Capítulo 1

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¡Hola! Antes de empezar quiero aclarar que su nombre es Naomi Subaraki, es una chica de pelo castaño y ojos rojos. Le pueden cambiar el nombre y apariencia si gustan. Sin más que decir... espero que lo disfruten!
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Narra Naomi:

Estaba en la cocina terminando de lavar los trastes cuando el padre Shiro Fujimoto entró algo molesto al comedor. -Aun no regresa Rin... ¡¿en donde se habrá metido ahora?!- dijo y se sentó en una silla -De seguro se metió en otra pelea- dijo uno de los monjes y los demás le dieron la razón. -No sabe los problemas que le esperan- dijo Shiro mientras acomodaba sus lentes.

De inmediato dejé los trastes para dirigirme a mi cuarto y los monjes me mira raro ante mi acción. Busque mi sudadera de color negro. "¿En donde te metiste Rin?" pensé. Luego me dirigí hacia la salida para ponerme mis zapatillas, pero una mano en mi hombro me detuvo. Mire por encima de este y pude ver al Padre Fujimoto -¿lo vas a ir a buscar, verdad?- pregunto con un tono serio y yo solo asentí. -¡bien! ¡Ten cuidado! Y llama si tienes problemas para encontrarlo - dijo esta vez más alegre y con una sonrisa. Imite el gesto -¡Esta bien! Igual no creo que sea tan complicado-. Luego de eso me puse las zapatillas para poder salir y me despedí de Shiro.

Luego de caminar un poco llegue a una plaza pero me llamó la atención ver unas gotas de sangre en el piso y una flecha en un árbol. Seguí caminando pero me detuve al ver una pobre paloma muerta. De repente sentí una presencia extraña. Alcé la mirada y vi al grupo de idiotas que solía molestarme a mi y a Rin muy seguido. Ellos venían a mi dirección y cuando me vieron se frenaron. En la cara del que parecía ser el líder del grupo se formó una sonrisa que daba mala espina. -¡pero si es el fenómeno!- dijo mientras se acercaba a mi. Se encontraba lastimado y presentaba varios rastros de pelea al igual que los demás que lo acompañaban. "Sip. Rin está aquí" pensé. Desvíe la mirada para ver si lo veía pero el chico me tomó del mentón para que lo mirara. -¿que pasa? ¿Vienes por el demonio?- dijo con esa horrible sonrisa. Yo lo miraba seria -el no es ningún demonio- dije algo molesta y le pegué una patada en su entrepierna logrando hacer que me soltara y seguir caminando. Los otros idiotas fueron a ayudarlo y escuché como me llamaba en busca de empezar otra pelea. Pero ambos sabíamos que en su condición no le convenía y la verdad es que no tenían ganas de perder mi tiempo, necesitaba encontrar a Rin.

Ya estaba bastante lejos de ellos y note como ya se habían retirado ante su fracaso de intento en conseguir pelea. Unos pasos más adelante mío logre ver a Rin que miraba hacia otra dirección. Me acerqué en silencio por detrás: su ropa estaba sucia, sus manos lastimadas y su cara también aunque solo lograba ver parte de ella. Estaba mirando una de sus manos lastimadas y aún no se había dado cuenta de mi presencia. Tomé con cuidado su otra mano y ante el tacto de inmediato se dio la vuelta algo sorprendido.

-¡¿Na-Naomi?!- lo mire bien de arriba a abajo -y-yo...- Rin iba a seguir hablando pero se lo impedí tomando su rostro entre mis manos para ver mejor su heridas y limpiar con mi manga la sangre que tenía de su nariz. Luego agarré sus manos y las miré mejor. -¿sabes los problemas que te esperan cuando regreses a casa, no?-dije regresando mi mirada hacia el y bajando sus manos. -si...- respondió algo deprimido dirigiendo su mirada hacia sus manos las cuales yo seguía sosteniendo. Pero luego una sonrisa se volvió a dibujar en su rostro y lo mire algo extrañada.

-Naomi Subaraki, mi fiel amiga desde siempre... ¿me harías el honor de gastar tiempo conmigo para evitar llegar a casa?- dijo con una sonrisa mientras levantaba mis dos manos más cerca del el. Reí y le seguí el juego -seria un placer- nos reímos y decidimos caminar un poco en dirección contraria al monasterio.
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En el Monasterio (Narrador Omnisciente):

Shiro Fujimoto se encontraba en el patio de adelante mirando hacia la calle y uno de los monjes se acerca a él -padre Fujomoto, ¿no cree que Rin y Naomi se están tardando demasiado?- Shiro río sin retirar su mirada que de la calle -no te preocupes, ellos son así... de seguro fueron a perder el tiempo- el monje lo miro extrañado -pero... ¿que tal si Naomi no lo encontró o pasó algo malo?- volvió a preguntar - si hubiera sido así, Naomi hubiese llamado. Antes de seguro ya lo encontró, ambos se conocen muy bien- dijo sin preocupación.

Siempre Juntos {Rin Okumura}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora