes que hacer preguntas?-dijo mirando hacia su plato.
-¿Y tú tienes que responder mis preguntas con otras?
-Come ya-dijo de mala gana.Terminamos de comer, Kerem me entrego una pequeña mochila con dos libretas y plumas.
-Mi hermana pidió que te las diera-explicó,tomó unas llaves y se dirigió a la puerta abriéndola, me miraba atentamente mientras yo me intimidaba con su mirada-¿Vienes?- me preguntó en un suspiro frustrado,
-¿Me vas a llevar tu?- me burlé.
-No me encanta la idea, pero si no te gusta te puedes ir en transporte público y no te diré como-se encogió de hombros y cerró la puerta dispuesto a subir a su habitación de nuevo.
-¡No espera!-lo detuve.- Esta bien, llévame-suspire, el esbozo una grande y burlesca sonrisa que dejaba visibles sus hoyuelos.
-Como ordene la princesa-abrió la puerta y me dejo salir primero, llegamos al auto y el abrió su puerta para entrar mientras yo me quedaba viendo la mía esperando a que la abriera.-¿Que no vas a entrar?-dijo enfadado.
-Ya voy- respondi, abrí mi puerta y entre.El camino fue silencioso, el no tenia ganas de hablar y yo tampoco. Siempre pensé que la universidad seria lo mejor que le podría pasar en mi vida, pero como todas mis esperanzas una vez mas se fueron al vacío en cuanto pise esta ciudad, en dos días han pasado un sin numero de cosas que mi cerebro a penas puede procesar, el auto paro justo enfrente de la gran construcción que se hacia llamar "universidad" la cual en realidad parecía un castillo, mire hacia Kerem y el solo volteaba hacia su izquierda ignorándome por completo, abrí la puerta y puse por primera vez un pie en la universidad.
-Voy a ir por tus cosas a tu dormitorio.-dijo sin mirarme.-Vengo por ti a las doce en punto ni un minuto mas ni un minuto menos ¿entendiste?-dijo duro.
-Arruinas mi momento-el rio y cerré la puerta de un solo golpe.
Camine hacia dentro de la universidad, pase por las oficinas y recogí mi horario, sentía que el piso me daba vueltas y unas nauseas empezaron a invadirme sin permiso alguno me fui hasta el aula 102, este pequeño paso, seria el principió de una nueva vida o al menos eso creía. Un "Bienvenidos sean estudiantes a la clase de Leyes" estaba escrito en el pizarrón, todos comenzaron a llegar, pronto todas las sillas estaban ocupadas, el profesor entro y fue así como empezó la clase de cuatro largas horas, al termino de la clase había una pizarra para inscribirnos en una actividad, apunte mi nombre debajo de la hoja que tenia como titulo "porristas" sin darme cuenta que ahí estaba la persona con la que menos me quería encontrar Cassy. Ella paso a lado mío con aires de grandeza y superioridad a la de todos, venia acompañada de tres mujeres mas, la vi de reojo y la ignore por completo como si solo fuera un espejismo. Salí de la facultad esperando por Kerem, pero me encontré con una de las personas con las que no quería tratar, por ahora.
-Sube-ordenó, lo ignore y seguí caminando hasta que agarro mi brazo.-he dicho que subas- dijo Collin seguro de si mismo, me guío del brazo hasta el auto y cerró la puerta, rodeo el auto para subirse mientras yo intentaba salir de auto pero la puerta estaba bloqueada. -Seguro para niños cariño no te desgastes-me guiño un ojo.
-Este no es el tiempo ni el mejor escenario para hablar Collin.
-Te voy a llevar a otro lugar-dijo duro.-solo guarda silencio.
Collin conducía aceleradamente por las carreteras angostas, cometiendo muchas infracciones, se saltó por lo menos 10 altos y 13 luces rojas, parecía como si estuviéramos en un persecución, no sabia a donde quería ir, ni a donde quería llegar con "secuéstrame", sabia que tenía que hablar con el, no estaba lista, y dudo en estarlo, mire el reloj del tablero del auto y marcaba las doce en punto, eso quería decir que había salido mas temprano, en mi mente se repetía las palabras de Kerem "a las doce en punto Hayley ni un minuto mas ni un minuto menos" maldije para mis adentros y mire por la ventana.
-Saliste 15 minutos antes ¿de quién huías?
-No te importa-conteste dura. - Además, si quiero salir una hora antes es mi problema no tuyo, hago lo que yo quiera, no sigo órdenes de nadie y menos de personas que no conozco o acabo de conocer, ahora si me permites quiero silencio ¿Oh es que ni eso sabes hacer?-dije a la defensiva, el me miro de reojo e hizo una media sonrisa,lo único que miraba por la ventana eran edificios un poco descuidados y un gran almacén que se extendía a lo largo de un baldío, mi teléfono comenzó a sonar y mi corazón empezó a latir con fuerza, contesté la llamada.
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Antes de ti
Teen FictionPensaba que sabia quien era, pensaba que jamas me dañarían, que nunca me dejarían.... Pero lo hicieron, me tumbaron miles de veces y logre reponerme, pero la ultima... LA ULTIMA.... Acabo conmigo.