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Después de cenar dejé a Skyler en su cuarto y avisé al guardia como de costumbre y fui al salón de juego, donde me había citado DiAngelo en la cena.

Al entrar eché un vistazo a todo, una mesa para jugar al póker y otra para jugar al billar. Olía a madera cara. En el fondo había un armario de cristales transparentes con botellas de licor y vasos, y al lado había una nevera pequeña. No me iba a cansar nunca de impresionarme cada vez que veía una habitación de esta casa. Tenían una sala para todo, no me extrañaría que tuvieran un cuarto rojo como en 50 Sombras de Grey.

Me acerqué al hombre, que estaba sentado en uno de los sofás cerca de la mesa de póker, entonces él se levantó y estrechamos las manos.

-Siéntate, por favor. ¿Quieres beber algo? Hay de todo.

Se levantó y se sirvió un vaso de whisky irlandés y le echó dos cubos de hielo.

-No, gracias. No bebo.

Volvió a sentarse y sacó un puro de una cajita metálica. Me lo ofreció.

-No fumo, gracias.

Lo encendió y le dio una calada. Luego volvió a sentarse.

-Bueno, Cameron. Tenía algo importante que decirte, pero primero hablemos un poco, ¿te parece?

Asentí.

-Perfecto, puedes llamarme Giovanni, no hay ningún problema. ¿Qué tal fue tu estancia en el penitenciario?

¿Que cómo fue? Pues evidentemente horrible, los últimos meses habían sido mejores.

-No fue muy agradable la experiencia, aunque los últimos meses me trataron bien.

-Creo que tuve algo que ver con eso- rio- por experiencia propia sé que las cárceles no son lugares muy acogedores.

-¿Ha estado preso?

-Sí, ya sabes que no nos dedicamos a cosas muy legales que digamos.

-Gracias, enserio.

La primera semana fue horrible, apenas comí y dormí, tenía encima la carga psicológica de haber matado a alguien y de haber perdido a quien más quería. Mi compañera de celda, tampoco ayudaba mucho y era horrible, se quedó una de mis sábanas y por si fuera poco a veces también se quedaba mi comida. Un año después, con la muerte de mi hermano no recibí más visitas, bueno mi tío me visitó unas cuantas veces y ni siquiera pude ir al funeral.

Las duchas eran compartidas y nos daban muy poco tiempo para ducharnos. Hacía frío por las noches, pero bueno, tampoco esperaba que después de matar a jn tipo me llevarna a un hotel de cinco estrellas.

Cuando iba a cumplir casi un año y medio de condena, me enviaron a una prisión de seguridad mínima por buen comportamiento, y he de decir que me trataban mucho mejor. Si Giovanni tuvo que ver, tendría que besar el suelo que pisaba ese hombre.

-Sobre tu tío, murió hace unas semanas en un tiroteo. Lo siento mucho, sé que era la poca familia que te quedaba, también me enteré de lo de tu hermano.

¿En un tiroteo? ¿Mi tío? Era el hombre más pacífico que conocía.

-No pasa nada, no fue tu culpa.

-Ya...

O tal vez sí tuvo algo de culpa, esta familia estaba llena de misterios y peligros, estaba claro que no eran unos santos.

-¿Sabes? Yo en parte te entiendo, sé lo que es perder a un ser querido, y más a alguien tan cercano como puede llegar a ser un hermano.

-No es algo fácil de superar que digamos. Mis padres me echaron de casa y el último contacto que tuve con ellos fue en el último juicio, ni una llamada ni una mísera visita, mi hermano fue el único que se dignó.

the girl in black; sapphic [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora