🍰✨ | 𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐕𝐞𝐢𝐧𝐭𝐢𝐝𝐨𝐬

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El silencio inundó la habitación en cuanto los oficiales nos dejaron a solas, realmente no había nada en especifico de que hablar así que busqué en la habitación algo que hacer, encontrando su taza de té vacía.

–Iré por más té ¿Quieres algo de la cocina?– Hablé con voz suave pero audible, recibiendo como respuesta un pequeño "No gracias" de su parte.

Tomé su taza y me dirigí a la cocina, comenzando a calentar un poco de agua para preparar más té. Mientras esperaba a que el agua calentara, revisé el refrigerador en busca de algún postre para mi y el azabache, pues a pesar de que su carrito de postres estaba casi lleno, había notado que al verme comer algo automáticamente el también quería, por lo que debía llevar conmigo doble porción. Vislumbré un pequeño envase de arroz con leche, con una sonrisa lo tomé y serví en pequeños platos de cristal que había en la alacena, mi plato lo calenté antes de servirlo pues yo prefería comerlo caliente.

Tras unos minutos el agua empezó a hervir, por lo que apagué la lumbre y serví el agua en las tazas, después puse un pequeño filtro con té en el agua y dejé reposar por unos segundos hasta que las hojas soltaron todo su sabor, entonces retiré el pequeño utensilio para evitar que la infusión se amargue, dejando un liquido cristalino de color rojizo, al cual le agrego sus ya acostumbrados 6 cubos de azúcar. Sonreí satisfecha al tener listo todo, por lo que coloqué las cosas sobre una bandeja y las llevé hasta la sala donde Lawliet se encontraba.

Al regresar me encontré con una imagen que me enterneció; un pelinegro con sus ojos atentos a la pantalla frente a el, alzando un plátano a la altura de su boca y de forma casi exagerada abriendo esta para terminar dando un pequeño mordisco a la fruta.

–Que lindo.– Hablé en voz baja con una sonrisa en el rostro, se veía gracioso y adorable al estar tan concentrado.

–¿Mmm? ¿Dijiste algo?– Su voz me asustó por un momento, su mirada se desvió de la pantalla para dirigir momentáneamente su atención a mi silueta.

Con mi corazón acelerado y las mejillas rojas por haber sido descubierta a medias, decidí repetir mi halago.

–Dije que te ves muy lindo.– Sonreí de forma nerviosa tras mis palabras ¿Fue demasiado? ¿Habrá estado bien?

𝐌𝐲 𝐒𝐲𝐦𝐩𝐡𝐨𝐧𝐲 | L Lawliet x LectoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora