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POV Skyler

Italia es probablemente mi lugar preferido del mundo entero. Es ese lugar en el que sientes que tu alma está anclada, aquí nací y aquí pertenezco.

Giovanni se había llevado a Cameron por la mañana para hacer varios trámites, así que tuve casi toda la mañana libre.

Cielo, iremos a casa de tus abuelos en un rato. Arréglate— dijo mi padre por el teléfono.

Salí de la cama, apagué la televisión y prendí mi altavoz. Aquí podía permitirme tener la música alta para organizar el cuarto. Busqué Blue Neighbourhood de Troye Sivan y le di play. Wild sonaba de fondo mientras tendía mi cama.

Abrí las ventanas y dejé que la brisa entrara a mi cuarto para ventilar mientras me duchaba.

Me puse un vestido blanco, unas converse blancas bajas y cerré las ventanas, lo malo de la torre era que a veces se metían pajaritos y entraba bastante viento, claro que eso no lo había pensado cuando tuve el capricho.

La torre ha sido hasta el momento mi capricho más caro, y probablemente el más extravagante. Cuando era pequeña estaba obsesionada con Rapunzel y adoraba los castillos, pero un día se me ocurrió la maravillosa idea de querer una torre en el castillo. Obviamente la idea era completamente descabellada porque no teníamos una torre, y lo único que había era un campanario enorme.

Un día, casi dos años después de insistir casi a diario en querer una torre, mi padre trajo un ingeniero y un arquitecto al castillo. Lo siguiente que sucedió fue que llegaron un montón de obreros y grúas y le triplicaron el tamaño al campanario y lo reformaron, dándole la forma de una habitación. Hoy en día la campana está colgada en la bodega de mi padre.

Lo único que no reformaron fueron las escaleras en caracol que tenía, pero eso no es problema.

Bajé al recibidor, donde estaba mi padre junto a mis hermanos.

—Tus abuelos nos invitaron a comer.

—Bien.

—Giovanni y Cameron irán también— eso lo dijo resaltando el nombre de Cameron.

—¿Y el abuelo?

—Mi padre no quiere ir. Clara le preparará algo de comer.

[...]

La casa de mis abuelos no era muy grande a simple vista, pero tenía tres plantas y una terraza.

En la primera planta había una cocina y el comedor, además de una habitación y un baño. Desde la entrada podías ver un sofá de cuero beige y a su lado un globo terráqueo antiguo, que estaba partido a la mitad y si levantabas el hemisferio norte, podías encontrar dentro dos botella de whisky irlandés, el favorito de mi abuelo. En una esquina, cerca de la entrada, había un ordenador de mesa y una máquina de escribir a su lado.

En la segunda planta estaban todas las habitaciones, y lo mejor de todo es que había un patio central, que hacía una gran apertura en el centro de la casa y se podía ver incluso desde la última planta.

En la tercera planta había una sola habitación con un baño que tenía una bañera de hidromasaje y una cama, aparte de un cuarto con ordenadores.

Y finalmente, en la última planta, una terraza con varias plantas.

Matteo y Adriano solían quedarse en la misma habitación, porque yo me negaba a pasar la noche junto a ellos, así que tenía una habitación para mí sola.

—Mamá, ella es Cameron Romani, la sobrina de Carlo— dijo Giovanni.

Mi abuela se acercó a la chica y le dio dos besos.

the girl in black; sapphic [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora