008: «This is our war, our cause.»

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*(N/A: al final el smut es el siguiente capítulo...nO ME MATEN)

Unos gritos suplicando auxilio resonaron a lo largo del pasillo, varias enfermeras acudieron corriendo hacia el ascensor, donde dos pacientes de diferentes plantas se habían quedado atrapados después de un fallo téctico repentino. Oliver admiró la escena, estableciendo un temporal contacto visual con uno de los dos muchachos, quién poseía una mirada castaña y atractiva.

—Perdona —le habló al muchacho, él se paró al instante y girós sobre sus talones para admirar a Oliver—. ¿Estás bien?

—Claro —sonrío—. Gracias por preocuparte.

—No hay de qué. Soy Oliver.

—Víctor, pero prefiero que me llamen Vic.

Ambos estrecharon sus manos en símbolo de que comenzaban una nueva amistad con un futuro pendiente. Los pensamientos de Oliver se percataron de los ligeros temblores que la mano de Vic intentaba contener, pero en vano. ¿Estaría asustado? ¿O simplemente nervioso por un desconocido se había parado a pensar en su estado?

Un muchacho de cabello moreno se acercó a Vic, y con una sonrisa de oreja a oreja acarició su brazo antes de pasar a su lado. La apariencia de la situación indicaba una relación sentimental, o un amor mutuo. 

Vic se volvió hacia el chico y lo tomó de su muñeca, provocando que se volviese. Fue sorprendido por un beso tierno, sacado directamente de una película romántica, que finalizó instantes posteriores. 

En el interior de Oliver comenzaron a emanar numerosos símbolos de envidia, ¿por qué él no podía encontrar a nadie así? ¿Por qué parecía que no era lo suficientemente bueno para que alguien le quisiera, se preocupase por él y le cuidase? Giró su mirada hacia el ascensor, dónde las enfermeras que anteriormente atendieron la urgencia rodeaban las puertas abiertas levemente. No le interesaba la escena, pero era una preferencia más agradable que la de observar como dos personas expresaban su amor.

—Perdón —se disculpó Vic unos segundos después.

Oliver le miró nuevamente, contemplando la soledad que inundaba su presencia. El muchacho de cabello oscuro se situaba al final del pasillo, conversando con un muchacho alto, tatuado y con maquillaje en su rostro. Su sotisficada delgadez contraatacaba con su apariencia; era el payaso del hospital, y parecía interesado en el beso que anteriormente aquel moreno había compartido con Vic.

—No tiene importancia —respondió Oliver con una sonrisa ladeada, en un intento en vano de dar entender que estaba correcto—. Siempre es bueno querer a alguien.

—Verdad —afirmó el castaño, posando su mirada en un punto alejado que le desconcentró unos segundos de la conversación. Oliver esperó paciente, pensando en las leyendas que aquel cuenta cuentos había narrado—. Por cierto, no pareces estar hospitalizado, ¿vienes de visita?

—Sí. Yo solo vengo por mis terapias colectivas de rehabilitación y por acompañar a mi mejor amigo, su novio tiene cáncer.

—Joder, esa mierda es dura.

—Eso parece —cerró los ojos unos momentos. 

Solo eran intentos de calmar los recuerdos de Jack llorando el día en el que le hospitalizaron comenzaban a revivirse. Alex permanecía paralizado en la puerta, mientras su pareja sollozaba desconsolado en la cama. Finalmente, le convencieron para que se acercara y le hablase. Que le recordase que todo iría en un estado adecuado, sin errores.

Era hiriente. Ese día la mirada de Jack parecía haber fallecido entre lágrimas, pertenecientes a un océano lejano, y expectativas ante un futuro interno entre las paredes de aquella habitación, adornadas con una tonalidad deprimente. 

almas que se consumen ☹ jalexDonde viven las historias. Descúbrelo ahora