DIECIOCHO

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CAPITULO DEDICADO A: problem4tik SABES QUE TE AMO MUCHO MI AMOR, GRACIAS POR TODO ❤️



—Estoy hablando en serio, Black. Ésto es serio —murmuró decaído.

—Y no digo que no lo sea, pero ya eres un adulto, es hora de superar el pasado —me separé dé él y lo senté en el sillón individual que había frente a nosotros—. Siéntate.

Él obedeció sin ánimos de rebatir y me miró a la espera, tomé la caja de chocolates y se la puse en el regazo.

—Come uno.

Él tomó el chocolate blanco que se le había incluído por la promoción y se lo llevó a la boca, yo, en cambio, llevé mis dedos hasta el cierre del vestido semi cuero y lo bajé lentamente, con la mirada fija en él. Lo ví tragar grueso el trozo de chocolate que tenía en la boca y sus ojos se agrandaron demasiado.

—¿Q-qué haces? —preguntó anonadado, pero quedó aún más perplejo cuando terminé de bajar el vestido y mis pechos desnudos quedaron a su vista.

—Quieres conocerme ¿No? —quité el vestido de mis hombros y lo dejé caer al piso— Pues conoce mi cuerpo, que es el que estará muy cerca de ti.

Él no respondió, pero tampoco apartó la mirada de mí, estaba muy tenso y con los ojos saltones. Sorpresivamente para ambos, cuando me puse cómoda en el largo mueble, Saint tomó otro chocolate y siguió comiendo, esperando paciente a ver mis movimientos.

—No pienses en nada —susurré—, solo mírame a mí.

Luego de decir aquello y captando su atención absoluta, deslicé mi mano derecha por mi abdomen, hasta hacerla descansar sobre mi ropa interior, justo en mi monte de Venus. Dibujé círculos en mi clítoris, mirando el rostro de Saint mientras comía chocolates, su mandíbula se contraía con cada mordisco y sus ojos estaban entrecerrados mirando mis movimientos.

Deseaba de todo corazón tenerlo dentro de mí, sobre mi cuerpo, debajo de él, a mi lado, de todas las formas posibles, pero follándome hasta no poder seguir.

Sin poder destensar mi abdomen, moví mi mano y en apuros la deslicé dentro de las bragas, allí encontré mi sexo húmedo y palpitante, mi clítoris anhelante de estimulación, para prolongar mi placer; sabiendo que si me tocaba justo allí me correría muy rápido, pasé de ese lugar y seguí hasta encontrar mi orificio. De allí venía mi humedad y mis dedos se deslizaron tan fácil dentro de mí que un gemido suave salió de mis labios al sentirme.

Estaba de rodillas en el mueble, mis piernas abiertas y mis ojos entrecerrados, seguí introduciendo mi dedo medio dentro de mí, adentro y afuera, luego agregué el segundo, y un gemido más fuerte, seguido de otro y otro, llenó la acogedora sala.

—Me estás matando, Black —escuché susurrar a Saint, y hasta ese momento no me había dado cuenta que había cerrado los ojos.

Sin hacer caso de sus palabras, y más interesada en acabar con la presión tortuosa y a la vez placentera en mi vientre y vagina, seguí mis movimientos en mi orificio. Mi mano izquierda se fué directa a mis senos, masajeando.

Saqué mis dedos medio e índice y lo deslicé por toda mi extensión, bañando mis pliegues con la humedad que se extendía por mi sexo.
Cuando toqué mi botón más sensible, gemí muy fuerte e incliné mi cabeza hacia atrás.

De repente sentí las manos de Saint en mis caderas y su boca chupar mi cuello.

Mi piel se erizó de forma espeluznante.

—Déjame ayudarte —sin esperar respuesta de mi parte, sacó mi mano de mis bragas y deslizó la suya dentro de mí, proporcionándome un placer aún más tortuoso del que yo misma me daba.

Una Mujer Bien Pagada ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora