17 • Tsukishima Kei •

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𝑡𝑜𝑥𝑖𝑐

Se veía tan tranquilo durmiendo, lo mirabas desde el escritorio descansar tranquilamente en tu cama, era muy hermoso. Sus rubios cabellos estaban algo despeinados, te generaba ternura verlo en un estado tan vulnerable en el normalmente no se encontraba.

"¿Por qué te enamoraste de el?" Te había preguntado alguna vez tu mejor amigo, en su momento no sabias bien que responder pues realmente ni tu lo sabias. Siempre te trato como basura, pero amabas cada vez que lo hacía, era jodidamente enfermizo. "Mereces algo mejor" sabias que tenia razón, pero incluso si el fuera veneno correrías a besar sus labios hasta el amanecer.

- ¿Te quedaras viéndome como estúpida o vendrás? - Su voz sonaba ronca, sonreíste al oírlo. Caminaste hasta la cama acostándote a su lado de espaldas a él. Te abrazo y hundió su cabeza en tu cuello.

A veces podía ser tan delicado, tan cuidadoso con lo que decía y hacía, pero otras -la gran parte del tiempo- realmente era una mierda. No te interesaba lo que los demás pensaran o lo que los demás dijeras sobre su relación, solo importaba lo que el pensara, en todo momento. No te atrevías a desobedecer algo que el haya dicho, tal vez era miedo, estabas completamente sumergida en su oscuro juego.

Todo empezó esa vez en la que te obligo a quitarte la ropa que habías elegido con tanto esfuerzo para su cita "no me gusta" habían sido sus palabras, las suficientes para que te cambiaras y eligieras algo que le agrade, las señales eran claras pero tu muy ingenua.

A veces algunas marcas quedaban en tus brazos, eran pequeñas casi ni se notaban, pero el si lo había hecho, el siempre notaba todo. Kageyama Tobio, el se preocupaba todo el maldito tiempo por todas las señales que dabas, todos parecían verlo menos tu.

Tu pantalla se iluminaba varias veces, decidiste leer lo que decía, eran mensajes de tu mejor amigo, te preguntaba como estabas y si tu ojo ya había sanado. No pudiste terminar de leer pues Tsukishima tenia el artefacto entre sus manos leyendo y marcando algo en la pantalla, seguido a eso lo lanzo a un lado de la habitación seguido de eso tu mejilla ardió y todo tu cuerpo comenzó a temblar. Tomo tu rostro con una de sus manos, para nada suavemente, tu labio sangraba y tus ojos se cristalizaban.

-Lo hago porque te amo ¿Lo sabes verdad? - Una sonrisa sínica se posaba en su rostro. Asentiste. - Voy a salir, no te vayas de aquí ¿Escuchaste? - Volviste a asentir y lo ultimo que viste fue su espalda alejarse y la puerta cerrarse.

Tu cuerpo se relajo cayendo a el suelo y la lagrimas comenzaron a salir. -Ya es muy tarde- pensaste y todas tus ideas de salir de ahí se borraron, te lo merecías por no querer abrir los ojos antes ahora ya era demasiado tarde para arrepentirse. "Ven a mí, siempre que me necesites aquí estaré. Esperare lo que sea necesario" Su rostro apareció en tu mente en ese preciso momento, Tobio.

Tomaste algunas cosas rápidamente y las metiste en tu mochila, saliste lo más rápido que pudiste de ese departamento en donde tantas cosas hermosas -pero mas horribles- viviste estos últimos años.

Tocabas la puerta de su casa con desesperación. El joven algo confundido la abrió y lo que vieron sus ojos había hecho que su alma saliera de su cuerpo por unos segundos, su mejor amiga tenia grandes moretones en su rostro, labio partido y sus brazos llenos de vendas. Corrió a ella y la atrapo en sus brazos con sumo cuidado de no tocar ninguna herida.

-No vuelvas nunca más con él, mierda, promételo. - Tu llanto se intensificaba en su pecho mientras agarrabas su camisa y pronunciabas "si lo prometo" con la voz totalmente destrozada.

Pasaron algunas semanas desde que tu amigo te acogió como cual perrito maltratado se tratase. Tus heridas físicas estaban sanando, pero tu psiquis estaba destrozada. Ibas a terapia dos veces por semana, Kageyama te había apoyada siempre y nunca te dejo sola, eso era de mucha ayuda. Las heridas iban cerrando de a poco.

Cuatro meses completos ya habían pasado, ya podías pararte todos los días de la cama sin tener ganas de regresar a ella. Aunque aun tenias que cerrar varios ciclos y hoy ibas a comenzar con lo más importante, el.

-Estaré aquí afuera en todo momento, cualquier cosa puedes llamarme. - Declaro Kageyama desde su asiento mientras salías del auto. Buscabas las llaves del departamento que solías compartir con él. Te adentraste al gran edificio y te metiste al ascensor.

Tus manos temblaban mientras intentabas poner las llaves, lo lograste, abriste la puerta. Te metiste al departamento, todo estaba extremadamente limpio y ordenado. No miraste mucho y simplemente te dirigiste a la habitación en donde estaban muchas de las cosas que venias a buscar. Todas tus cosas estaban en su lugar, aun mas organizadas de la que las habías dejado, te sorprendió mucho pero aun así comenzaste a guardar las cosas que necesitabas y no pensaste mucho en eso.

Cuando creíste que ya tenias todo lo que necesitabas te dispusiste a salir, inesperadamente el joven alto de cabellos rubios estaba parado mirándote con una cálida sonrisa.

-Volviste... Creí que no lo harías. - Se acercó a ti, estabas estática en tu lugar hasta que te percataste que venía directo a abrazarte, lo detuviste poniendo tus manos en su pecho y alejándolo.

-No Kei, no volví. Solo vine por mis cosas, ya me iba. - Pasaste por su lado y cuando estabas ya enfrente de la puerta nuevamente hablo.

-Yo... Yo se que te hice mucho daño y que ya no quieres verme, pero... estoy cambiando, por ti. - Lo giraste a ver, sus ojos estaban a punto de soltar lagrimas mientras tu ya lo hacías. -

-Es que tu no lo entiendes, no tienes que cambiar por mí, hazlo por ti. - Tomaste tu rostro entre tus manos y lo miraste fijamente aun llorando. - Necesitas ayuda profesional...

-Si te quedas conmigo te prometo que. - No lo dejaste siquiera terminar su oración. Te alejaste bruscamente de él.

-No, no puedo y no quiero. - El sonido de la bocina del auto fuera se oyó hasta ahí. -Debo irme.

- ¿Te quiere? - Dijo refiriéndose al joven que te esperaba abajo.

-Si, mucho. - Sonrió con lagrima en sus ojos.

-Eso es suficiente para mi entonces... se feliz.

-Espero que tú también lo seas. - Cerraste la puerta y corriste rápidamente al ascensor, recostaste tu espalda en la pared y soltaste un suspiro de paz.

Ese era el fin de una oscura etapa, realmente le deseabas lo mejor, aunque quizás no lo merecía.














instagram: @aesthjhs

CREDITOS;; a todxs los que forman parte del grupo de ig, gracias por su apoyo y ayuda diaria uwu los amo <3

𝘩𝘢𝘪𝘬𝘺𝘶𝘶 • 𝘰𝘯𝘦 𝘴𝘩𝘰𝘵𝘴.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora