La policía de E.U.A esta teniendo problemas con lo que parece ser una red de trata de blancas, L se ofrece a ayudarles pues a encontrado interesante el misterioso caso, sin embargo, resolverlo cambiará su vida de una forma que nunca pudo imaginar.
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Ha pasado una semana desde mi llegada al hogar de los Yagami, gracias al tiempo pasado había podido conocer un poco mas a la hermosa familia mas haya de lo que alguna vez pude ver en mi pantalla.
La mayor de la familia era realmente amable y comprensiva, comprándome prendas de ropa a lo largo de mi estadía para poder cambiarme y enseñándome algunas palabras al hacer las compras o cocinar platillos, señalando los objetos mientras me recitaba de forma lenta su nombre en japonés hasta que podía repetirlo correctamente, gracias a esto mi vocabulario se vio en aumento en pocos días.
Sayu la menor es una niña cuya energía y carisma, características de una pre-adolescente, la volvían algo ruidosa cuando estaba en casa, emocionándose por celebridades en la televisión o por mensajes de sus amigas. Ella tambien era amable conmigo, contándome sobre sus Idols favoritos con emoción aunque no podía entenderle mucho.
Soichiro Yagami era con el que menos había convivido, siendo que se la pasaba casi todo el día trabajando en la jefatura de policía, llegando al hogar únicamente para dormir, algunas veces ni si quiera cenaba con nosotros.
Por otro lado, Light Yagami era amable pero cuidadoso, tratándome como una segunda hermana menor -Aunque yo soy mayor que el-. Cada día desde nuestro acuerdo se había dedicado a enseñarme el idioma del país, teniendo avances notorios en los pocos días que llevaba de estudio, sabiendo ya el abecedario del Hiragana y teniendo un vocabulario básico bastante decente.
Aunque la familia me había recibido con cariño y confianza, la ultima era una virtud que desafortunadamente no podía corresponder, sobre todo a causa de su hijo mayor. Debido a esto, había tenido que mentir un poco cuando comenzaron a interrogarme sobre quien era -Cosa que hicieron apenas empecé a entender un poco mas los textos-, haciendo creer a los Yagamis que no tengo recuerdos de quien soy ni de donde vengo, volviendo así mi nombre e identidad un misterio.
El día había transcurrido de forma tranquila, siguiendo todos la rutina a la que ya me había acostumbrado casi por completo. Lo único "extraño" aquel día había sido el detective que comenzaba a seguirnos a donde fuéramos, dejándonos a Sachiko y a mi únicamente para vigilar en su lugar a Light Yagami. Sinceramente gracias a la constante mirada de Ryuk al rededor del hogar ya me había acostumbrado a estar bajo vigilancia, pudiendo ignorar fácilmente al detective.
