𝘩𝘢𝘪𝘬𝘺𝘶𝘶 • 𝘰𝘯𝘦 𝘴𝘩𝘰𝘵𝘴.

20 • Sugawara Kōshi •

trouble

advertencia:
contenido explicito

Peligroso pero adictivo. Si pudieras describirlo de alguna manera simple seria esa. Era igual a aquellos caramelos dulces al inicio, pero a medida que se deshacía comenzaba a saberte extremadamente acido. Verlo con sus amigos actuar de una manera tan inocente te hacía temblar al recordar como actuaba a solas.

Su entrenamiento comenzaba en unos minutos, ahí estabas observando como ayudaba al nuevo chico de primero que había robado su puesto, aunque eso no le importo demasiado, de igual manera tenían con quien desahogarse. El lunar bajo su ojo se veía extremadamente tierno cuando sonreía, mordías tu labio de manera nerviosa.

- ¿Me ayudas a cargar las botellas? - Con su dulce voz, Kiyoko, te saco de tus pensamientos. Para nada puros.

-Oh, claro. - Si estabas ahí era mejor ayudar que simplemente observar.

Mientras llenaban una por una las botellas comenzaron a conversar como solían hacerlo ya que se llevaban muy bien.

- ¿Y qué tal todo con Suga? Debe ser muy dulce contigo. - Tragaste nerviosa.

-Oh si, todo genial. Es muy dulce de hecho. Hablando de chicos ¿Qué tal Tanaka? Ya le disté una oportunidad o sigues negando tus sentimientos...- En realidad buscabas evadir el tema, y parecía que había sido todo un éxito.

- ¿Sentimientos? Yo solo lo veo como un amigo... creo.

La conversación siguió hasta que terminaron con lo que estaban haciendo en primer lugar. Volvían hacia la cancha con las botellas listas para repartirse mientras se reían de como Hinata y Kageyama estaban discutiendo infantilmente.

- ¡Oh Kiyoko sempai! ¡Nos trajiste agua! - Se acercaba casi gritando con sus mejillas muy sonrojadas Tanaka junto al libero del equipo.

- ¡Nuestra salvadora! - Siguió con el mismo juego Nishinoya.

Los tres se alejaron de la escena, hora te quedaba por repartir a los que quedaban. Primero Asahi quien agradeció gentilmente, Tsukishima solo agacho un poco su cabeza en forma de gracias, y por último el.

Bebio del agua mientras se paraba a tu lado, estaban un poco alejados del grupo, nadie podía oír su charla.

-Tsk... Me resulta un poco cruel que me mires de es manera cuando sabes que no puedo hacer nada aquí para detenerte. -

- ¿De qué hablas?

Acercándose un poco mas a tu oreja, y dejando un corto beso, susurro; "Tú sabes bien de lo que hablo, no te gustara meterte en problemas".

Fue extraño como comenzaron a conocerse. Al principio creías que era el típico chico amable que le gustaba ayudar a todos sus compañeros, y por ese motivo te acercaste a él. Salieron una vez a una cita, la cual podrías llamar La primera cita perfecta, Sugawara se había portado tan caballeroso aquel día, tan dulce...

Todo cambio cuando lo invitaste a tu casa por primera vez, estaban solos, y las ganas no faltaban.

Estaban en tu habitación con solo la luz de la veladora prendida, tus piernas alrededor de su cintura y sus manos bajando el cierre de tu falda.

Mientras se besaban, el mordió tus labios bruscamente, eso te había gustado. Quitaba tu ropa como si fuera un experto en ello.

Tu cuerpo subía y bajaba mientras que sus manos tomaban tu cintura dejando la marca de sus dedos en tu piel y el tomaba el control, su miembro entraba y salía lentamente haciéndote sufrir y desear más.

Cuando lograba lo que él quería, oírte suplicar, aumentaba el ritmo de sus penetraciones y te hacia llegar al orgasmo, como ningún otro lo había hecho.

Las marcas que estaba dejando en tu cuerpo eran evidentes, aunque sabía perfectamente donde hacerlas para no ser descubiertos.

Su manera posesiva de tratarte en la intimidad resultaba ser aun mas excitante de lo que ya era, su brusquedad cuando te tocaba se sentía tan bien que deseabas que no terminara.

Descubriste aquel lado que tenía bien oculto. Disfrutabas que te tratase de una forma tierna en publico y verlo cambiar drásticamente al estar solos. Y lo mejor es que solo era para ti, nadie más podía disfrutar de el y eso te encantaba.

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