011: «I think it's time to get out.»

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Antes de comenzar este capítulo...quería dar gracias a una lectora de este fic. Publiqué una nota (que he eliminado) sobre problemas personales. Tengo esto medio abandonado. Sólo notificaba sobre ello. Y @xPiercethealexx comentó. Me hizo recapacitar sobre borrar el fic. Así que...muchas gracias. Esto te lo dedico, cielo.

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La opción elegida fue la errónea, el frío otoñal de aquellas altas horas de la madrugada no era beneficioso para la anatomía humana, pero Josh hizo un gran favor inconscientemente a Oliver. Divisó con dificultad una figura entre la neblina, con los brazos abiertos y claramente tentando a la muerte con un pie en aire, dispuesto a precipitarse en el vacío.

Reconoció instantáneamente sus delgadas extremidades, o su peinado. Su calzado se desprendió cuando Josh le pegó a su pecho con temor, los sollozos de Oliver resonaron por el lugar incontables veces, hasta que finalmente decidió girar la cabeza hacia atrás.

El gorro invernal de tonalidad oscura, aquel flequillo desordenado por el viento matutino, la palidez en su rostro o las medias lunas bajo la ausente mirada bajo sus párpados apretados. No podía creer que Josh Franceschi se encontrase junto a él en el momento de más necesidad.

Las lágrimas recorrían sus mejillas constantemente, y las más rebeldes emprendían un rumbo diferente hacia los labios del joven, humedeciendo cuidadosamente sus comisuras. Durante unos minutos, ambos se mantuvieron sostenidos en la misma posición, incapaces de realizar ningún movimiento.

—No me dejes solo —soltó repentinamente Josh.

Oliver sintió una imparable presión sometida en su pecho. Centró sus ojos en el vacío, en el espacio que anteriormente él deseaba llenar con su dolor. Había sido cegado por la oscuridad de una rutina diaria monótona, no fue capaz de contemplar el amor y el aprecio que Josh había colocado en él desde el primer momento.

Él nunca había estado solo, pero si Josh hubiese llegado un segundo después, todo habría cambiado. Habría dejado que la terrible soledad pudriese lentamente los huesos de Josh, mientras que los suyos ya habrían sido alimento de los insectos.

El dolor, el sufrimiento, la tortura, los pensamientos suicidas, las noches depresivas, los cortes escondidos, las ausencias de sonrisas, el insomnio, las lágrimas, los golpes, los cigarros, el alcohol...¿cuántos años había abandonado una vida envidiable? ¿Cuándo había dejado que la felicidad fuese sustituida por la desgracia voluntaria?

—Te quiero...te quiero...te quiero... —susurró nuevamente Josh.

La mirada de Oliver se posó sobre el castaño, sus labios temblaron con temor. ¿En qué se había convertido? Sus planificaciones suicidas se habían interpuesto en un amor capaz de solucionar su vida problemática, enfermiza, depresiva.

De alguna manera posible, Josh socorrió a Oliver en la tarea de volver a un sitio a salvo, y le abrazó con fuerza cuando comprobó que estaba ileso. Con temblores en sus extremidades, Oliver se aferró a la espalda del castaño.

—No me dejes nunca, ¿me oíste? Nunca —Josh le besó una y otra vez, logró que su temperatura corporal aumentase—. No vuelvas a hacerme esto jamás.

Oliver enredó sus dedos en el cabello de Josh, junto su rostro nuevamente. La necesidad de sentir el consuelo recorriendo su piel era notoria. Añoraba el contacto mutuo, mantener relaciones sexuales o ingerir alimentos en restaurantes elegantes en una cita.

Extrañaba estar con Josh.

Necesitaba de sus abrazos, o de sus miradas repentinas. Había descubierto que Josh adoraba la curva de su nariz cuando lo admiraba de perfil, o la sonrisa tímida que posaba en su rostro cuando le regalaban un alago.

almas que se consumen ☹ jalexDonde viven las historias. Descúbrelo ahora