Capítulo dedicado a: hanipoleoo Gracias por todo el apoyo, t amooo
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—¡Me lastimas! —gemí.
—¡No te muevas Black! ¡Así te lastimas más! —se quejó Saint mientras me tomándome de los hombros para detenerme.
—¡Me duele!
—Esta bien, quédate quieta, te lo sacaré —murmuró él, su aliento chocando en mi oreja.
—No quiero —chillé—. Después para meterlo me duele de nuevo.
—Te lo meteré con cuidado, ya —me tranquilizó él.
¿Que está pasando? Verán...
Recordaba estar sumergida en mis pensamientos, preguntándome cómo Saint podía ser tan perfecto, hasta que no pude más y me lancé a besarlo, pero no salió bien.
Mientras tomaba su labio inferior entre mis labios, él aferró mi cintura con sus manos, pegándome a su cuerpo. Me había correspondido y estaba feliz, pero cuando intenté profundizar el beso, poniendo mi rostro de lado, sentí un tirón en mi oreja.
Mi arete largo, se había enganchado al cuello de la camisa de Saint y no podíamos sacarlo.
—Saint con cuidado —susurré. Una mueca de dolor adornaba mi rostro.
Él movió sus manos como pudo y empezó a hacer movimientos en mi oreja. No quería que me sacara el arete porque sabía que cuando me lo pusiera nuevamente me iba a doler demasiado, sentía a mi pobre oreja ser violada con cada movimiento.
—Ya está —murmuró él e inmediatamente sentí un gran alivio en mi lóbulo.
Me enderecé y pude divisar mi largo arete guindado de su camisa, alcé mis manos y empecé a soltarla.
—Odio tu arete —se quejó Saint.
—Yo igual.
Logré soltar el arete, pero por el movimiento la camisa se había hilado un poco, Saint lo miró y restó importancia con un movimiento de hombros.
—Ven, yo te lo pongo.
Le di el arete y él acercó sus manos a mi oreja y me lo colocó.
Cuendo había terminado, no hizo el ademán de alejarse, se quedó allí, viendo mi cuello.
—¿Comemos? —pregunté en un hilo de voz.
Él me miró con los ojos entrecerrados y luego asintió.
Me senté nuevamente en el taburete mientras que Saint llenaba unos platos con pasta, salchichas y suficiente salsa de tomate. En silencio se sentó junto a mí y empezamos a comer.
—¿Cuántos años tienes? —preguntó de repente, nos habíamos sumergido en un silencio tortuoso.
—Veinticinco —contesté luego de masticar.
—¿Y Yoce? —preguntó luego.
Aclaré mi garganta antes de responder.
—Tiene quince, ¿Por qué?
—Es muy inteligente —murmuró con una sonrisa en sus labios, también sonreí.
—Si que lo es —suspiré pesadamente—. Cuando no vivía conmigo, las personas que la cuidaban no le permitían estudiar, así que comenzó muy tarde la secundaria, pero por su inteligencia, la adelantaron dos años, y ahora está en el grado correcto.
—Vaya, ¿Por qué no la dejaban estudiar? —preguntó curioso, él ya había terminado de comer mientras que yo llevaba a penas la mitad de la comida.
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Una Mujer Bien Pagada ✔️
RomanceElla se hace llamar "Black", destruirá cada uno de los conceptos basados en las actitudes de las mujeres que cobran por sus servicios... especiales. Damas de compañía. Enseñará a cada uno de sus clientes que el dinero no es más poderoso que ella. Q...