Anteriormente...
-Entiendo como te sientes...- se escuchó esta vez la voz de Yukio -Pero te estoy pidiendo ayuda. Si es que hay alguna forma de salvar a mi hermano...- dijo para luego inclinarse hacia al frente. El silencio se apodero del lugar por unos cuantos minutos que parecían horas. Nadie parecía tener intenciones de responder e Izumo estaba perdiendo la paciencia. De reojo la chica miro hacia la puerta que se encontraba abierta solo unos pocos centímetros pero que de todas formas le dejaban ver a la chica de ojos rojos con su mirada perdida de espaldas a la puerta.
Al final Izumo decidió hablar -¡Muéstranos el camino!- dijo mientras se levantaba de su lugar -Llévanos con esos Yoshikuni. Ustedes son los únicos que saben llegar.- les ordeno a Suguro y Shima. -¡Me vuelve loca oírlos hablar sin llegar a nada!- dijo molesta mientras se retiraba de la habitación.
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.Narrador Omnisciente:
El joven instructor abrió la puerta en frente suyo con ayuda de una de sus llaves especiales e inmediatamente el y sus alumnos se vieron segados por una luz intensa. Al cruzar de a poco su vista se adapto al lugar y lograron ver que ya estaban en Kyoto.
Los únicos que habian quedado en la enfermería eran Konekomaru que no podía por su brazo roto y Takara que simplemente no quería ir. El recorrido continuó siendo guiado por Suguro y Shima hacia la casa de la famosa familia de espaderos. Luego de unos minutos viajando en tranvía llegaron a su destino: Era un pequeña casa de estilo japonés en medio del bosque y el único ruido que provenía de ahí era el sonido constante de un martillo.
Al llegar a la entrada una chica de lentes salió del lugar mientras se sacaba el sudor de la cara con una toalla. Inmediatamente al ver el al grupo de estudiantes sonrió y se acercó corriendo hacia donde estaban -¡Ryu-chan!- llamó la chica para luego abrazarlo haciendo que él se avergonzara.
Luego de eso la chica los invitó a entrar a entrar donde todos se sentaron en la sala. -Onceava generación de Yoshikuni. Descendiente de los espaderos que forjaron la Kurikara.- la presentó Suguro. -¿Una mujer espadera?- preguntó Izumo impresionada -No es nada sorprendente. Durante el periodo del medio Edo, hubo una maestra artesana llamada Lady Kunishige. Seguramente hubo otras, aunque se hayan perdido en la historia.- explicó Yoshikuni. -Genial- murmuraron Naomi e Izumo fascinadas con la explicación.
-Es un juramento antiguo de ella. Esta niña dice que será la segunda en dejar huella en la historia.- dijo Suguro burlón. -¿A quién llamas "niña", señor con pantalones pequeños?- se quejó mientras tiraba de una de las orejas del chico a lo que Shima no pudo evitar reír. -Mi papá y yo íbamos al templo de Ryu para limpiar las cosas por el rito, así que nos conocemos desde que éramos niños. ¡Eran tan tierno! Siempre quería acurrucarse junto a mi.- se burló la chica como venganza mientras Suguro le decía que se detenga.
-¡También me propuso matrimonio! Hasta me hizo un anillo con flores de loto.- continuó hablando a lo que Suguro continuó quejándose avergonzado. Al parecer su relación se basaba en molestarse mutuamente lo cual Naomi no pudo evitar encontrar adorable y gracioso.
En ese momento, la imagen de Rin pasó por su cabeza y sonrió con dulzura. Luego sintió una sensación amarga al recordar la situación actual y por instinto acarició su collar con cuidado procurando no activar sus poderes por error y recibir alguna descarga eléctrica por parte de la esposas que aun tenía en sus muñecas.
Luego de aquella charla, la chica pasó directamente a revisar la Kurikara. -Veo que sera una gran tarea, pero no es una causa perdida.- dijo e inmediatamente Yukio y Naomi se mostraron aliviados y felices -Solo hay un detalle. Para forjar una espada japonesa, se necesita arena de hierro fundida. Pero, para fundir la arena de hierro para una espada de demonio, hay que infundirla con un poder espiritual en un ritual especial. Sin embargo, ese ritual es una tradición perdida y hoy en día nadie la conoce.- explicó Yoshikuni.
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Siempre Juntos {Rin Okumura}
Fiksi PenggemarNaomi Subaraki es una chica de 15 años que vive desde los 3 años en un monasterio junto a Shiro Fujimoto, sus hijos Rin y Yukio Okumura y los monjes del lugar. Todo cambia cuando junto a Rin se enteran de varios secretos que les tenían ocultos: Por...