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POV Skyler

Después de hablar con mi hermano y de informarle sobre la muerte de mi padre, Cameron y yo subimos a mi cuarto para darnos un baño de agua caliente. Yo no estaba tan sucia como ella, que tenía restos de sangre por todo el cuerpo, además de varios golpes en la cara.

Agarré dos toallas grandes de mi armario y entré al baño para desvestirme. No sin antes quitarme el reloj, que ahora estaba completamente estropeado. El cristal estaba roto y manchado de sangre y no tenía las manecillas. Con cuidado lo dejé sobre el mármol del lavamanos.

—Se dañó... —le dije a Cameron mostrándoselo con tristeza cuando entró al baño.

—Tranquila, dámelo después. —Me dio un beso en la frente y comenzó a desvestirse.

Cuando estuve desnuda, entré en la ducha y dejé que las gotas de agua cayeran por mi cuerpo. Mientras tanto, Cameron se quitaba la camisa, que la tenía casi pegada al cuerpo prácticamente por la sangre. Terminó de quitarse la ropa y entró conmigo.

Estuvimos un buen rato ahí dentro sin decir absolutamente nada. Yo enjaboné su cuerpo y luego ella hizo lo mismo con el mío. Al salir de la ducha, nos secamos y nos pusimos el pijama para ir a dormir, pero cuando fui a meterme en la cama, ella salió por la puerta de la habitación.

—¿A dónde vas?

—A ver a Gianluca.

Entonces recordé que ella no había querido verlo al llegar para que no la viera cubierta de sangre, pero ahora que ya estaba mucho más limpia, fue a verlo. Quise esperarla para irnos a dormir juntas, pero estaba demasiado cansada y sabía que llevaría mucho más de lo que creía, así que me recosté y me dormí.

Sobre casi las tres de la mañana, me desperté y me senté en la cama. La habitación estaba a oscuras, aunque entraba algo de luz por la ventana y podía ver a Cameron dormida a mi lado.

No había tenido mucho tiempo para pensarlo, pero ahora recordaba a Eliza asesinando a Natalia, a Lucca agarrándome para meterme en el auto, a Cameron cojeando con la pierna ensangrentada, a mi padre muriendo en los brazos de mi tío y a Edgard gritando del dolor al saber que su hija había muerto. 

Miré a mi alrededor y de pronto me dieron ganas de llorar, que me hicieron aferrarme al pecho de la chica con fuerza. No podía creer lo cerca que había estado de la muerte y la suerte que tuve de que el plan de Cameron y mi padre saliera bien.

—¿Sky? ¿Estás bien? —preguntó Cameron con la voz adormilada. Negué con la cabeza y agarró mi cuerpo con sus manos para corresponderme el abrazo—. Estarás bien, te lo prometo. Estaremos bien.

—Me salvaste, otra vez. —Mis lágrimas mojaban su camiseta y mis lloriqueos tal vez resonaban en su oído.

—Haría lo que fuera por ti.

—Casi te matan por mi culpa.

—Sabes que daría la vida por ti, Sky.

—Cameron, te quiero tanto. —Me aferré a ella como si mi vida dependiera de eso.

—Lo sé, lo sé. Yo también te quiero a ti, muchísimo.

—¿Cómo está tu pierna?

Llevaba unos pantalones cortos que dejaban ver la venda de su pierna.

—Mejor que hace unas horas, aunque sigue doliendo. ¿Cómo terminaste allá?

—Lucca. ¿Tú qué haces aquí? Creí que estabas en Italia.

—Y lo estaba, hasta que tu padre llamó a Giovanni. En cuanto supimos que ese tipo te tenía, vinimos como pudimos.

Mi padre.

the girl in black; sapphic [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora