Se aproximaban rápidamente las once de la noche del veinticuatro de diciembre.
Oliver caminaba rodeado de la repulsiva soledad en las calles del centro. Giró a la derecha, internándose en un callejón que acortaría la travesía hasta su casa. A sus lados, varios locales se encontraban alumbrando la oscuridad nocturna, y el reconocimiento de voces de diferentes sexos era sencillo.
Con dificultad, divisó la figura de un muchacho entre la penumbra, manteniendo en sus pasos un ritmo lento y aparentemente cansado. Acompañado de una sorprendente amabilidad navideña, el moreno aceleró y anduvo hasta la situación del desconocido.
—Perdona, yo...
Oliver tocó el hombro del muchacho, logrando que se girase desinteresado mientras su expresión variaba. Rapidamente, la mente de Oliver familiarizó los rasgos faciales del muchacho con los de su mejor amigo, Alex Gaskarth, el cual viajó con su antigua pareja al norte para finalizar el tratamiento de cáncer de Jack.
— ¿Alex? ¿Estás bien? —Analizó la figura del castaño, descubriendo las condiciones lamentables de sus prendas y la suciedad de su calzado—. Ven a mi casa; creo que tengo algo de ropa.
Ambos se dirigieron hacia el hogar de Oliver. Aquella antigua casa donde ambos se refugiaban del mundo exterior para concentrarse en sus intereses personales, como los programas televisivos o descubrir nuevos grupos musicales.
Su etapa de juventud había quedado en el oscuro olvido mientras la vida se adelantaba en el camino.
Olive rinternó la llave en la cerradura y abrió la puerta, mientras Alex intentaba situarse en el lugar. Parecía no recordar las tardes unidos por una amistad aparentemente inquebrantable, o, quizás, el dolor se había alimentado inconscientemente de sus recuerdos más importantes.
— ¿Qué ha pasado? —Cuestionó finalmente el moreno, cerrando la puerta principal y dirigiéndose al sofá, donde Alex admiraba la nueva decoración—. ¿Josh te hizo algo, o...?
El castaño negó con la cabeza.
—Explícamelo—Oliver tomó su mano—. Soy tu amigo, ¿recuerdas? Mejores amigos.
—Todo se complicó —comenzó, centrando su campo visual en la alfombra del salón—. Josh me recomendó volver aquí porque él necesitaba abandonar la ciudad por una nueva oferta de trabajo.
Rodeados de un silencio perturbador, Oliver recapacitó sobre las palabras de Alex, reproduciendo incontables veces la primera oración pronunciada. "Todo se complicó". ¿Qué significado proseguía oculto tras aquellas simples palabras?
El moreno ejerció un gesto con la mano para indicar que prosiguiese, o que explicase sus palabras anteriores. Una lágrima descendió por lamejilla de Alex.
—Jack y yo lo dejamos hace tiempo...Cuando logró curar sucáncer.
—Lo siento mucho, Alex. No sabía nada.
—Note preocupes —río levemente, la depresión amenazante sobre sus pupilas hundía sus falsas carcajadas—. Al fin y al cabo, él ahora está bien. Y yo también.
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almas que se consumen ☹ jalex
Fanfiction"Hay almas a las que uno quiere asomarse, como a una ventana llena de sol." -Federico García Lorca. padaledger © Todos los derechos reservados.