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—Son demasiados bebés... ¿Cómo tuvieron tantos de la misma edad?— le pregunté, porque parecía increíble que la mayoría hubieran nacido en al menos cuatro o cinco años.

—Tuvieron gemelos dos o tres veces.

—¿Eso es posible?

—Al parecer sí.

—¿Y tú cómo sabes todo esto?

—Está escrito en un libro enorme en la biblioteca. Guardaban registro de todos los que nacían, con quién se casaban y qué hacían. Matteo fue el que me contó la historia familiar.

Asentí y seguimos caminando por los pasillos. Había un montón de puertas y los pasillos parecían interminables.

—Hay unos salones que debes conocer— me dijo— El gimnasio, la biblioteca, el cuarto de juegos, el cine, la sala de reuniones y el despacho de mi padre.

—¿Tienes un centro comercial en tu casa?

—Algo así— abrió una puerta y lo primero que pude ver fue un montón de estanterías y demasiados libros— Esta es la biblioteca, puedes venir cuando quieras. Matteo vive aquí prácticamente, así que si lo buscas, debe estar aquí.

—Esto es el doble de grande que la que hay en tu casa.

—Esta casa es el triple de grande que la de Estados Unidos. Tendrás que hacer un mapa si no quieres perderte. Ah, aquí hablamos por teléfono para no tener que ir a buscarnos al otro lado de la casa.

Hablaban por teléfono en la casa de lo grande que era.

El resto de salas eran enormes, iguales de tamaño pero con diferente decoración. Realmente creí que el interior de la casa sería algo antiguo, al estilo época victoriana inglesa y con un montón de cosas antiguas, o al menos como un castillo medieval, con armaduras de metal y esas cosas. Pues me equivoqué, habían cámaras en casi todas las esquinas y las paredes habían sido pintadas recientemente.

Lo siguiente que vi fue la habitación de Skyler, que estaba en lo alto del castillo. La torre que había visto desde la entrada, la de la vidriera, era de Skyler. Subimos varias escaleras, pero valió la pena.

Esa habitación era tan grande como un apartaestudio decente en Nueva York. La cama estaba en una esquina, en la ventana, tan cerca que al despertar podrías ver todo ese paisaje, que era precioso. Había un sofá largo, un escritorio y una televisión enorme pegada a la pared, que era un espacio bastante reducido, teniendo en cuenta que al menos la mitad de la habitación era una vidriera enorme.

—Me gusta tu habitación, pero los cristales me dan algo de pánico. ¿Y si se rompen?

—No pueden romperse, están hechos de vidrio blindado. Muy resistente a impacto y al viento.

—Debe ser genial despertarse aquí...

—Deberías quedarte a comprobarlo.

No me faltaban ganas para decirle que sí, de todas formas no iba a ser la primera vez que durmiéramos juntas. Pero me daba miedo mi autocontrol, si dormía con ella ahí, y a ella le daba por besarme de nuevo y volvía a estar sobre mí de esa manera que casi me mata, lo más probable es que pierda.

Porque la manera más fácil de enamorarme es con sexo, siento que es algo demasiado íntimo como para andar haciéndolo con cualquiera. Para muchos no es así, pero para mí sí, y hacerlo con Skyler sólo significaría aceptar mis sentimientos por ella.

No podía aceptar mis sentimientos por ella. Sería muy peligroso.

—Eres peligro, Skyler.

—Te gusta el peligro.

the girl in black; sapphic [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora