Siempre Juntos {Rin Okumura}

Capítulo 19

Narra Naomi:

Y ahí nos encontrábamos... aún en aquel parque de diversiones intentando procesar toda la información mientras veíamos como la chica que acababa de aparecer se presentaba con el profesor patillas.

-En fin, me voy a llevar a estos dos a la Sucursal de Japón.- dijo y ambos salimos de nuestro trance -También necesito hablar con Mephisto.- dijo para luego pasar sus brazos por nuestros cuellos y levantarnos del piso. -Tengo mil preguntas para ustedes dos.- dijo para luego empezar a caminar aun arrastrándonos y sosteniendo nuestra cabezas con sus brazos.

-Disculpe. Rin y Naomi están heridos, ¿no puede esperar a que los atiendan?- preguntó Shiemi -Van a estar bien. Aún hueles a leche, así que aléjate.- dijo Shura para seguir caminando aun arrastrándonos. La verdad, es que no era lo más cómodo tener la cara apretada contra su busto mientras era arrastrada a la salida pero en ese momento no nos quedaba otra que hacerle caso.

Cuando ya estábamos cerca de la entrada pude escuchar al resto de nuestros compañeros que le preguntaban a Yukio que fue lo que pasó. Ante una de las quejas de Rin la atención había pasado a estar sobre nosotros y la mujer que nos arrastraba. -¿Y estos dos que hicieron?- se escuchó claramente a Suguro. Atrás nuestro aun seguía Shiemi siguiéndonos pero Izumo la detuvo para que explicara que pasó.

A este punto ya nos encontrábamos lejos del resto y éramos solamente acompañados por Yukio. Nos detuvimos frente a una puerta de un cuarto de mantenimiento del parque en el que había un cartel que decía "sólo personal autorizado". -¿A dónde vamos?- preguntó Rin -Ah, claro. Ustedes nunca fueron a la base ¿Verdad?- dijo -¿la base?- pregunté algo confundida.

Luego Yukio se puso frente a la puerta para utilizar una de las llaves especiales y al cruzar la puerta nos encontramos en un lugar con una arquitectura bastante antigua. -Esta es la Sucursal de Japón, de los caballeros de la Cruz Verdadera. Nuestra sede se encuentra bajo la basílica de San Pablo en el Vaticano, desde donde vemos todas las sucursales en el mundo. Tenemos una larga historia y nuestro deber ha sido exterminar monstruos durante más de 2000 años.- nos explicó Shura mientras caminábamos por los pasillos del lugar.

Nos detuvimos al encontrarnos con Mephisto -Bienvenidos a la sucursal de Japón de los caballeros de la Cruz Verdadera. Ha pasado mucho tiempo, Shura. ¿Quién pensaría que te infiltraras en una escuela como inspectora? Ciertamente no tenía como saberlo.- habló Mephisto con ese tono calmado de él. Por alguna razón algo me decía que el tenía que ver con lo que paso con Amaimon y sentía el impulso de pegarle. Shura lo interrumpió para empezar directamente a interrogarlo.

-¿Por qué ocultaste la existencia del hijo de Satanás y la heredera de Azazel?- empezó preguntando.

-¿Lo oculte? ¡Para nada! Todo es por el bien del futuro de los Caballeros de la Cruz Verdadera.- dijo levantando ambas manos en señal de inocencia.

-¿Cómo que futuro?-.

-Debemos entrenarlos para poder usarlos como arma para la orden. Durante los últimos 2000 años, los exorcistas solo luchamos en defensa. Ahora tenemos la oportunidad de cambiar al ataque. Ambos tienen un gran poder: por un lado las llamas azules de Satanás y por el otro una gran habilidad de manipulación. Y lo mejor es el lazo entre ambas partes los hace más fuertes al trabajar juntos.- explicó Mephisto y lo único que podía hacer era cuestionarme eso de "arma".

-No contestaste mi pregunta, así que lo volveré a repetir: ¿Por qué no lo reportaste al Vaticano?-.

-Bueno, como verás sus poderes no están en su máxima potencia. Seguro Grigori no estaría convencido con un proyecto inconcluso.-

Shura se quedó pensando en silencio hasta que volvió a hablar -Una pregunta más. ¿Shiro Fujimoto y Himawari Subaraki también estaban involucrados en este complot?-.