La policía de E.U.A esta teniendo problemas con lo que parece ser una red de trata de blancas, L se ofrece a ayudarles pues a encontrado interesante el misterioso caso, sin embargo, resolverlo cambiará su vida de una forma que nunca pudo imaginar.
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Hoy buscaría la jefatura que salía en la serie, no solo por que quisiera conocerla en persona -no podía perder esta maravillosa oportunidad- si no tambien por que solo podía confiar en los oficiales de los que me había encariñado capitulo tras capitulo.
Al terminar de tomar mis pocas pertenencias, salí de la habitación para aventurarme en las calles de Japón, tal vez fuera una pésima idea teniendo en cuenta la barrera lingüística, sin embargo, no podía hacer uso de mis conocimientos de la serie si ni si quiera tenia alguna conexión con los involucrados ¿De que serviría saber como salvar a L si no puedo hacerlo? Necesitaba acercarme a algún bando, aún que siendo sincera preferiría estar con el detective guapo a con el asesino en serie, –Nada personal Light–.
Me enfrenté al clima frío y seco a penas abrí la puerta de la habitación, sabía que en Japón hacia frío pero nunca pensé que tanto. Me abracé a mi misma para conservar algo de calor y empece a alejarme del hotel.
Las calles del lugar parecían confusas y enredadas como un enorme laberinto, me fue imposible no perderme entre los peatones apurados y el bullicio de la ciudad, ademas las calles no tenían ni nombre ni numero "¡En mi país natal solo veías el cartel en una esquina y sabrías mas o menos donde estabas! ¿A quien se le ocurrió que esta era una buena forma de organizar las calles?".
Ya habían pasado varias horas, había perdido todo el día tratando de no perderme en la ciudad sin lograr encontrar ni un rastro de la jefatura de policía. Caminé cansada por un puente menos transitado, no sabía donde estaba pero dudaba que eso importara ahora, debía buscar un buen lugar donde conseguir dinero si quería dormir bajo un techo aquella noche. Los adolescentes y estudiantes ya se encontraban caminando de regreso a sus casa, todos ellos iban en grupos o parejas, siendo estos sus amigos o compañeros, me recordó a mis tiempos en la preparatoria cuando solía caminar junto a mi grupo de amigos de la misma forma.
Una sonrisa se dibujó en mi rostro tras el recuerdo, sin embargo una cabellera castaña y solitaria entre los demás llamó mi atención. No sabía si el universo me amaba o me odiaba, pero el haber encontrado a Light Yagami de forma tan inesperada en esta situación me hacía muy feliz, –Nunca creí que diría esto, pero me alegro de verte Light–.
