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POV Cameron

Después de descansar un rato, me levanté y prendí el auto para bajar las ventanas y airear un poco el lugar. Después de haber terminado, Skyler se quitó el vestido, así que cuando abrí las ventanas, le dio frío y le presté mi camisa.

Volvió al asiento del copiloto y miró la ciudad desde el frente del parabrisas.

—Tengo algo más para ti.

—¿Algo más? Creo que te tomaste demasiadas molestias. —Me dijo mirándome a los ojos.

—Nada es molestia si es por ti. Tápate los ojos. —Hizo lo que le pedí y abrí la guantera del lado del copiloto para sacar una cajita envuelta en papel de regalo plateado—. Ya puedes abrirlos.

Se quitó las manos de los ojos y me miró. Yo le entregué la cajita y la miré expectante a su reacción. Rasgó el envoltorio y se encontró con una cajita de terciopelo de color blanco.

—Ábrela. —Le pedí. Yo ya sabía qué era, pero me moría de ganas de ver su reacción.

Con cuidado abrió la cajita y dejó a la vista su contenido. Un reloj Tourbillon de la colección Rendez-Vous de Jaeger-LeCoultre. Sus correas eran de color gris en cuero de aligátor. Estaba completamente bañado en oro rosado, los bordes de la caja tenían diamantes incrustados en ella, y sumaban un total de doscientos quince diamantes. En el centro del reloj también había un círculo de diamantes, y a las seis, una apertura, también rebordeada con diamantes, que dejaba ver el funcionamiento interno de los engranajes del reloj.

—Es hermoso... Gracias, amor...

—Me alegra que te haya gustado. ¿Tienes sueño? —Pregunté prendiendo el motor.

—Algo.

—¿Vamos a mi casa?

—Acepto.

Estaba feliz. Todo había salido como lo planeado. Sky había aceptado ser mi novia, algo que sabía que sucedería, sin embargo, llegó un punto en el que me había cuestionado si hacerlo o no. Sky se iba a la universidad en poco tiempo y no sabía si iba a poder sobrellevar una relación a distancia. Ya había tenido una relación a distancia con Liz, mi ex novia, porque a mí me mandaban a diferentes estados para prestar servicio militar. 

No voy a decir que fue lo peor, porque al menos a mí me dejaban volver a casa cada dos o tres meses, porque había gente que pasaba un año entero prestando servicio. La relación era complicada, porque apenas pasaba tiempo en casa, pero no sabía qué pasaría ahora. Yo tenía miles de reuniones y no debía viajar a no ser que fuese estrictamente necesario.

Al llegar a la casa, bajé del auto y esperé a Skyler, pero se había dormido. Cerré mi puerta y bajé a Skyler del auto en brazos. Cuando estaba pasando por la puerta, la rubia abrió los ojos y me miró.

—Buenos días, guapa.

—¿A dónde me llevas? —Me preguntó terminando de despertar.

—A mi cuarto. Sigue durmiendo si quieres, yo te acuesto.

—Te quiero mucho, Camie.

Subí las escaleras con ella en mi brazos y vi a Andrea salir de su cuarto sin camiseta y con chupones por todo el pecho. 

—¿Ya es oficial? —Preguntó mi hermano.

—¿Y esos chupones?

—¿Cuáles? —Señalé su pecho y se miró— No es nada. Vuelvo a dormir, si no te importa.

Entró de nuevo a su cuarto y yo seguí mi camino hasta mi habitación. Dejé a Skyler sobre mi cama y luego saqué dos pijamas del armario, uno para mí y el otro para ella. Terminé de desvestir a la chica y le coloqué el pijama y luego me cambié yo.

the girl in black; sapphic [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora