Capitulo dedicado a: mailyn_fg Te quiero mucho tocaya.
—¡¿Qué?! —chilló Yoce, tratando de reparar su error— Mi lengua se trabó, ella se llama Black.
Si conocieras a la chica junto a mí, sabrías rápidamente que aquella actitud, desinteresada, extrañada, y fácil, era un vago intento de hacer creíble su mentira.
Pero Saint no la conocía, y parecía estar más interesado en mi supuesta herida.
El hombre asintió y me miró.
—¿Estás bien?
—Por supuesto, ¿Por qué no lo estaría? —aclaré mi garganta, muy fuerte debo acotar.
—Creo que... porque estás sangrando —él parecía no saber nada de lo que pasaba.
—Ah, ¿Eso? —habló Yoce— Su pantalón es... así... es una nueva moda... ¿No la has visto?
Saint negó y su rostro se arrugó por un momento para luego convertirse en una mueca de comprensión. Sí, nuestro futuro presidente ya había captado que se me había pasado el período.
—Sí, bueno... Fue un placer verte —comencé—. Puedes venir la próxima vez, sí.
—¿Qué? No Black, él verá películas con nosotras.
Te juro que a veces me provocaba... revocarla.
—No, ¿Recuerdas que... que hoy tenemos... que estudiar matemáticas? —le pregunté en un intento de que captara mi falta de disposición.
—¿Matemáticas? Ay no —se quejó— ¿Usted sabe matemáticas ministro?
Saint asintió lentamente, sin mirar a ninguna de las dos.
—¡Sí! ¡El ministro nos ayuda, Black!
«¡Me cago en la...!»
—Bueno —«Black rendida»—. Iré al baño.
Luego de pronunciar aquello, con todo el pesar del mundo, me giré y caminé hasta mi habitación. Me imaginaba la mirada de Saint puesta en mi culo, no quería girar para confirmar aquello, ya todo había sido lo suficientemente vergonzoso.
Cambié mis short por un chandal negro, y me peiné lo suficiente para no parecer descuidada. Salí rápidamente de la habitación porque había recordado el regalo de Lucas.
«Que mal agradecida, Black».
Cuando llegué a la sala, lo único que estaba completo eran las pastillas y la caja de té. Lentamente caminé hasta el sofá, donde Yoce y Saint estaban sentados comiéndose MI pizza y MI helado como si el mundo dependiese de ello.
—Yoce —pronuncié lentamente— ¿Puedes irte a tu habitación un momento?
Mi hermana puede ser torpe, malintencionada, divertida, fastidiosa y muchas cosas más, pero me conocía y nunca me había llevado la contraria en una orden.
Ella se levantó y caminó a paso rápido hasta su habitación.
—¡Hasta luego, ministro! —se despidió, casi desapareciendo de nuestras vistas.
Fijé mi vista en Saint, él se levantó y volvió a su tamaño imponente. Hace un momento, parecía un niño comiendo helado con su hermanita.
—Lamento haber venido sin informarte, no estuvo bien —se disculpó.
—¿Cuál fue tu intención al venir aquí?
—Ya te lo dije —me respondió—, solo quería invitarte a salir.
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Una Mujer Bien Pagada ✔️
RomansaElla se hace llamar "Black", destruirá cada uno de los conceptos basados en las actitudes de las mujeres que cobran por sus servicios... especiales. Damas de compañía. Enseñará a cada uno de sus clientes que el dinero no es más poderoso que ella. Q...